Ante la Asamblea General

Biden renueva su propuesta para ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU

Estados Unidos y China intentan un nuevo acercamiento con una posible reunión entre Biden y Xi

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa, Jill Biden, paseando por la Casa Blanca

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa, Jill Biden, paseando por la Casa Blanca / SAUL LOEB / AFP

Idoya Noain

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La legitimidad, efectividad y representatividad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas lleva años en cuestión. La guerra de Ucrania, y el poder de veto que tienen en ese órgano los cinco miembros permanentes, que incluyen a Rusia y China junto a Estados Unidos, Francia y Reino Unido, han disparado los interrogantes sobre la capacidad del Consejo de cumplir con su misión como garante de la paz y la seguridad mundiales. Y en la Asamblea General de este año, donde además del conflicto en Europa la atención se vuelve a las reclamaciones de países emergentes y en vías de desarrollo de una participación más justa en el tablero del poder global y en la toma de decisiones, la reforma vuelve a tomar un papel prominente.

Por ella va a abogar este martes, como ya hiciera en su discurso del año pasado en el debate plenario de la Asamblea General, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Y así lo han ratificado en los últimos días varios miembros de su Administración, incluyendo el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby; y la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.

“El año pasado el presidente presentó su visión de que necesitamos añadir tanto miembros permanentes como no permanentes”, actualmente diez con presencia de dos años en el Consejo, “y que necesitamos una representación geográfica más amplia”, explicaba Sullivan a finales de la semana pasada en una rueda de prensa en la Casa Blanca.

Es la misma idea que reiteraba este fin de semana Kirby en una entrevista con ‘The Telegraph’, donde avanzaba que Biden pedirá este martes ante el plenario de 193 naciones “estudiar la arquitectura del Consejo de Seguridad”, movido por la convicción de que “debe ser más incluyente y amplio”.

En una sesión informativa con prensa internacional hace unos días, Thomas-Greenfield también reiteraba el “compromiso inquebrantable” de EEUU con la reforma de la ONU y, en particular, con el Consejo, “para asegurar que puede responder a las necesidades de la próxima generación”. Ha sido ella, como jefa de la legación estadounidense, quien ha estado manteniendo reuniones prácticamente semanales con otros países en la ONU. “El Consejo de Seguridad tal y como existe hoy no representa el mundo como existe hoy y estamos explorando qué tipo de cambios podemos hacer que tengan sentido, que se puedan alcanzar y que reflejen los cambios que queremos ver”, recordaba Thomas-Greenfield.

Miembros y veto

Sin citar fuentes, el 'Telegraph' aseguraba que Biden respalda la entrada de “cinco o seis” miembros permanentes en el Consejo, incluyendo India, Brasil, Alemania y Japón. Otros potenciales miembros mencionados por el diario es Suráfrica, que representaría a África, un continente con el que Biden busca estrechar lazos que contrarresten la influencia creciente de China y Latinoamérica.

Lo que no está claro es si los miembros, de llegar una ampliación, tendrían poder de veto, y esa capacidad es uno de los aspectos que más ha dificultado los avances en el diálogo sobre reformas que lleva abierto desde los años 90. Entonces, concretamente en 1992, la Asamblea General estableció un grupo de trabajo abierto para estudiar la representación equitativa, y pese a tres décadas de reuniones no ha logrado resultados tangibles.

Tampoco se han producido avances destacables desde que en 2008 la ONU autorizó formalmente negociaciones intergubernamentales sobre la cuestión de representación equitativa y aumento de miembros en el Consejo.

Para reformar el órgano, además, habría que enmendar la Carta de Naciones Unidas y cualquiera de los cinco miembros permanentes podrían vetar esa iniciativa. La reforma, asimismo, tendría que ser ratificada por dos tercios de las 193 naciones representadas en la ONU.

Guterres, Europa y Rusia

Las propuestas e iniciativas de reforma del Consejo de Seguridad no solo las propugna Washington, o los países interesados en lograr el asiento. Lo hace también el propio secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que se espera que abogue en su discurso de este martes por una transformación del órgano para convertirlo en uno acorde al mundo de hoy.

Desde Europa, Josep Borrell también ha defendido la reforma. “Para restaurar la legitimidad única de la ONU es urgente hacer el Consejo de Seguridad más representativo para reflejar los cambios que han tenido lugar en el mundo y, en particular, para dar a África una voz”, escribía este fin de semana el alto representante de política Exterior de la Unión Europea.

Desde Rusia, mientras, también llegaban este lunes mensajes de apoyo a la reforma de boca de Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, que en rueda de prensa aseguraba que Moscú defiende la transformación del Consejo para incrementar su eficiencia. “Esta conversación debería empezar”, dijo Peskov, aunque añadió que la reforma necesita “negociaciones muy largas y complicadas”.