Hallazgos gastro

Comer bien en la Barcelona más turística: adiós a las sangrías y paellas congeladas

Aún hay refugios gastro entre turistas. Restaurantes donde comer bien entre hordas de chanclas con calcetines a pie de Sagrada Família, Barceloneta o Plaza Catalunya

Restaurantes donde comer en las zonas turísticas de Barcelona… ¡sin turistas!

Croquetas de rabo de toro de Casa Pince.

Croquetas de rabo de toro de Casa Pince. / Instagram

Òscar Broc

Òscar Broc

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aterradoras hordas de chanclas con calcetines. Palos de selfie como lanzas. Camisetas de fútbol compradas en el top manta. El turismo ya invade Barcelona y se hace fuerte en los puntos más calientes, territorios plagados de trampas para turistas. Hay que ir con pies de plomo en zona de guerra, si quieres comer bien. Afortunadamente, la Barcelona más turística todavía cuenta con algunos refugios en sus zonas más conflictivas: olvídate de paellas congeladas y kebabs radioactivos. Aunque parezca increíble, todavía es posible comer bien entre turistas. Si vamos a la guerra, hagámoslo al menos bien comidos.   

1. Plaza Sant Jaume

Milagro en el Gòtic

Casa Pince (Rauric, 10). Una anomalía en territorio de alta densidad turística. Un equipo joven con ganas de poner en valor la cocina tradicional. Comandado por la chef Silma Ayres (Direkte Boqueria, Disfrutar, Moments), el Pince team juega con dos cartas: una de tapas y aperitivos, y otra de platillos más elaborados. Lista tirando a corta, pero todo lo que sale de la cocina está muy rico.

La ensaladilla de gamba (con el jugo de las cabezas) grita “verano” a cefalotórax batiente. Ronroneos felinos con las croquetas de rabo de toro. Disfruto como un chalado con la cremosidad de las judías de Santa Pau con butifarra. Imprescindible rematar la faena con el arroz. En carta, figura el de carabinero, pero Silma saca un arroz de fricandó que me hace desear que vuelva el frío. Un milagrito tocando la plaza Sant Jaume. Y con un esplendoroso menú del día a 18,50 €: pruebo la lubina (buah) y el precio me parece una ganga.    


2. Born

Can Rosalía

El éxito no ha matado a Bar del Pla (Montcada, 2), lo ha hecho más fuerte. Ubicado en una de los centros nerviosos del Born más turístico, este bar de tapas ha mantenido desde sus comienzos un compromiso inquebrantable con la excelencia de sus tapas, por muy populares que sean. Rosalía no lo mentó en vano. En Bar del Pla te esperan platillos para todos los públicos, elaborados con un plus de calidad que ubica este veterano negocio muy por encima de la oferta circundante. Mis irrenunciables serían las míticas bravas de la casa, el carpaccio de champiñones con fresas y wasabi, el steak tartar con foie o las croquetas de jamón ibérico… Por cierto, zambúllete en su exquisita carta de vinos con chaleco salvavidas.

En la misma calle Montcada, al lado del concurridísimo Xampanyet, está la bodega La Puntual (Montcada, 22): vermut, conservas, tapas y platillos de notable efectividad en un entorno colonizado.


3. Plaza Catalunya

Desayuno fuerte

En la confluencia de las calles Bergara y Pelai hay más peña que en Coachella. Afortunadamente, entre franquicias y restaurantes de sushi para guiris, se encuentra La Esquina (Bergara, 2), un espacio acogedor que evitará que maltrates tu paladar en las denigrantes inmediaciones de plaza Catalunya.

En la carta ideada por Alexis Peñalver (La Pubilla) hay buena cocina mediterránea, guiños al recetario catalán y desvíos de autor aplicados con mesura. Tapas y platillos mandan en un desfile de pecados de alta suculencia. Croquetón con sombrero de atún y glaseado de ave. Arroz de sepia con alcachofas y tirabeques. Tortilla con cocochas al pil pil. Canelón de ‘rostit’… Por cierto, también disponen de potentísimos desayunos de cuchillo y tenedor. ¡Huevos fritos con panceta a las diez de la mañana en Plaza Catalunya! ¿Dónde está la cámara oculta?


4. Sagrada Família

Pizzas de premio

A un tiro de mozzarella de la Sagrada Família, puedes zamparte una de las mejores pizzas de la ciudad. Aunque tenga más éxito que Taylor Swift, Can Pizza (Passatge de Simó, 21) sigue facturando unos discos con bordes tostaditos, masa de calidad, ingredientes sabrosos y combinaciones tochas. Mi favorita es la Al Capone, con tomate, alcaparras, burrata, cebolla roja, ‘nduja, aceitunas negras, orégano y una foto de tu dietista atravesada por un cuchillo. 


5. BBQ en Pl. Catalunya

Ahumado mío

Zona de peligro. Todos al suelo. Aunque parezca mentira, es posible comer bien en plaza Catalunya. Si te abres paso entre la marabunta a codazo limpio, encontrarás The Ranch Smoke House (Rda. Universitat, 20), un garito invadido por la neblina de la barbacoa estadounidense. En este desfase yanqui se facturan hamburguesas gochas y platazos de carnes ahumadas que tumbarían a Hovik Keuchkerian. Al rancho se va con hambre lobuna o no se va.

Porque esas generosas burgers y esos combos de carnes colosales no se las va a comer el espíritu santo. Las costillas estilo St. Louis y la costilla de ternera ahumada cumplen. Y si quieres ver a la gente perder los papeles, pon la bandeja XL de nachos en el centro de la mesa. 


6. Barceloneta

'Fast food' en la playa

La playa da hambre. Esquivar turistas también. En la Barceloneta más petada, lo sensato es darle a la comida rápida, si no quieres gastarte un pastón en una paella con el arroz pasado y gambas chichinabo. En esta zona cero, puedes recurrir a la fiabilidad de The Fish & Chips Shop (Pepe Rubianes, 37). Su pescado fresco rebozado con papas es antológico, y, además, solo en el restaurante de Barceloneta encontrarás el Lobster Roll, un bocadillo de bogavante fresco con pan de brioche que está para chuparse los nudillos. Además, el restaurante está en primera línea de playa, por si te apetece remojar las carnes.

Y hablando de carnes, otro santuario fast food que no puedes perderte en la Barceloneta más hardcore es la hamburguesería La Sagrada (Sant Carles, 11), famosa en las redes por unas inyecciones de cheddar que ríete de Re-Animator. Sus credenciales: salsas caseras, pan de brioche artesanal, carnes de calidad y una Bacon Cheese Love que me vuelve majareta. 

La Sagrada ofrece inyecciones de queso por si quieres inocularle una dosis extra a la ‘burger’. 

La Sagrada ofrece inyecciones de queso por si quieres inocularle una dosis extra a la ‘burger’. / Laura Guerrero


7. Plaza España / Rambla Catalunya

100 metros brasa

Su estrecha vinculación con el celebérrimo horno de carbón Josper es una señal a tener en cuenta. Mi sucursal favorita está en pleno hervidero turístico de Plaza España: Pura Brasa (Las Arenas, Gran Via, 373-385). Pero ofrece un producto de notable calidad. El Josper marca el grueso de la carta; puedes pedirte un entrecot de ternera, costillas de cerdo, lomo de wagyu, un delicioso burger de wagyu o el inevitable chuletón. Pescados y verduras también pasan por el carbón. Además, tienen otro restaurante en otra zona de guerra, la parte baja de Rambla Catalunya (número 13): les va la marcha.  


8. Parc de la Ciutadella

Pasta gansa

Murivecchi (Princesa, 59) celebra sus 20 años de vida en plena forma, recibiendo a viajeros y locales en uno de los enclaves turísticos más agitados del Born: cerquísima del Parc de la Ciutadella. A pesar de la presión turística, este negocio familiar es uno de esos restaurantes en los que puedes confiar. Buenas pastas, pizzas de calidad, una soberbia berenjena a la parmesana, veteranía y mucho oficio. Para festejar su vigésimo aniversario disponen de un nuevo plato de pasta, los deliciosos tagliolini con ceps, crema de parmesano, azafrán y yema de huevo. ¡Felicidades! 

Suscríbete para seguir leyendo