Conflicto en el Cáucaso

Defensor del Pueblo del Alto Karabaj: "El bloqueo de Azerbaiyán busca la limpieza étnica de la población armenia"

Gegham Stepanyan es Defensor del Pueblo en la República de Artsaj, la Estado sin reconocimiento internacional declarado por el secesionismo armenio del Alto Karabaj en 1991.

Gegham Stepanyan es Defensor del Pueblo en la República de Artsaj, la Estado sin reconocimiento internacional declarado por el secesionismo armenio del Alto Karabaj en 1991. / Foto cedida por Gegham Stepanyan

Ricardo Mir de Francia

Ricardo Mir de Francia

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El trabajo de Gegham Stepanyan consiste en defender los derechos de la población de Artsaj, la autoproclamada república secesionista del Alto Karabaj, pero desde hace nueve meses la gente solo acude a su oficina a pedirle comida o medicinas. El bloqueo impuesto por Azerbaiyán sobre el enclave ha puesto a su población armenia en una "situación catastrófica", mientras crece la amenaza de una nueva guerra en la región. A sus 32 años, Stepanyan es el Defensor del Pueblo de Artsaj y atiende a EL PERIÓDICO en una entrevista telefónica.

¿Cómo describiría la situación?

Es catastrófica porque llevamos casi nueve meses bajo el bloqueo de Azerbaiyán. Los azerbaiyanos han bloqueado la única carretera que une Karabah con Armenia y el mundo exterior, el corredor de Lachin, y desde el 15 de junio ni siquiera dejan pasar ayuda humanitaria. Eso significa que desde hace casi tres meses no ha entrado ninguna mercancía de fuera del territorio. Ni comida, ni medicinas, ni gasolina, ni productos de limpieza o higiene. Por eso digo que es una catástrofe. Nos hemos pasado nueve meses advirtiendo a la comunidad internacional y las oenegés de lo que iba a pasar, pero no ha habido ninguna reacción real para frenar a Azerbaiyán y eso ha hecho que 120.000 personas, incluidos 30.000 niños, se enfrenten a esta situación. 

¿Cuánta comida les queda?

Las tiendas están completamente vacías. Lo único que queda son pequeñas cantidades de frutas y verduras producidas localmente. Nada más. Usted sabe que soy el Defensor del Pueblo en el Alto Karabaj. Nuestra principal misión es proteger los derechos de la población, pero hoy la gente solo viene a nuestra oficina para pedirnos pan o aceite para cocinar. Esta es la situación catastrófica que vivimos y no me puedo imaginar cómo será cuando llegue el invierno porque no tendremos ni los productos de huerta con los que contamos ahora. 

El mes pasado murió la primera persona de hambre. 

Sí, fue una persona de 40 años, que murió de malnutrición. Es solo el principio. Médicos y forenses informan de que los síntomas de malnutrición han aparecido en el cuadro de todos los fallecimientos en el último mes. Si no es el resultado de la muerte, es una de las causas asociadas. 

¿Qué está haciendo la población para sobrevivir?

La gente se pasa el día buscando comida. Todo el mundo. Tenemos grupos en Facebook a los que se recurre para ver qué tiene otra gente, tratar de intercambiar alimentos. Se hace cola durante horas frente a cualquier tienda que tenga algo de comida y delante de las panaderías. Se ha establecido un sistema que te da derecho a 200 gramos de pan al día por persona. No hay aceite, ni azúcar, ni productos de higiene. La gente pide ayuda. Y no hay distinción. En mi familia somos siete miembros. Enfrentamos las mismas dificultades que cualquiera. Incluso aquellos que tenían más recursos al principio, ya los han agotado. 

¿Y la economía?

Solo algunas tiendas que consiguen productos locales funcionan y las instituciones gubernamentales. No hay economía, todo ha cesado. La ausencia de combustible afecta a todas las esferas de la vida. Se ha paralizado el transporte público, y ha cesado la comunicación entre la capital y los pueblos del resto del territorio. La gente anda durante kilómetros. Ni siquiera hay suficiente combustible para las ambulancias, que solo operan en casos de extrema necesidad y en un radio limitado. 

¿Tienen miedo a que la guerra se reanude?

Sin duda. Las tropas de paz rusas garantizan la seguridad, pero vemos que los mecanismos aceptados como resultado del armisticio del 9 noviembre de 2020 no se están implementando debidamente, de modo que se podría producir una escalada en cualquier momento.

¿Qué cree que buscan las autoridades de Azerbaiyán con este bloqueo?

Si lee el informe del primer fiscal jefe que tuvo la Corte Penal Internacional [Luis Moreno Ocampo], verá que el objetivo de Azerbaiyán es el genocidio de la población armenia de Artsaj. Estoy completamente de acuerdo porque Azerbaiyán está empleando el hambre como arma para destruir a un grupo étnico. No hay ninguna duda de que el objetivo último es la limpieza étnica, acabar con la presencia de armenios en el territorio y dar así por cerrado el conflicto de Nagorno Karabaj. Lo están haciendo con absoluta libertad porque las relaciones económicas que Europa y otros países mantienen con Azerbaiyán previenen cualquier tipo de medidas punitivas. 

Hablar de genocidio para cualquier armenio, debe de ser de por sí traumático. 

Todos los armenios del mundo arrastran el dolor del genocidio como parte fundamental de su identidad. Especialmente cuando vemos que Azerbaiyán está haciendo lo posible para repetirlo con la ayuda de Turquía, de ahí que interpretemos lo que está pasando como la continuación del genocidio de hace un siglo. 

Azerbaiyán dice estar dispuesto a permitir la entrada de ayuda humanitaria a través de las carreteras que comunican el Alto Karabaj con el resto del territorio azerbaiyano, pero ustedes rechazan la propuesta. ¿Por qué?

Hay que poner las cosas en contexto. En contra de los términos del último armisticio, Azerbaiyán bloqueó el corredor de Lachin en diciembre de 2022 y nueve meses después de haber creado esta catástrofe humanitaria, nos dice que aceptemos su ayuda. El segundo punto es que el odio y la desconfianza entre ambos pueblos es tan grande que es inconcebible pensar que los armenios aceptarán esa ayuda. Miles de familias armenias perdieron a sus familiares en la guerra, y ahora viene el país que mató a sus hijos a decirles que acepten su ayuda. Para nosotros es una cuestión de dignidad: preferimos morir a aceptar la ayuda de Azerbaiyán, que es responsable de lo que está pasando. 

Sin embargo, la semana pasada se permitió la entrada de un convoy de ayuda humanitaria desde Azerbaiyán. 

Es cierto, entró en Artsaj un camion de la Cruz Roja rusa a través de la carretera que une Aghdam y Stepanakert (la capital de Artsaj) con 15 toneladas de ayuda humanitaria. Pero me gustaría enfatizar que no era ayuda azerbaiyana sino rusa. La entrega se hizo cumpliendo con unas condiciones previas, según las cuales, Azerbaiyán debería haber abierto el corredor de Lachin 12 horas después de la entrada del camión ruso. Sin embargo, después de que la ayuda se entregara, los azerbaiyanos anunciaron que no abrirán el corredor que nos comunica con Armenia. Nuestro gobierno aceptó la propuesta porque pensó que serviría para abrir el corredor, a pesar de que ha sido muy criticado por la población.

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