Fecha histórica

¿Qué fue la Tregua de Navidad de 1914?

Soldados aliados y alemanes jugaron hace 100 años un partido en medio de la Primera Guerra Mundial

Recreación del partido del armisticio, realizada en el 2008 en Dale  Barracks.

Recreación del partido del armisticio, realizada en el 2008 en Dale Barracks.

DAVID TORRAS / BARCELONA

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Nadie sabe muy bien cómo ocurrió, cuál fue la primera señal, quién fue el primero que levantó la cabeza y miró al frente jugándose el pellejo, y salió de la trinchera, y echó a caminar hacia el otro lado, con los brazos abiertos. Un gesto de paz en medio de un escenario lleno de muerte; los cuerpos desparramados, la tierra hundida por las bombas, un devastado paisaje lunar, el retrato de una de las peores barbaries de la humanidad: la Primera Guerra Mundial.

Nadie sabe muy bien si esa figura era la de un soldado alemán, sujetando un árbol de navidad y una bandera blanca, como cuentan algunas crónicas, avanzando hacia las posiciones aliadas en una escena que 100 años después el mundo recuerda con emoción, pero incapaz de ponerse en la piel de quienes vivieron aquel 25 de diciembre de 1914, los soldados que, sin saberlo, iban a escribir uno de los pocos episodios que vale la pena recordar de una guerra: la tregua de Navidad.

Aquel encuentro entre los dos ejércitos, en el frente belga, muy cerca del pueblo de Ypres, empezó a gestarse la noche antes, en las mismas trincheras, cuando desde el lado británico escucharon un sonido que les costó identificar. Una voz que fue creciendo hasta convertirse en un coro, y que inicialmente interpretaron como una estrategia de distracción. Pero no, era una canción, cuya melodía enseguida reconocieron: 'Stille Nacht' (Noche de Paz), que unos y otros acabaron entonando a coro, en una singular mezcla de idiomas, a la que siguieron otros cánticos,

Alto el fuego

Fue el inicio de una noche de confraternización, un improvisado alto el fuego que se prolongó varios días y que dejó imágenes imborrables entre quienes llevaban cinco meses de guerra y a los que habían prometido que todo acabaría pronto y que pasarían las navidades en casa. Soldados estrechándose la mano, intercambiando tabaco, bebidas, mostrando las fotos de su familia, haciendo esfuerzos por entenderse después de haber estado días y días matándose unos a otros, y queriendo creer, ingenuamente, que después de esto no tendrían que volver a hacerlo.

Y en medio de aquella tregua, nadie sabe muy bien cómo tampoco, apareció una pelota. O dos. O muchas a lo largo de esas interminables líneas de trincheras, porque hay unos cuantos testimonios de partidos improvisados sobre el barro. Pero hubo por lo menos uno, muy especial, un simbólico balón que 100 años después sigue rodando y que el mundo del fútbol ha querido recordar. Las crónicas coinciden en que salió del bando inglés y muchos la atribuyen a un soldado escocés, tal vez, un miembro del equipo de los Hearts para dar todavía más épica a un momento tan emotivo.

Dieciséis de sus jugadores corrieron a hacerse voluntarios para luchar en el frente. Siete de ellos perdieron la vida. Hace una semana, un grupo de jóvenes jugadores presentaron sus respetos a uno de aquellos héroes. Visitaron el cementerio de Dud Corner en Loos-en-Gohelle donde hay una placa recordando un nombre: James Speedie. Fue el primer miembro de los Hearts que se alistó. Murió en septiembre de 1915, a los 21 años, pero su cuerpo nunca fue encontrado. Ese grupo de jóvenes eran un equipo del Hearts, que han participado con representantes de otras academias de diferentes países en un torneo conmemorativo.

¿Victoria alemana?

«Había una multitud entre las trincheras. Alguien sacó una pequeña pelota, así que por supuesto empezó un partido de fútbol», escribió el teniente inglés del Regimiento de Cheshire Charles Brockbank en su diario, que forma parte de una exhibición en el Museo Nacional de Fútbol en Manchester. No hay detalles del partido, aunque a medio camino entre la leyenda y la ficción, Robert Graves y Ken Follet recrearon aquel episodio que, dicen, ganaron los alemanes (3-2)