Relaciones Internacionales

Rusia, en el patio trasero estadounidense

El campo español afronta dividido la entrada de grano ucraniano libre de aranceles (elperiodico.com)

Lavrov con su homólogo brasileño

Lavrov con su homólogo brasileño / EFE / André Borges

Àlex Bustos

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Moscú siempre ha querido contar con aliados en el continente americano, a las puertas de EEUU. Para Washington, la doctrina Monroe – América para los americanos – ha sido la máxima que ha guiado la política exterior en su continente, algo que, desde los tiempos soviéticos, el Kremlin ha intentado contrarrestar estableciendo alianzas con diferentes países de la zona, tanto del Caribe como en Suramérica. Una estrategia que, a día de hoy, sigue el Kremlin a pìes juntillas.

Para apuntalar la relación que mantiene Moscú en el denominado patio trasero estadounidense, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, empezó esta semana una gira por los países más próximos a sus postulados, es decir, Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba. Sobre Latinoamérica en general, el jefe de la diplomacia rusa afirmó que considera "normal" que muchos países entiendan que la dependencia de Estados Unidos "no trae nada bueno", y quieran escapar de la influencia de Occidente

A día de hoy, Venezuela se ha erigido en un país de gran relevancia para Rusia, sobre todo por su posicionamiento en contra de EEUU y por su enorme producción de petróleo. Este país suramericano constituyó la segunda escala del viaje de Lavrov, este miércoles. Allí se reunió con la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y con el propio presidente Nicolás Maduro. Sobre este diálogo, medios rusos como la agencia Tass preveían que el tema de mayor protagonismo fuera la cooperación en el sector energético. La parte rusa manifestó su interés en aumentar la producción de petróleo a través de cinco proyectos en curso con el Estado venezolano, así como ampliar la cooperación al sector del gas. Recientemente, el mismo presidente ruso Vladímir Putin apuntó que Caracas era un “un socio estratégico y un aliado fiable en América Latina y en el mundo en general", con el que Rusia quiere ampliar la cooperación en todos los ámbitos, “incluidos los de la energía, industria, infraestructuras, transporte e industria farmacéutica”.

La siguiente parada de la lista de Lavrov es Nicaragua, un país históricamente relacionado con Rusia desde los años 80. En el país centroamericano, se prevé que el mandatario ruso aborde el desarrollo de las relaciones bilaterales, proyectos económicos y la cooperación en organizaciones internacionales.

Cuba, conocido socio de Rusia, será la última escala del dirigente antes de regresar a Rusia. Esta isla es, desde los años 60, el mayor aliado de Rusia en la región. El país se encuentra en una difícil situación, incluso con problemas para garantizar su propio suministro de comida y energía, y en un momento como éste, necesita del apoyo de aliados importantes como Rusia. En noviembre pasado, el propio presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, viajó a Moscú para reunirse con su homólogo Putin.  

BRICS, el otro polo

La visita a Brasil, la primera de las paradas de la gira latinomericana de Lavrov, fue sin ningún género de dudas la escala de mayor relevancia. El país integra, junto con Rusia, la India, China y Sudáfrica, el denominado bloque de los BRICS, países de economía emergente, cuyos miembros barajan la creación de una divisa común. Una de sus máximas es también fomentar el mundo multipolar, es decir, con diferentes potencias globales y no con un único referente como EEUU. Brasilia destaca por ser, además del socio económico más potente de Rusia, el único aliado considerado como una "democracia" de acuerdo con ránkings como el de la revista "The Economist".

Recientemente el presidente brasileño Lula da Silva criticó a EEUU por “avivar” el conflicto en Ucrania, y pidió por un avance a “una solución pacífica”. Ha propuesto un plan de paz, tal y como ya hizo China anteriormente, aunque el Kremlin no se ha pronunciado al respecto. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se ha limitado a asegurar que era "demasiado pronto para hacer valoraciones" y que era necdsario antes "obtener información, conocer los matices”. Sobre la propuesta, apuntó que “cualquier idea que tenga en cuenta los intereses de Rusia” merece atención.

Además de inclinarse por Rusia, Lula también sugirió que, desde su punto de vista, Moscú se convirtiera en "el garante de la paz mundial”, al tiempo que mostró repetidamente su interés en mediar en las conversaciones directas entre los presidentes de los dos bandos beligerantes. Las sanciones contra Rusia, otra de las medidas de represalias por lanzar la invasión del país vecino, tampoco son del agrado del líder brasileño, que considera que más allá del propio estado agresor, “tienen consecuencias negativas para las economías de todo el mundo, especialmente para los países en vías de desarrollo”. El propio Lula fue invitado por Putin al foro económico de San Petersburgo, algo que transmite la buena sintonía existente entre Brasilia y Moscú. 

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