Protestas multitudinarias

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Las protestas masivas continúan en Israel por la reforma judicial

Las protestas masivas continúan en Israel por la reforma judicial / AGENCIAS

Andrea López-Tomàs

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Ni 30 semanas de protestas masivas han podido parar a la derecha israelí en su ofensiva contra los pesos y contrapesos de la democracia. A partir de este lunes, el Tribunal Supremo de Israel ya no puede anular las decisiones del Gobierno, ministros o representantes públicos electos que considere irrazonables. Así lo ha decidido la mayoría parlamentaria del gobierno ultraderechista y religioso de Binyamín Netanyahu al pasar en tercera lectura la primera de las leyes de la polémica reforma judicial. A las afueras de la Knesset, el Parlamento israelí, una población entregada a la protesta desde hace más de medio año ha expresado su descontento y decepción, que han sido respondidas con violencia por la policía. El movimiento civil opositor lleva cinco días marchando desde Tel Aviv hasta instalarse en tiendas de campaña a las puertas de la Knesset, en Jerusalén, con el objetivo de intentar evitar este retroceso. 

El imbatible Netanyahu ha empezado la jornada en el hospital, donde ha sido dado de alta este lunes tras un procedimiento cardíaco de urgencia. A su salida, se ha enfrentado a una crisis nacional sin precedentes creada por su mismo gabinete. La votación de este lunes ha permitido a su gobierno modificar una de las Leyes Básicas que sirve como Constitución en el país sin Carta Marga. Con esta decisión, la oposición considera que Israel pierde al garante de la separación de poderes. Para la derecha, representada por Netanyahu y sus socios radicales, es un órgano ideológico e intervencionista al que había que poner freno. Los partidos de la oposición han decidido boicotear la sesión donde los grupos conservadores y ultraortodoxos cuentan con la mayoría parlamentaría que ha permitido la aprobación de la norma. “El gobierno de Israel está creando una profunda grieta en el país, permitiendo intencionalmente que se desmorone”, ha dicho el líder de la oposición, Yair Lapid, en el pleno. 

Según Benny Gantz, presidente de Unidad Nacional, la mayoría de los miembros de la Knesset no apoyan la aprobación del proyecto de ley estándar de razonabilidad sin llegar a un compromiso. También el propio presidente de Israel, Isaac Herzog, ha alertado de la urgencia de la situación horas antes de la aprobación. “Estamos en un estado de emergencia nacional; este es el momento de la responsabilidad”, ha afirmado en un comunicado. Herzog se ha desplazado entre ambos bandos en los últimos esfuerzos para encontrar un compromiso que evite el caos actual en el que el país lleva meses sumido. Pero ni una reunión en el hospital donde Netanyahu estaba siendo atendido ha servido. “Con este Gobierno es imposible llegar a acuerdos que salvaguarden la democracia israelí”, ha denunciado Lapid.

Acampada frente a la Knesset

Mientras los parlamentarios hacían su trabajo en el interior del edificio, a las puertas de la Knesset, se han concentrado miles de personas que suman meses de entrega para evitar que esta reforma judicial tenga lugar. Durante los últimos cinco días, una marcha multitudinaria ha cubierto la distancia entre Tel Aviv y Jerusalén hasta plantarse en el parque que rodea el edificio legislativo con tiendas de campaña y han pasado la noche del domingo allí. Otra multitud ha bloqueado una carretera que da acceso a la Knesset y los agentes de policía han intentado dispersarlos con el uso de cañones de agua que han provocado varios heridos. También el intento de atropello de los manifestantes por parte de un partidario del gobierno ha herido levemente a tres personas. Durante el lunes, ha habido casi 40 detenidos. 

A su vez, muchas empresas han bajado la persiana este lunes en solidaridad con las protestas contra los planes del gobierno. Desde Washington, se está siguiendo de cerca lo que ocurre en las calles israelís y el presidente estadounidense, el demócrata Joe Biden, ha insistido en su oposición a los cambios legales en el sistema democrático israelí que están generando una polarización sin precedentes en la solidaridad. Netanyahu y sus socios han ignorado a su más fiel socio y, por ahora, siguen adelante con la controvertida reforma judicial. Los organizadores de la protesta han anunciado que intensificarán las manifestaciones contra el “gobierno de destrucción” y prometen “luchar contra ellos hasta el final”. Mientras la ciudadanía se entrega a la manifestación, la policía ha ejercido una violencia inaudita contra el movimiento civil israelí que ha pasado una noche sumido en un caos hasta ahora desconocido.

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