Crisis sanitaria

Los "convoyes de la libertad" se acercan a París

Los manifestantes pretenden pasar la noche en la capital francesa y participar el sábado en las marchas semanales contra el pasaporte de vacunación

El heterogéneo movimiento mantiene similitudes con los "chalecos amarillos" y también denuncia la pérdida de poder adquisitivo

La policía francesa blinda París ante la "caravana de la libertad"

La policía francesa blinda París ante la "caravana de la libertad". En la foto, miembros de los convoyes reivindicativos se dirigen hacia París desde Vimy. /

Enric Bonet

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El heterogéneo movimiento de los "convoyes de la libertad" se acerca a París. Está previsto que unos 2.600 vehículos, según fuentes policiales, lleguen este viernes por la tarde y noche a la capital francesa, donde las autoridades prohibieron acciones de bloqueo de las carreteras. Inspirados en las manifestaciones de los camioneros de Canadá, quieren expresar su rechazo al uso omnipresente del pasaporte de vacunación en Francia, pero también denunciar la pérdida de poder adquisitivo, acentuada por la actual crisis energética.

Los participantes de los "convoyes de la libertad" franceses, cuyo destino final es una manifestación el lunes en Bruselas, partieron el miércoles en coche, caravana o vehículos compartidos de ciudades como Niza, Bayona o Perpinyà. Este movimiento parece una mezcla de los "chalecos amarillos" y de las protestas antivacunas y contra el certificado sanitario del pasado verano. "Hay personas de todos horizontes, no somos para nada unos fachas. Somos ciudadanos, tenemos familias, trabajamos y nos une básicamente la solidaridad contra el Gobierno", dijo en declaraciones a la AFP Vimi Sarah, una tatuadora de 40 años de Lens (norte) y que participa en uno de estos convoyes.

Penas de cárcel

Inicialmente, estos manifestantes pretendían bloquear los accesos a París. Pero la mano dura de Emmanuel Macron podría empujarles a optar por formas de protesta más convencionales. De hecho, se espera que el sábado se unan a las manifestaciones contra el pasaporte de vacunación, que se repiten cada fin de semana en Francia desde julio. "Si la gente quiere manifestarse con normalidad, puede hacerlo. Si quieren bloquear el tráfico, intervendremos", advirtió el jueves por la noche el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en el canal de televisión LCI.

La prefectura de la policía prohibió el jueves los "convoyes". Anunció un "mecanismo específico (...) para evitar el bloqueo de las carreteras y para multar y detener a quienes infrinjan la prohibición". Los manifestantes podrían ser condenados con penas de hasta seis meses de cárcel y 7.500 euros de multa. Los Campos Elíseos se estaban bunkerizando, con la instalación de barreras, este viernes al mediodía en aras de evitar destrozos y protestas insurreccionales como las de los "chalecos amarillos" en diciembre de 2018.

Estas imágenes contrastan con el ambiente festivo que ha predominado estos últimos días en los "convoyes". Gritos de "libertad", banderas francesas ondeando, reparto de comida... Una atmósfera fraternal y pacífica que recuerda la de los inicios de los "chalecos amarillos", antes de que sus protestas derivaran en duros enfrentamientos con la policía.

Primeras concesiones

Tras haber perdido fuelle desde finales del verano, la indignación de los anti-passe parecía arrinconada a un sector marginal y reticente de la sociedad gala, al que se oponía la mayoría de los ciudadanos. Sin embargo, ahora estos "convoyes", al denunciar también el encarecimiento de la vida en un momento en que el precio de la gasolina está disparado, pueden generar una mayor simpatía en el país vecino, cada vez más cansado tras dos años de restricciones sanitarias. De momento, ya han suscitado un interés mediático considerable.

Aunque se desconoce el impacto de sus protestas —los servicios de inteligencia han reconocido que "tienen dificultades para identificar y definir este movimiento inaudito"—, el Gobierno de Macron ya ha hecho las primeras concesiones. Este viernes anunció que a partir del 28 de febrero dejará de ser obligatorio el uso de la mascarilla en interiores en que se exija el pasaporte de vacunación. Y las autoridades galas también evocaron esta semana el final del pasaporte de vacunación a partir de finales de marzo, pocas semanas antes de las elecciones presidenciales.