Drones y helicópteros

La sombra de otra operación militar de Israel a gran escala se cierne sobre Cisjordania

El líder de la milicia más poderosa de Yenín: "Queremos que Palestina se levante en una tercera intifada"

Fuerzas israelíes matan a dos palestinos en Cisjordania tras bombardeos en Gaza

Fuerzas israelíes matan a dos palestinos en Cisjordania tras bombardeos en Gaza

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sadeel Ghassan Turkman era la única chica de la familia. A sus 15 años, convivía con sus padres y sus cuatro hermanos varones en el campo de refugiados de Yenín. Vivía la vida de una adolescente normal, o lo más parecido a ello: Sadeel era palestina, otra superviviente de la ocupación. Hasta que esta semana una bala le atravesó la cabeza. Tras dos días en el hospital, sucumbió, como muchos otros, a las heridas causadas por la violencia del Ejército israelí. Sus compañeras de clase, cargando con sus mochilas, acarreaban también el cuerpo de Sadeel, cubierto por la bata escolar. Avanzaban agarrándola bien fuerte y mirando al frente, sin poder reprimir los sollozos. El destino de esta joven es el de cada vez más palestinos. 

En la última semana, la ocupación israelí ha escalado su maquinaria de la opresión. El lunes el campo de refugiados de Yenín volvió a ser escenario de otra batalla campal. De madrugada, a las cinco y media, los soldados israelís entraron en el campamento con la intención de detener a varios líderes de las milicias palestinas. Pero no pudieron irse tan fácilmente como en otras ocasiones. Hombres armados palestinos respondieron a las acciones israelís, y los militares multiplicaron su agresividad, lanzando misiles desde un helicóptero, un hecho que no ocurría desde la Segunda Intifada en el año 2000. Siete palestinos murieron, entre ellos dos menores, en una incursión de 11 horas. 

Entonces, la sed de venganza ha movido a ambos pueblos. Al día siguiente, una pareja de palestinos armados irrumpieron en una gasolinera en el asentamiento ilegal de Eli y mataron a cuatro colonos israelís. Dominados por la rabia, centenares de colonos decidieron tomarse de nuevo la justicia por su mano y arrasar con todo a su paso. Casas, automóviles, campos y negocios fueron carbonizados este miércoles en varias aldeas palestinas ante la mirada impasible de los soldados israelís. Un joven palestino fue asesinado. Horas después, el Ejército israelí mataba a tres milicianos palestinos con un bombardeo desde un dron en la ciudad de Yenín. Se trató del primer asesinato selectivo aéreo que efectua en Cisjordania desde el final de la Segunda Intifada en el 2005

La presencia de drones y helicópteros en los cielos palestinos son indicativos de la agravada escalada de violencia en una tierra condenada a ella, sobre todo en el último año. Las cifras difieren pero en este 2023, más de 140 palestinos han muerto como víctimas de la violencia israelí. El año pasado ya fue el más mortífero desde 2006 con 152 fallecidos, pero la presencia de un Gobierno de extrema derecha en Israel impide, aún más, vislumbrar el final del derramamiento de sangre que se ceba sobre la población palestina. En el lado israelí, unas 24 personas han perdido la vida este año. Los representantes del movimiento colono de la coalición de Gobierno exigen al primer ministro Binyamín Netanyahu que despliegue una operación militar a gran escala en los territorios ocupados. Los asesinatos desde el aire han supuesto este salto cualitativo y simbólico que pedían los ministros de Bibi

Presión de Washington

Alejadas de la Cisjordania ocupada, la milicia libanesa chií Hizbulá ha aportado cierto temor a su enemigo israelí al instalar dos tiendas de campaña sobre la Línea Azul. Este es el límite marcado por la ONU que separa Israel y el Líbano, dentro de la parte israelí, así que este gesto por parte del grupo libanés puede añadir más presión al hervidero de la región. Mientras la coacción sobre el Ejército israelí aumenta para lanzar ya la operación militar en los territorios bajo control de la Autoridad Palestina (AP), los estamentos militares prefieren, de momento, evitarlo. “El aumento de la frecuencia de los ataques terroristas, la mejora de la calidad de los artefactos explosivos fabricados en Yenín y la total impotencia que muestra la AP están empujando al Ejército a un rincón e intensifican los llamamientos a una operación a gran escala”, escribe Amos Harel en Haaretz.

“Al final, probablemente se autorizará una operación en Yenín, aunque no en la escala que se imaginan los colonos”, preve el reconocido analista político israelí. También denuncia que bajo estos reclamos de los ministros ultraderechistas, hay un claro objetivo: “provocar el colapso del Gobierno de la AP y la restauración del control íntimo de Israel en toda Cisjordania”. Con muy poco margen de maniobra, Netanyahu se enfrenta, a su vez, a los reclamos de Estados Unidos. La administración Biden trata de disuadir al primer ministro israelí de aumentar la violencia sobre los palestinos y de ser tan permisivo con la agresividad de los colonos. A banda de sus amenazas de poner en riesgo los acuerdos de normalización con otros países árabes, consideran que Bibi ha perdido el control de la coalición. Netanyahu aún no ha visitado la Casa Blanca y lleva medio año en el poder. Mientras “ciudadanos y medios de comunicación [israelís] están siendo calmados –o distraídos– con la pirotecnia”, como dice Harel, el pueblo palestino pierde a jóvenes y mayores cada día, condenadas a una muerte fortuita, como la de Sadeel, por haber nacido en su tierra.

Suscríbete para seguir leyendo