Guerra en Ucrania

¿Quién es Rustem Umerov, el líder tártaro de Crimea en el que Zelenski confía la ofensiva de Ucrania?

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Rustem Umerov

Rustem Umerov / STR | PIM

Irene Savio

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Un líder de la minoría étnica tártara ucraniana, Rustem Umerov, se ha convertido en la última voz en escalar hasta la cima del poder político en Kiev, en plena guerra con Rusia. En las últimas horas, el presidente ucraniano, Volodomír Zelenski, ha propuesto a Umerov como nuevo ministro de la cartera clave de Defensa del país eslavo, tras la abrupta caída de Oleksii Reznikov, apartado en medio de sospechas de corrupción que afectan a su departamento. En estas circunstancias, el ascenso de Umerov, un musulmán, pone nuevamente bajo reflectores a Crimea, la península ucraniana que Rusia se anexionó unilateralmente hace nueve años, cuya soberanía Ucrania aún reivindica y además patria desde hace siglos de los tártaros crimeanos.

En este sentido, con la contraofensiva ucraniana aún sin dar grandes resultados, la elección de Umerov parece tener un significado más allá de lo simbólico. Representa un guiño a una comunidad que aún mantiene su presencia en Crimea (los números son inciertos) y que se ha mostrado una de las más inflexibles en su oposición a la anexión de la península por parte de Rusia. Una maniobra que Zelenski lleva adelante al elegir a una de las figuras de esta minoría hoy más influyentes. Algo que, según algunos observadores, es una clara señal de que Kiev “nunca” aceptará esa anexión como “un hecho consumado en unas futuras negociaciones” con Moscú, tal como escribía este lunes el articulista Steve Brown en el diario ucraniano Kyiv Post.

El currículum de Umerov habla por sí mismo. Empresario de éxito en el negocio de las telecomunicaciones desde 2004 y colaborador durante años del veterano Mustafa Dzhemilev, el político tártaro fue elegido en 2019 como diputado en el Parlamento como representante del partido proeuropeo Holos. De esta manera también se desempeñó como co-presidente de la Plataforma de Crimea, una lobby internacional con un objetivo prioritario: revertir la anexión de Crimea. Además de ello, Umerov no ha sido (al menos, hasta ahora) asociado a escándalos. Por el contrario, en septiembre del año pasado, fue designado jefe del Fondo de Propiedades Estatales, dedicado a la privatización de bienes públicos salpicados por escándalos de corrupción.

Resistir hasta el final

En verdad, la oposición de los tártaros a la ocupación rusa de Crimea ha sido frontal desde el inicio. Ya en 2014, otro líder tártaro, Refat Chubárov, fue uno de los primeros en anunciar que un grupo armado había tomado el Parlamento de Crimea y en llamar al boicot del posterior referéndum separatista, en los albores del conflicto rusoucraniano que se mantiene hoy. “Resistiremos hasta el final, pase lo que pase”, confesaba, en la misma línea, a esta periodista otro entonces directivo del Mejlís, el Congreso del Pueblo Tártaro de Crimea. Esto, cuando ya alarmaban algunas desapariciones de jóvenes tártaros residentes en Crimea, también luego denunciadas por organizaciones como HRW.

Aunque tampoco el paso de los años trajo una desescalada de la tensión entre esta minoría y las autoridades rusas. Más bien, al revés. En 2016, en lo que Amnistía Internacional calificó de “repugnante acto de punitivo” contra esta comunidad, el Mejlís incluso fue declarado ilegal por las autoridades rusas con el pretexto de ser un grupo extremista. Varios se exiliaron así en Turquía y Ucrania, y desde allí continuaron llevando adelante sus llamamientos a un bloqueo energético y económico de la península. Otros, en cambio, fueron arrestados acusados de actividades subversivas, un práctica que continuó en los años sucesivos.

Disputa antigua

Se retomó así una disputa de raíces antiguas, dada que la persecución sufrida por esta comunidad (tras un breve periodo bajo Lenin en el que convivieron pacíficamente) se remota a 1944 con Josef Stalin, quien, acusándoles de colaboracionismo con los nazis, puso en marcha una cruel campaña en 1944 para deportar a los tártaros a otras zonas de la Unión Soviética (de las que algunos volvieron en los últimos compases de la URSS). De ahí también el lugar de origen del propio Rustem Umerov, nacido en Uzbekistán en 1982 y cuya infancia y adolescencia transcurrió en Crimea solo después de que sus padres regresaran a la península. 

Los rumores sobre la caída en desgracia de Reznikov empezaron a circular la semana pasada después de algunas acusaciones acerca de una compraventa de chalecos de invierno para los soldados que se encuentran en el frente. El nombramiento de Umerov deberá ser ratificado en los próximos días por el Parlamento ucraniano.

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