Tiroteo en la capital de Israel

Dos muertos en un atentado en una zona de ocio de Tel Aviv

Con este cuarto atentado en dos semanas en Israel, ya han muerto 13 personas en uno de los períodos más letales en el Estado hebreo desde la segunda intifada

Tiroteo en Israel.

Tiroteo en Israel. / EFE

Andrea López-Tomàs

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Nuevo atentado en Israel. En el cuarto ataque en las últimas semanas, un atacante ha disparado a las personas que disfrutaban de una festiva noche de jueves en Tel Aviv. Dos jóvenes de 27 años han muerto y unas 15 personas heridas de gravedad por el tiroteo. Tras nueve horas de búsqueda, los mil agentes de seguridad desplegados sobre el terreno han neutralizado al autor de los hechos, un palestino de la Cisjordania ocupada, que se escondía en una mezquita en la zona de Jaffa. El ataque a la bulliciosa calle Dizengoff de la capital israelí se suma a la ola de atentados acontecidos en todo el territorio israelí durante los últimos días que se han cobrado 11 vidas. Este viernes ya son 13 las víctimas mortales. 

Un jueves por la noche, la calle Dizengoff suele estar desbordada de terrazas de bares y restaurantes llenas de gente. La calurosa primavera que acaba de instalarse en la región hizo que fueran muchos los que decidieran iniciar su fin de semana en alguno de esos locales. Como optaron por hacer Tomer Morad y Eitam Megini, dos amigos de la infancia de Kfar Saba, al norte de Tel Aviv. Mientras tomaban unas cervezas, empezaron a sonar los tiros. Raad Fathi Zaydan, de 29 años, empezó a disparar sembrando el pánico y provocando que la gente se escondiera bajo las mesas. Se desconocen los motivos del ataque ya que ningún grupo lo ha reivindicado.

Durante las nueve horas de búsqueda policial, los agentes instaron a los residentes de Tel Aviv a quedarse en sus casas. Vídeos en redes sociales mostraban a decenas de personas abandonando en masa la escena del crimen. Los afectados por el atentado eran jóvenes de entre 20 y 30 años, ya que el ataque ocurrió en un lugar muy común de encuentro entre la juventud a las puertas del fin de semana. Pero las calles de Tel Aviv lucían muy distintas. La policía israelí, la policía de fronteras, reservistas que son parte de las tropas del Ejército israelí y civiles armados buscaban edificio por edificio en barrios residenciales muy poblados para encontrar al atacante. Más de 1.000 agentes fueron desplegados sobre el terreno en la capital.

Sin "afiliación organizativa clara"

"Después de una noche difícil, y después de largas horas de actividad de la policía, el ejército y el Shin Bet, logramos esta mañana, a través de inteligencia y cooperación operativa, cerrar el círculo y matar al terrorista en un tiroteo", ha anunciado el jefe de policía israelí, Kobi Shabtai, al amanecer. Zaydan se había escondido en una mezquita en el barrio de Jaffa, la zona a orillas del mar donde aún se conservan la cultura y las tradiciones palestinas. Allí, las fuerzas de seguridad le acorralaron y le mataron en un intercambio de disparos.

Zaydan era del campo de refugiados de Jenin, al norte de la Cisjordania ocupada. No tenía una "afiliación organizativa clara", según el Shin Bet, ni antecedentes penales previos. Su padre, Hazem Fathi, es un exoficial de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina. "Tus ojos verán la victoria pronto; tú verás el cambio", ha elogiado Fathi a su hijo ante una multitud reunida frente a la casa de la familia este viernes. "Lograrás tu libertad… Dios, libera a la Mezquita al Aqsa de la profanación de los ocupantes", ha pedido.

Reacciones diplomáticas

No se había visto algo así desde 2016 cuando hubo un tiroteo en un pub de la calle Dizengoff. Dos personas murieron y varias resultaron heridas. Días después, la policía mató al supuesto atacante, un ciudadano israelí de origen palestino. El de este jueves es el cuarto atentado en Israel en dos semanas. El pasado 22 de marzo, cuatro israelís fueron asesinados en un ataque con cuchillo y atropello en Beersheba, al sur del país. Cinco días después, dos policías murieron en un tiroteo en Hadera. Estos dos primeros atentados fueron reivindicados por Estado Islámico, haciendo saltar las alarmas de las autoridades israelís sobre un problema que creían ya enterrado. Solo pasaron tres días hasta que cinco personas perdieron la vida en otro tiroteo en Bnei Brak.

Por su parte, el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, se ha desplazado a la zona del tiroteo. Allí se ha encontrado con manchas de sangre en el suelo, cristales rotos, sillas y mesas tumbadas. Poco después, han empezado a llegar las reacciones diplomáticas en Twitter. El embajador de la Unión Europea en Israel, Dimiter Tzantchev, ha afirmado estar "profundamente preocupado por las informaciones sobre otro ataque terrorista contra civiles israelís, esta vez en el corazón de Tel Aviv; escalofriante". El representante estadounidense, Tom Nides, también se ha mostrado "horrorizado de ver otro ataque terrorista cobarde en civiles inocentes".

Tensión en Ramadán

Sin reivindicar el tiroteo, Hamás lo ha celebrado. "Las operaciones de resistencia son una respuesta natural a los crímenes de Israel contra el pueblo palestino", ha afirmado el oficial de la milicia palestina, Mushir al Masri, a Al Jazeera. Además de los recientes ataques, ya se auguraba un clima de tensión por el inicio del mes del Ramadán el pasado fin de semana. Este año coinciden tres festividades religiosas, el Pesaj (la Pascua judía), el Ramadán y la Pascua. Para evitar enfrentamientos, Israel ha tomado una serie de medidas como la emisión de miles de permisos de trabajo adicionales para los palestinos de la Franja de Gaza gobernada por Hamás.

Antes del ataque, las autoridades israelís habían anunciado que permitirían a mujeres, niños y hombres mayores de 40 años de la Cisjordania ocupada rezar en la mezquita de Al-Aqsa en el este de Jerusalén este viernes. Se esperaba que asistieran decenas de miles de personas por tratarse de las primeras oraciones semanales de este Ramadán. Precisamente durante el mes sagrado musulmán pasado, tuvieron lugar los enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelís en la Explanada de las Mezquitas por la política de expulsión de familias palestinas de Jerusalén ocupado. Durante 11 días, Hamás e Israel se enfrentaron en una guerra en los cielos que acabó con la vida de más de 250 personas en el lado palestino y unas 13 en el israelí.