Guerra en el Cáucaso

¿Qué está pasando en el Alto Karabaj? Las claves del conflicto reactivado en el Cáucaso

La autoproclamada república de Nagorno Karabaj dejará de existir el 1 de enero de 2024

Azerbaiyán y el Alto Karabaj acuerdan el cese de las hostilidades

Residentes de la ciudad de Stepanakert huyen hacia Armenia tras el acuerdo de las autoridades del Alto Karabaj con Azerbaiyán.

Residentes de la ciudad de Stepanakert huyen hacia Armenia tras el acuerdo de las autoridades del Alto Karabaj con Azerbaiyán. / DAVID GHAHRAMANYAN / REUTERS

Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

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Ha sido un desenlace esperado desde 2020, cuando Azerbaiyán lanzó la segunda guerra del Karabaj y conquistó por la fuerza casi toda la región. Muchos entonces se temían lo que acabaría ocurriendo. Y así ha sido: las armas se han impuesto a las negociaciones, y Bakú, después de estar casi 10 meses bloqueando y sitiando el Alto Karabaj —dejando a la población armenia del lugar atrapada en una situación de emergencia humanitaria ante la falta de alimentos y medicinas— ha acabado ganando la guerra, que empezó, intermitente, congelada durante décadas, hace más de 100 años.

Ofensiva relámpago

No por esperado, el desenlace ha dejado de ser sorpresivo. La semana pasada, Azerbaiyán rompió completamente la baraja con una ofensiva militar que duró tan solo 24 horas, suficientes como para forzar la rendición de los armenios del Karabaj, superados militarmente ante el poder azerbaiyano, bañado y financiado con el dinero del petróleo y la ayuda de Turquía e Israel, los dos grandes aliados de Bakú.

Desde entonces, el martes de la semana pasada, todo ha dado un vuelco: los 120.000 armenios que quedaban en la región, dentro de territorio de Azerbaiyán pero que constituido como la República de Artsaj, un Estado ‘de facto’ sin reconocimiento internacional, huyen. 

Bakú asegura que estos armenios son sus ciudadanos, que son ciudadanos azerbaiyanos, y que sus derechos y libertades serán salvaguardados, pero la historia rima y pesa, y ningún armenio de la región confía en la palabra del presidente azerí, Ilham Aliyev, cuyos 20 años en el poder se han basado en el fervor nacionalista y en culpar al 'enemigo' de todos los males del país. Este 'enemigo' ha sido siempre el mismo: los armenios de Armenia y los armenios del Karabaj. 

Armenios y azerbaiyanos se odian mutuamente, pero esto no es solo culpa de Aliyev. No hay nadie, en los dos países, que no conozca a alguien fallecido en la primera guerra del Karabaj —que se libró entre 1991 y 1994 y se saldó con 30.000 muertos— o la segunda guerra, en 2020 y con 7.000 muertos en seis semanas. Nadie, tampoco, que no tenga ningún allegado que se viera forzado a dejarlo todo y abandonar su vida porque sus vecinos, armenios o azerbaiyanos, se le volvieron hostiles de la noche a la mañana.

Éxodo y disolución

Y ahora, en 2023, tras la victoria azerbaiyana, son los armenios del Karabaj los que huyen. De los 120.000 que quedaban, ya se han marchado 70.000. Se espera que en los próximos días lo haga el resto, y que Stepanakert, la capital del Karabaj, y sus pueblos colindantes queden completamente abandonados.

La historia, decíamos, rima. Durante la Unión Soviética había decenas de miles de azerís en Armenia; cientos de miles de armenios en Azerbaiyán, sobre todo en Bakú y sus alrededores. En los 90 todo cambió, y si en la primera guerra fueron los armenios los que forzaron a los azerbaiyanos a huir del Karabaj, ahora es a la inversa. 

Esta vez, sin embargo, la repetición se ha roto. Declarada al mundo en 1991, la República de Artsaj ha anunciado su fin este jueves. "Disolvemos todas las instituciones estatales y las organizaciones bajo su subordinación departamental. A partir del 1 de enero de 2024, la República del Alto Karabaj (Artsaj) deja de existir", reza un comunicado publicado por el presidente de la región, Samvel Shahramanyán.

"La población del Alto Karabaj, incluidos los que están fuera de la república, se familiarizan con las condiciones de reintegración presentadas por la República de Azerbaiyán, con la visión de que puedan hacer una decisión independiente e individual en el futuro de quedarse o volver al Alto Karabaj. Este decreto entra en vigor inmediatamente después de su publicación", termina el texto.

El corredor de Zangezur

Según todos los expertos, Azerbaiyán, cuando el éxodo de los armenios termine, heredará un territorio vacío, y un arma para seguir presionando a Ereván, cuyo Gobierno entra en una crisis por la derrota que amenaza con derribar al primer ministro armenio, Nikol Pashinyán

El futuro para Armenia se preve complicado: Turquía y Azerbaiyán presionan a Ereván para que les permita establecer el corredor de Zangezur, que serviría para conectar Najicheván —un enclave azerbaiyano con frontera con Turquía pero separado del resto de Azerbaiyán— con Bakú. 

El conflicto del Alto Karabaj, más de un siglo después de que empezase, ha terminado. Pero la disputa entre Armenia y Azerbaiyán —y el odio y miedo entre las dos naciones— perdura.

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