Testimonios

El drama de un afgano en Asturias: “Temo que los talibanes vayan a por mi hija mayor”

Exmilitar y trabajador en un invernadero, aguarda por el asilo político para poder salvar a su familia: “No sé nada de ellos desde hace 3 días”

Tahir, afgano residente en Asturias, frente a la playa de Poniente, en Gijón.

Tahir, afgano residente en Asturias, frente a la playa de Poniente, en Gijón.

Víctor Delgado

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Pese a que los que le conocen destacan su entereza, Tahir –que prefiere no desvelar su apellido por motivos de seguridad– está viviendo esta semana uno de los mayores dramas personales que se pueden imaginar. Tras salir hace tres años de su país, Afganistán, por las amenazas de los talibanes, observa impotente la situación allí, donde viven su esposa y sus siete hijos –tres de ellas mujeres–. El miedo y la preocupación son máximos, porque la insurgencia talibán ha anunciado que se harán cargo de todas las chicas mayores de 13 años. Este exmilitar relata su preocupación a 'La Nueva España: “Temo que los talibanes vayan a por mi hija mayor”. Es la angustia de un padre que confirmó que sus seres queridos estaban bien el sábado, pero desde hace tres días no tiene noticias de su familia.

Tahir, nacido hace 36 años en el sudeste de Afganistán, luchó contra los talibanes como soldado del ejército afgano hasta que recibió una carta amenazante por parte de la insurgencia. “Fue muy duro y estuve muchos meses pensándolo, pero me dijeron que o me iba o matarían a toda mi familia, por lo que hablé con mi padre y no me quedó más remedio que abandonar el país”, recalca. Dejando allí a su esposa e hijos, se fue andando hasta la frontera con Pakistán, de allí hasta Irán y después a Turquía. Hace tres años, llegó a Europa desde Grecia, aterrizando en el norte de España. En Gijón le acogió Cristina Junquera –de la ONG Asturias en Red–, que lamenta no poder hacer nada por él en estos momentos: “No soy capaz de ponerme en su lugar, hasta hace dos días teníamos miedo de que se fuese allí buscar a su familia porque él prefiere morir allí que vivir con esta angustia”.

El asilo político –que viene solicitando sin respuesta desde hace tres años– es la única esperanza de este afgano que sueña con poder traer a su familia a Asturias. Después de pasar unos meses en los arrozales de Tarragona y recogiendo naranjas en Valencia, Tahir ha encontrado su sitio en Gijón, donde trabaja en un invernadero ecológico y está totalmente integrado. “Ya es un asturiano más, la gente lo quiere mucho porque es encantador y le está dando mucho ánimo estos días”, señala su amiga Cristina Junquera. Además de su trabajo en el invernadero, es un habitual de los voluntariados, asiste a ancianos y ha viajado a Madrid para contar su historia en universidades. También da charlas en escuelas sobre lo que es tener un hijo con una discapacidad en un país donde éste no puede ni ir al colegio.

Por otro lado, su preparación en el ejército le ha convertido en todo un atleta. En Gijón, se ha aficionado a las carreras de montaña y aunque no puede entrenar por el trabajo, terminó en el puesto 26 en la última prueba en la que participó –la subida al monte Naranco–. Pero pese a los entretenimientos y a lo arropado que está en Gijón, a Tahir estos días le cuesta no pensar en su familia: “Es un doble drama, son muchos años separado de ellos y siento impotencia de no poder hacer nada con esta situación”.

Una abogada de Asturias en Red ha intentado ponerse en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores para preguntar por el estado de la solicitud de Tahir, pero de momento no han tenido noticias. Desde la ONG le piden al gobierno de España que “resuelva con urgencia las peticiones de asilo de todas las personas afganas, ya que está más que demostrado que la reagrupación familiar es inviable al no poder volver a su país”. El ejecutivo anunció ayer que repatriará lo antes posible a los españoles en Afganistán, pero no se ha pronunciado sobre la situación de los afganos en España.

En unas jornadas marcadas por la incertidumbre, donde parecen no pasar las horas, a Tahir le aportan “mucha energía” las continuas muestras de apoyo que está recibiendo. “Todo el mundo me pregunta y solo puedo darles las gracias. Estoy muy agradecido de haber venido a Asturias”, concluye.

Dar acogida a los refugiados

El Consejo Asturiano del Movimiento Europeo ha pedido al gobierno de España que tome todas las medidas para proteger a la población en Afganistán. Su presidente, Leopoldo Tolívar Alas, explicó que ante el devenir bélico y humanitario en el país se han hecho gestiones “encareciendo todas las acciones y gestiones posibles encaminadas a la protección, evacuación y repatriación o asilo del mayor número de personas potencialmente amenazadas por sus vínculos directos o familiares con España”.

La organización proeuropeísta –en plena sintonía con las estructuras federales– teme por la suerte que pueden correr los antiguos colaboradores de la misión española y sus familias, así como las mujeres, niñas y niños. E insta a los estados a volcarse con la ayuda humanitaria con los afganos que huyan del país, tomado por los talibanes desde el fin de semana.

“Expresamos nuestra deseo, frente a posiciones cómodas o insolidaridad que puedan advertirse en Occidente, de que la generosidad, incluso compasiva, haga a los Estados repensar urgentemente sus decisiones y a la ciudadanía europea volcarse en la recepción y acogimiento de posibles desplazados forzosos, amén de otra serie de eventuales ayudas materiales”, explican.

La toma de Kabul por los talibanes y las imágenes de desesperación han desatado una oleada de solidaridad en España.

Una decena de comunidades autónomas y varios ayuntamientos se han puesto a disposición del Gobierno para acoger a refugiados. Un gesto que agradeció el ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, dispuesto a dar «una acogida digna”.

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