Conflicto en el Cáucaso

Al menos 68 muertos y 290 heridos por la explosión de un depósito de combustible en pleno éxodo en el Alto Karabaj

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Atlas Agencia

Adrià Rocha Cutiller

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Al menos 68 personas han muerto y otras 290 han resultado heridas, según las autoridades del Alto Karabaj, después de que explotase un depósito de combustible en la región, que en la actualidad vive en una situación de emergencia humanitaria extrema. La explosión, cuyas causas se desconocen, tuvo lugar en un depósito ubicado cerca de la carretera que une la capital, Stepanakert, con la ciudad de Askerán, en pleno éxodo de karabajíes tras la derrota militar sufrida la pasada semana a manos del Ejército azerbaiyano.

Hace justo una semana, Azerbaiyán lanzó una operación militar relámpago contra las fuerzas del Alto Karabaj, que tardaron 24 horas en presentar su rendición y entregar las armas. El Alto Karabaj es un Estado ‘de facto’ dentro de territorio internacionalmente reconocido de Azerbaiyán, pero poblado históricamente por armenios.

Ahora, una semana después, los armenios de la región —120.000 en la actualidad, tras la guerra de 2020 y el sitio y bloqueo que Bakú impuso contra el Karabaj hace casi nueve meses— buscan huir en masa hacia Armenia. Según las autoridades de Ereván, cerca de 20.000 personas han salido de la zona, pero el paso no es fácil. El trayecto hasta la frontera con Armenia, que antes requería cerca de dos horas, ahora cuesta 20.

La carretera está llena hasta arriba. No solo de coches, sino también de todas las pocas pertenencias que los armenios de la región se llevan para siempre. A pesar de que Bakú, que controlará la región militarmente en los próximos días, asegura que respetará los derechos de los armenios que quieran quedarse, son pocos o casi ninguno los que confían en ello. Los que se marchan abandonan sus casas y sus vidas ante el miedo que les provoca la llegada del vecino.

Conflicto enquistado

Y este miedo es centenario. Armenios y azerbaiyanos han estado en guerra y conflicto desde principios del siglo XX por la región del Alto Karabaj, una zona de montañas y valles poblada históricamente por los dos pueblos. En la década de los 90, con la disolución de la Unión Soviética, se declaró la primera guerra del Karabaj, que se saldó con 30.000 muertos y la victoria de los armenios.

Entonces, los armenios expulsaron de la región a todos los azerbaiyanos, y crearon la República del Alto Karabaj, Artsaj, administración que ahora ha caído. En 2020, Azerbaiyán retomó la guerra y los combates, derrotó a los armenios y, a base de la fuerza y las muertes en el frente, impuso su rendición paulatina, que se ha culminado ahora con la operación militar de la semana pasada.

Si en los 90 fueron los azerbaiyanos del Karabaj los expulsados —también armenios fueron expulsados de Bakú, azerbaiyanos de Ereván— ahora serán los armenios los expulsados. La historia no se repite pero rima.

"Decir que la situación es catastrófica es quedarse corto. Hay colas para todo, conseguir ayuda, gasolina, de tráfico, en tiendas de empeños. Mi familia me ha encargado que consiga 20 litros de gasolina, pero dudo que pueda. Siempre sido muy malo en las colas, porque los demás me pisan", explica Hayk Ghazaryán, periodista del medio armenio ‘CivilNet’.

"No sé si este caos podría haber sido evitado... Sí, la gente tiene que poder irse, pero no todos al mismo tiempo. La familia de mi hermana se machó este lunes, mi tío también. Justo este lunes volvió la electricidad por primera vez. Pero esta luz solo trae más tristeza, porque nos permite ver con más claridad los edificios y viviendas vacías, los barrios y calles desnudos", añade Ghazaryán.