Un año de conflicto en Europa

Tensa y estéril reunión en el Consejo de Seguridad de la ONU en el aniversario de la guerra de Ucrania

Incluso un minuto de silencio por las víctimas se tornó en enfrentamiento y drama

El órgano, tras 40 reuniones sobre el conflicto, sigue mostrando su parálisis

Minuto de silencio en la ONU

Idoya Noain

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Desde que hace justo un año Rusia inició la guerra en Ucrania el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha celebrado 40 reuniones dedicadas al conflicto. Con Moscú como uno de los cinco miembros permanentes con derecho a veto (junto a China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido), la parálisis se ha impuesto en el órgano, limitado a verse como escenario de choques y de los fracasos de la diplomacia. Este viernes, en una sesión dedicada precisamente al aniversario de la guerra, esos desencuentros han vuelto a exponerse, incluyendo con un gráfico momento de tensión.

Ese revelador episodio ha llegado en los primeros momentos de la sesión. Tras ofrecer una intervención, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, ha pedido mantener en pie un minuto de silencio “por las víctimas de la agresión”. El secretario general de la ONU, Antònio Guterres, y casi todos los presentes, se han puesto en pie, mientras el embajador ruso, Vasili Nebenzia, empezaba inmediatamente a protestar enérgicamente y a pedir la palabra a la presidencia de turno, que este mes ostenta Malta, tras lo que han vuelto a sentarse quienes se habían levantado (solo habían quedado sentados los representantes de Brasil y China).

Un agitado Nebenzia ha asegurado en ese momento que se ponía en pie pero “por la memoria de todas las víctimas de lo que ha pasado en Ucrania empezando en 2014”, referencia al año en que empezaron los enfrentamientos en los territorios del Donbás que Rusia se ha anexionado sin reconocimiento de la comunidad internacional, como hizo con Crimea aquel año, y donde ha acusado a Kiev de perseguir a los ciudadanos prorrusos. “Todas las vidas son invaluables”, ha dicho Nebenzia.

El representante del Kremlin entonces se ha dirigido gesticulando repetidamente a Guterres para que se levantara. Y el portugués, tras unos momentos dubitativos, lo ha hecho. Le han seguido entonces todos los ministros de Exteriores y embajadores y diplomáticos presentes en la sesión. Y la foto que posiblemente tenía en mente Ucrania para mostrar el aislamiento de Rusia ha acabado convertida en otra que es solo un espejismo de unidad.

Diferencias irreconciliables

Más allá de ese choque, la reunión del Consejo ha servido para evidenciar las fallas que separan a sus miembros más poderosos. Horas después de que China presentara el documento con 12 puntos que plantea su plan para salir del conflicto, cuyos elementos centrales ha reiterado en la sesión en Nueva York el número dos de la embajada china ante la ONU, Dai Bing, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha rechazado indirectamente la propuesta, criticando además velada pero claramente a Pekín. “Ningún miembro de este consejo debe pedir la paz a la vez que apoya la guerra de Rusia en Ucrania y contra la Carta de la ONU”, ha dicho Blinken, que ha hablado de una “falsa equivalencia” cuando se pide a las dos partes dejar de luchar o a terceros países que dejen de apoyar a Kiev.

Nebenzia, por su parte, ha mantenido el duro tono contra quienes están a apoyando a Ucrania, y ha hablado directamente con un mensaje de Moscú a Washington. “Nuestras relaciones nunca serán las mismas. No les creemos y restaurar nuestra confianza será muy difícil, si es que es posible, porque lo que importa aquí son las acciones, no las palabras”, ha dicho.

Un día después de que la Asamblea General aprobara una resolución urgiendo a Rusia a sacar inmediatamente las tropas de Ucrania, en una votación con respaldo mayoritario pero que también evidenció grietas globales respecto al conflicto, ka sesión del Consejo ha quedado como enésimo recordatorio de las diferencias irreconciliables que lo lastran. Y solo ha dejado más discursos que de costumbre, al abrirse a la intervención también de Josep Borrell en nombre de la Unión Europea así como 12 ministros de Asuntos Exteriores europeos, algo que también ha protestado Nebenzia.

Un inventario del desastre de la guerra

También, y especialmente por el discurso de Guterres, ha servido para recordar el desastre de la guerra. Porque el portugués ha hecho un inventario de horrores en el que ha mencionado, por ejemplo, los ataques a civiles e infraestructuras, las docenas de casos de violencia sexual documentados por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, las graves violaciones de los derechos de los prisioneros de guerra y los cientos de casos de desapariciones y detenciones arbitrarias de civiles.

Guterres ha puesto también números al “infierno” que viven los ucranios: casi 18 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria y protección, también el 40% de la población sin capacidad de conseguir el alimento necesario para la supervivencia, el 30% de los trabajos que había antes de que se iniciara la guerra desaparecidos... Además, más de ocho millones de ucranios se han visto obligados a huir del país y otros 5,4 millones son desplazados internos en una nación donde la Organización Mundial de la Salud ha verificado más de 700 ataques en instalaciones médicas y en la que más de 3.000 escuelas han sido destruidas o dañadas.

El líder de la ONU ha pedido, una vez más, “dar una oportunidad a la paz”. Pero de momento, ni en Ucrania, ni en el propio Consejo de Seguridad , es lo que impera.