Conflicto en el este de Europa

El campo español afronta dividido la entrada de grano ucraniano libre de aranceles

El campo polaco se revuelve contra la UE y colapsa el cereal ucraniano

El sector se solidariza con las reivindicaciones de los agricultores polacos o húngaros, pero considera que España no puede prescindir del cereal ucraniano

Campo de cereales en Zamora.

Campo de cereales en Zamora. / EFE

Ricardo Mir de Francia

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La indignación que recorre los campos de Europa del Este, y que ha llevado a los gobiernos de Polonia, Hungría y Eslovaquia a vetar la entrada de grano ucraniano en sus mercados, ha abierto un conflicto en el seno de la Unión Europea y amenaza con resquebrajar el sólido apoyo a Kiev de los Veintisiete. El detonante no es otro que exención arancelaria que la UE concedió el verano pasado a los cereales ucranianos para respaldar su maltrecha economía en plena agresión militar rusa y que, según los agricultores de la Europa oriental, está ahora reventando los precios. En España la situación es menos acuciante. El campo necesita de esas importaciones para satisfacer la demanda, pero preocupa el efecto de la llegada descontrolada del grano ucraniano en los precios del cereal, según las fuentes consultadas.

España es después de China el país que más cereales ha importado de Ucrania desde que comenzó la guerra. O para ser más exactos, desde que Naciones Unidas y Turquía llegaran el pasado mes de julio a un acuerdo con Rusia para permitir el acceso del cereal ucraniano a los mercados internacionales a través de un corredor seguro por el Mar Negro, una entente alcanzada con la intención de paliar la crisis alimentaria de alcance global provocada por el conflicto. Desde entonces España ha importado 4.9 millones de toneladas de cereal, tanto trigo, maíz y cebada como aceite de girasol, seguido a larga distancia por Turquía, con 3 millones de toneladas. 

“A España no le está perjudicando la llegada de cereal ucraniano porque no tenemos suficiente para abastecer nuestro mercado. Pero al mismo tiempo no es justo que llegue libre de aranceles porque empuja a la baja los precios de nuestros productores”, asegura José Roales, responsable nacional de cultivos herbáceos de COAG, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos. En un año normal, el mercado español importa aproximadamente la mitad de los cereales que consume, dedicados tanto a la producción alimentaria como al pienso de la ganadería. En los últimos meses los precios se han moderado y han vuelto en gran medida a los niveles previos a la guerra.

Impacto en el precio del cereal español

Como país importador que es, España no marca los precios de los cereales, un mercado tradicionalmente expuesto a los vaivenes de la especulación. “Si el grano ucraniano vale 200 euros, no puedes vender el español a 205. Lo tienes que vender al mismo precio”, asegura José Manuel Álvarez, secretario general de ACCOE, la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas, que representa a los comerciantes del sector. Influyen muchos factores en su cotización, pero también desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) se aprecia un impacto en los precios del cereal español a raíz del trato preferente concedido al grano ucraniano en Bruselas. “Evidentemente se está notando. El precio en las lonjas donde cotizan los cereales está bajando significativamente y está llevando a una situación preocupante”, afirma José Manuel Roche, secretario de Relaciones Internacionales de la UPA. 

“Estamos plenamente de acuerdo en que se apoye a Ucrania, pero no puede ser que sus cereales inunden nuestros mercados sin los mismos aranceles y requisitos que se exigen a otros países de fuera de la UE”, añade en una conversación telefónica.

El efecto de la sequía

En el sector no parece haber, sin embargo, unidad respecto a la cuestión. Para empezar porque difieren los intereses de los productores de cereal, que buscan precios elevados, y los ganaderos, que persiguen lo contrario para no incrementar el coste que supone alimentar a sus cabañas. Y si bien, cuando baja el precio del grano suele hacerlo también el del pienso, la especulación impide a veces que el efecto sea correlativo, según las fuentes consultadas. “A nosotros nos pasa lo contrario que a Polonia. Si entra el arancel ucraniano libre de aranceles mucho mejor”, dice Rosa Pruna, presidenta de ASAJA en Catalunya, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, la más importante de la Península. “Estamos muy preocupados porque se está produciendo una situación muy extraña. La sequía es horrible y ahora solo nos faltaba que algunos países se opongan a la entrada del grano ucraniano”.

Pruna no exagera. Un informe reciente de la COAG sostiene que la sequía asfixia al 60% del campo español y producirá “perdidas irreversibles” en 3.5 millones de hectáreas de cereales de secano. En Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha y Murcia se dan ya por perdidas las cosechas de trigo y cebada, así como en las zonas más áridas de Catalunya, Aragón y Castilla y León, según la misma organización. “Catalunya no recogerá ni la mitad de lo que solía recoger y eso hará que se tenga que matar a muchos animales porque el coste de la alimentación será muy alto. Eso se va a trasladar al consumidor”, añade Pruna desde ASAJA. 

Si bien el sector no parece haber consensuado una postura para trasladársela en estos momentos al Gobierno, insiste en que sigue siendo una prioridad para el campo peninsular contar con el grano ucraniano. “España no puede permitirse ir contra la entrada de grano ucraniano libre de aranceles. Sería un suicidio. Necesita que siga llegando el cereal”, afirma Álvarez desde ACCOE

Por el momento, la UE sostiene que el veto a las importaciones ucranianas aplicado por Polonia o Hungría es “inaceptable”, mientras que el ministro de Agricultura, Luis Planas, dijo el martes que espera que Bruselas responda a las necesidades de los agricultores de Europa del Este sin que se impida la salida del grano ucraniano a través de sus respectivas fronteras. 

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