Crisis sanitaria global

Italia estrena el nuevo certificado sanitario reforzado contra el covid

El 'Super Green Pass' se requerirá en bares y restaurantes pero no para trabajar, donde bastará el pase normal

Un millón de italianos se descargan en 24 horas el código QR del pasaporte covid tras haber finalizado el ciclo de vacunación

Turistas cogen agua en la fuente de la plaza de España en Roma

Turistas cogen agua en la fuente de la plaza de España en Roma / EFE / RICCARDO ANTIMIANI

Irene Savio

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Italia extrema sus medidas para contener el coronavirus con el nuevo certificado sanitario reforzado, que restringe aún más las actividades a los no vacunados, además de aumentar los controles en autobuses, metro y zonas comerciales, principales focos de contagio en Navidad.

El nuevo certificado, en poder de los ciudadanos vacunados y de quienes hayan superado la enfermedad -pero no para aquellos que presenten un test negativo-, ha empezado a requerirse desde este lunes para acceder al interior de bares, restaurantes, cines y teatros, pero también para entrar en eventos deportivos, discotecas, fiestas y ceremonias públicas, y estará vigente, en principio, hasta el próximo 15 de enero. Con esta medida, Italia se suma a la senda marcada por Alemania, con un confinamiento 'de facto' de los no inmunizados.

El Ministerio de Sanidad ya ha lanzado una aplicación que permite descargar el llamado 'Super Green Pass', como se le denomina en Italia y con una validez de nueve meses desde la última dosis para los vacunados y de seis meses para los que se hayan curado del covid. Para trabajar, será suficiente con mostrar el pase normal. En tan solo 24 horas, 968.069 personas se descargaron el pasaporte covid reforzado.

La medida impulsada por el Ejecutivo italiano ha conseguido en las primeras horas el objetivo marcado, que no es otro que incentivar la vacunación. Las autoridades y expertos lo han festejado. "La buena noticia es que hay unos 390.000 nuevos vacunados (desde el anuncio de la medida)", ha dicho Nino Cartabellota, presidente del centro de estudios Gimbe. "Esto demuestra que es posible resquebrajar incluso al núcleo duro de los antivacunas", ha añadido.

"Tenemos que respetar las nuevas reglas para salvar vidas humanas, salvar a las empresas y derrotar definitivamente el virus", argumentó, por su parte, Antonio Tajani, el expresidente del Parlamento Europeo y parlamentario de Forza Italia. "Un confinamiento nos costaría 9.000 millones de euros la semana, y no queremos que esta tragedia azote nuestro país. Nuestro enemigo no es el pasaporte covid, es el covid", añadió. En las últimas 24 horas, se han registrado en Italia 15.021 nuevos contagios y 43 muertos.

Multas de 400 hasta 1.000 euros

Las nuevas normas firmadas por el Gobierno de Mario Draghi también contemplan multas para aquellos que viajen en transporte público sin el pasaporte covid básico. Un ciudadano de origen rumano de 50 años ha sido el primer sancionado. El hombre descendía del bus en la estación romana de Flaminio cuando los agentes le pidieron exhibir su certificado covid. Al no tenerlo, los agentes le sancionaron con una multa de 400 euros. "¡No lo tengo porque me iba a vacunar en los próximos días!", intentó justificarse el desafortunado.

Draghi lo había anunciado y (al menos de momento) ha cumplido con la palabra. Ya a primera hora de esta mañana centenares de agentes de distintos cuerpos e inspectores de transportes se pusieron en marcha en distintas ciudades del país -entre ellas, Roma, Milán y Turín para vigilar que las nuevas reglas se cumplan en estaciones ferroviarias y de autobuses. Un plan que prevé controles aleatorios, y sanciones de hasta 1.000 euros.

Del mismo modo, fueron multadas también tres personas en Bérgamo. En Génova, en cambio, las autoridades han optado, de momento, por continuar por la vía de la disuasión. "Estamos invitando a las personas sin el pasaporte covid a no subir a los vehículos. Son las instrucciones de la policía", explicaba Stefano Pesci, responsable de la empresa de transportes de la ciudad. Mientras que en el Estrecho de Messina, que enlaza la península italiana y Sicilia, los controles han conllevado largas colas para los viajeros en tránsito de una orilla a la otra.