Represión rusa

Biden afirma que la detención del periodista estadounidense en Rusia "rebasa los límites"

Evan Gershkovich, corresponsal de 'The Wall Street Journal', fue arrestado a finales de marzo acusado de espionaje

Un ejemplar de The Wall Street Journal, en una imagen de archivo

Un ejemplar de The Wall Street Journal, en una imagen de archivo / JUSTIN LANE / EFE

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El presidente de EEUU, Joe Biden, aseguró este martes que la detención del corresponsal de 'The Wall Street Journal' Evan Gershkovich bajo la acusación de espionaje "rebasa los límites" y es "totalmente ilegal". Gershkovich fue arrestado a finales de marzo en Ekaterimburgo, a unos 1.800 kilómetros de Moscú, "con las manos en la masa", según el Gobierno ruso, un extremo que rechazan el propio periodista y su diario.

El Kremlin informó de que Estados Unidos está en su derecho de defender a Gershkovich, pero que el tribunal ruso tendrá la última palabra. "EEUU puede y debe defender a su ciudadano", señaló este martes el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria. A la vez, enfatizó que Gershkovich "ha violado las leyes rusas". "Es de lo que se le acusa y la decisión la tomará el tribunal", aseveró.

El Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) acusó formalmente de espionaje al periodista estadounidense el pasado día 7. "La investigación del FSB presentó contra Gershkovich la acusación de espionaje en beneficio de su país. Él niega categóricamente todas las acusaciones y declaró que se dedicaba en Rusia a actividades periodísticas", informó una fuente de los servicios de seguridad rusas.

Los abogados del reportero han recurrido su detención, mientras decenas de periodistas independientes rusos escribieron una carta demandando su liberación y calificando de gratuita la acusación de espionaje en virtud del artículo 276 del Código Penal, cargo que acarrea hasta 20 años de cárcel.

Este lunes, el Departamento de Estado de EEUU clasificó formalmente al reportero como "detenido injustamente", un estatus que pone el caso en manos del enviado especial para rehenes, Roger Carstens.