Elecciones

La desaparición de la izquierda en Israel

Los partidos progresistas pierden apoyos y relevancia en el Estado que nació de los valores socialistas y sionistas

"Su declive impacta de lleno en el futuro de posibles conversaciones de paz con los palestinos", denuncia un experto

Carteles electorales en una calle de Tel Aviv.

Carteles electorales en una calle de Tel Aviv. / AHMAD GHARABLI

Andrea López-Tomàs

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Hace casi 75 años, nació un Estado construido en las comunas. Mientras lejos de allí los líderes sionistas soñaban con un hogar para el pueblo judío, los habitantes de los kibbutz usaron la tierra para desarrollar una vida basada en el socialismo. Desde principios del siglo pasado, la izquierda reparó en uno de los movimientos comunales más importantes de la historia. Luego, los moshav cooperativos fascinaron a los revolucionarios que vieron en el nacimiento de Israel una esperanza para la izquierda. Ahora, apenas 150.000 personas de nueve millones de habitantes, un 1,7% de la población, vive en las cunas del Estado hebreo.

La debacle de una opción de vida socialista va a la par del colapso de los partidos de izquierda en la política israelí. En apenas tres décadas, el sueño progresista se ha desvanecido en la tierra y en el Parlamento. Ehud Barak en 1999 fue el último primer ministro de un partido clásico de centro-izquierda. Las formaciones históricamente progresistas, Meretz y el Partido Laborista, sumaron 56 escaños en 1992. En los últimos comicios de marzo, alcanzaron los 14 escaños. "Si logran los mismos resultados el martes, será un milagro", reconoce a EL PERIÓDICO Gideon Rahat del Instituto de Democracia de Israel (IDI). 

Quintos comicios

Israel celebra sus quintos comicios en tres años y medio. Las encuestas vienen a confirmar lo que lleva décadas anunciándose: la izquierda israelí casi ha desaparecido. "Los partidos de izquierda han defendido siempre la idea de una solución de dos estados para el conflicto israelo-palestino", explica Rahat, "pero la Segunda Intifada y los ataques suicidas de 2001 y 2002 han dañado la viabilidad de la solución de dos estados". Alienados por una izquierda con discursos inconcretos, muchos de sus votantes buscaron soluciones en el centro o, incluso, la derecha.

"Aquí, la izquierda y la derecha se diferencian no por el apoyo a los problemas sociales, sino en la política exterior o la seguridad", añade el también profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén. El colapso del diálogo de paz con los palestinos ha sido el principio del fin de la izquierda israelí. "En su día, la izquierda trató de promover algún tipo de solución con los palestinos, pero este tema ya no es relevante en la política israelí", añade Rahat para este diario. Lejos quedan los días en que un primer ministro laborista como Yitzhak Rabin podía ganar un Nobel de la mano de su enemigo palestino, Yaser Arafat

Giro neoliberal

Fue la propia izquierda quién se alejó de esos ideales socialistas y en 1985 impulsó un giro neoliberal de su economía. "Desde entonces, sumado a la continuada ocupación de los territorios palestinos, ha habido grandes cambios en la política socioeconómica de Israel", explica Yaron Hoffmann-Dishon, un investigador del centro progresista Adva. Este cambio impactó de lleno en la posición ideológica de la sociedad israelí. En 1995, sólo el 29% de la población se consideraba "de derecha", pero una encuesta del IDI muestra que en el 2021, ese número alcanzaba el 62%. Los partidarios de la izquierda solo eran el 11%, frente al 36% de 1995.

Con estos datos, la semana que viene, la sociedad israelí puede amanecer con la Knesset más derechista de su historia. Las encuestas muestran que hasta 80 de los 120 escaños podrían ir a partidos identificados como de derecha, incluidos, por primera vez desde 1984, discípulos del supremacista judío de ultraderecha Meir Kahane. El resto se repartirán entre partidos de izquierda, centristas -ya expertos en aglutinar el voto de los izquierdistas decepcionados- y formaciones que representan al 20% de la población palestina de Israel. 

"Los votantes de izquierda no pertenecen a la clase trabajadora, son clase media con un alto nivel educativo e ingresos decentes", cuenta Rahat. El desguace global de la clase media también ha llegado a Israel y su sistema político. "No tienen interés en las políticas socialistas sino que apoyan a la izquierda por ideología y esto no es una base sólida para un partido político", añade. Ante esa ausencia de cimientos, el centro ha encontrado su lugar, con el actual primer ministro, Yair Lapid, a la cabeza. 

Sin conversaciones de paz

Mientras la izquierda se achica en Israel, la sociedad se resiente. "Vemos cómo el sistema israelí, los votantes israelíes y la agenda israelí se están moviendo hacia la derecha, y eso impacta de lleno en el futuro de posibles conversaciones de paz y la posibilidad de un estado de bienestar universal", explica Rahat. "Las consecuencias ya están afectando a los sectores más vulnerables de la sociedad, como las mujeres, la comunidad LGBTIQ, la defensa de los derechos humanos o la lucha medioambiental", añade desde Jerusalén.

Aquellos idealistas que aún defienden un mundo a la izquierda lo tienen claro. "La conexión entre la continuación de la ocupación, la situación socioeconómica y la desigualdad en Israel no se discute suficientemente en el discurso político en Israel", denuncia Hoffman-Dishon. A unos meses del 75º aniversario de la creación del Estado, los kibbutz han perdido influencia a favor de los asentamientos ilegales en los territorios ocupados. Los jóvenes socialistas que sembraron estas tierras han sido sustituidos por los colonos aferrados a un fundamentalismo religioso. El progresismo ha muerto en Israel, y nadie va a llorarle a su tumba.

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