Guerra en Europa

Putin ordena un alto el fuego de 36 horas en Ucrania por la Navidad ortodoxa

El presidente de Rusia ha llamado a Kiev a secundar la tregua desde las 12.00 horas de este viernes, pero Kiev en la decisión "una trampa cínica y un elemento de propaganda"

El presidente ruso, Vladimir Putin, habla por teléfono con David Shmelev, un niño de siete años de la región de Stavropol Krai, que participó en la campaña benéfica nacional New Year Tree of Wishes, en la residencia estatal de Novo-Ogaryovo, en las afueras de Moscú.

El presidente ruso, Vladimir Putin, habla por teléfono con David Shmelev, un niño de siete años de la región de Stavropol Krai, que participó en la campaña benéfica nacional New Year Tree of Wishes, en la residencia estatal de Novo-Ogaryovo, en las afueras de Moscú. / MIKHAIL KLIMENTYEV/AFP

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El presidente ruso, Vladímir Putin, ha ordenado un alto el fuego de 36 horas en Ucrania para que se pueda celebrar la Navidad ortodoxa, un gesto adoptado a instancias del patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que sigue contando con nutrida feligresía en Ucrania. El alto fuego se ha anunciado desde el mediodía de este viernes hasta la medianoche del 7 de enero y es el primero que una de las partes proclama desde que comenzó la invasión el pasado 24 de febrero. Ucrania no ha respondido de forma inmediata al anuncio del Kremlin, pero sí lo ha hecho a la iniciativa previa del patriarca Kiril. El Gobierno de Kiev, que ya propuso una tregua para el 25 de diciembre siempre y cuando las tropas rusas se retirasen de los territorios ocupados, ha tildado la oferta de “trampa cínica” y “elemento de propaganda”.

No hay por lo tanto muchos visos de que la guerra de desgaste que actualmente libran ambos bandos, sin nuevas ofensivas en marcha y los combates más duros concentrados en la región del Donbás, pueda dar paso a una interrupción sostenida de las hostilidades. De hecho, las fuerzas de seguridad ucranianas llevan semanas registrando iglesias y monasterios de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el país, a lo que habría que añadir los arrestos de algunos clérigos y monjas, a los que acusan de trabajar para el Kremlin en sus campañas de propaganda y otros actos subversivos en Ucrania.

Desde que comenzó la guerra, la iglesia del patriarca Kiril se ha negado a condenar la invasión e incluso a oficiar funerales para los soldados ucranianos muertos en combate, una actitud que ha soliviantado a muchos de sus fieles ucranianos. Kiril ha llegado a describir la agresión rusa como “un combate metafísico” para prevenir que el mundo eslavo sea absorbido por el liberalismo occidental.

“Teniendo en cuenta que una parte significativa de los ciudadanos que profesan la ortodoxia viven en las zonas de los combates, pedimos al bando ucraniano que declare un alto el fuego y les dé la oportunidad de asistir a los servicios de Nochebuena, así como a los de la Navidad de Cristo”, afirma la orden de Putin transmitida al ministerio de Defensa y publicada por la web del Kremlin. La Iglesia Ortodoxa se guía por el calendario juliano, que celebra la Navidad en fechas posteriores a las del calendario gregoriano.

Conversación con Erdogan

El anuncio de Putin llega horas después de que el autócrata ruso mantuviera una conversación telefónica con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, quien volvió a ofrecer a su país como mediador en el conflicto. Erdogan le pidió a Putin que declare un alto el fuego unilateral como primer paso para reanudar las conversaciones de paz, detenidas hace meses. “El presidente Erdogan ha llamado a la paz y a las negociaciones, que deberían ir respaldadas por un alto el fuego unilateral y un plan para alcanzar una solución justa”.

Lo cierto, sin embargo, es que los puntos de partida de ambos bandos son irreconciliables. Ucrania exige la retirada previa de las tropas rusas de todas las regiones ocupadas por el Kremlin desde 2014, mientras que Moscú pone como condición a Kiev que reconozca las “nuevas realidades territoriales”, como reiteró este jueves el Gobierno ruso. Dicho de otra manera, que reconozca las conquistas a punta de pistola de los militares rusos.

Y, mientras, continúan los brutales combates en Bajmut, una pequeña ciudad del Donbás situada a 90 kilómetros de Donetsk, la capital de la provincia oriental del mismo nombre. Ambos bandos llevan semanas enfrascados en la localidad y sus alrededores, tan intensamente bombardeadas que, según el gobernador de la región, el 60% de la ciudad está en ruinas.