Respuesta de las milicias

Una marcha de judíos ultranacionalistas devuelve la tensión a Jerusalén

Miles de judíos de extrema derecha pasean por la Ciudad Vieja bajo la protección de la policía, que ha herido a 33 palestinos

La permisividad del nuevo Gobierno al volver a convocar la manifestación muestra la gran influencia que tienen los colonos en el sistema político

Enfrentamientos entre palestinos y policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.

Enfrentamientos entre palestinos y policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. / AMMAR AWAD

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

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Vuelve la tensión a Tierra Santa. La Marcha de las Banderas programada para este martes por la tarde ha reavivado la violencia enterrada que supuso 11 días de enfrentamientos en los cielos entre Hamás e Israel. Miles de judíos ultranacionalistas han marchado por la Ciudad Vieja de Jerusalén protegidos por la policía israelí que se ha enfrentado a los manifestantes palestinos dejando 33 heridos y 17 detenidos. Con un Gobierno recién estrenado, Israel despierta fantasmas que no estaban tan dormidos. 

"Muerte a los árabes" se ha vuelto a escuchar en las calles de Jerusalén. Unos 5.000 judíos de extrema derecha han ondeado sus banderas por la Ciudad Santa, entre los cuales había diputados de la ultraderecha racista. La polémica marcha no ha cruzado el Barrio Musulmán ni se adentrado por la emblemática Puerta de Damasco. Allí, antes de iniciarse la ruta, centenares de palestinos se han manifestado. La policía israelí ha respondido con violencia en el intento de despejar la zona y evitar enfrentamientos entre los dos grupos. 

En los pueblos sureños de la frontera con Gaza, los globos incendiarios mandados por Hamás han provocado 20 incendios. Hace apenas un mes, el 10 de mayo, la Marcha de las Banderas anual se canceló. Centenares de judíos de extrema derecha no pudieron marchar para celebrar la captura de Jerusalén en 1967. La violencia de la policía israelí contra los manifestantes palestinos en la Explanada de las Mezquitas provocó el lanzamiento de cohetes desde Gaza. Tras 11 días de bombardeos, 280 palestinos murieron en la Franja y en Cisjordania, y 13 israelís. 

Este martes los judíos radicales sí han podido ondear sus banderas en la Ciudad Vieja. Desoyendo las recomendaciones de la policía, el ya exprimer ministro Binyamin Netanyahu aprobó la nueva convocatoria de la marcha a modo de regalo de despedida para sus sucesores. Se ha alterado la ruta para evitar que cruzara zonas sensibles. Los fanáticos asistentes sí han bailado delante de la Puerta de Damasco, donde el pasado viernes ya hubo enfrentamientos por la presencia desafiante del diputado de extrema derecha, Itamar Ben Gvir.

"Peligrosas repercusiones"

"Advertimos de las peligrosas repercusiones que pueden resultar de la intención de la potencia ocupante de permitir que los colonos israelís extremistas lleven a cabo la Marcha de la Bandera en la Jerusalén ocupada", ha tuiteado el primer ministro palestino, Mohamed Shtayyeh. El nuevo Ejecutivo israelí ha aprobado esta herencia de Netanyahu poniendo en riesgo la seguridad y arriesgándose a una nueva escalada de violencia. "Es una provocación a nuestro pueblo y una agresión contra Jerusalén y nuestros lugares sagrados", ha denunciado.

Unos 2.000 agentes de policía se han desplegado por la Ciudad Santa. "Se están realizando esfuerzos para preservar el delicado tejido de la vida y la seguridad pública", ha afirmado el nuevo ministro de Seguridad Interna, Omer Barlev. La permisividad de las autoridades para esta retadora marcha muestra la gran influencia que siguen teniendo los colonos nacionalistas sobre el Gobierno. "Qué alegría que Jerusalén haya regresado a nuestras manos, la Danza de Banderas expresa nuestro gran júbilo por el regreso de Jerusalén al pueblo judío", ha celebrado el influyente rabino Haim Druckman, a la vez que ha animado a una asistencia masiva.

Alto el fuego en riesgo

También Hamás y la Yihad Islámica han incitado a los palestinos a "resistir" ante esta tensa jornada. "Que sea el día de movilización y unidad hacia la mezquita de Al Aqsa y un día de ira y desafío para el ocupante", ha exigido el portavoz de Hamás en Jerusalén, Mohamed Hamadah. Desde Gaza, el subjefe de la milicia, Khalil al Hayya, ha emitido una advertencia a Israel: si no controlan el "extremismo de los colonos" y la Marcha de las Banderas, el "frágil alto el fuego podría explotar".

Israel, a su vez, se ha mostrado preparado para el combate. Según el israelí Canal 13, el Ejército está en alerta máxima en la ocupada Cisjordania y a lo largo del frente de Gaza dispuesto para una posible escalada. "La situación en la esfera palestina es volátil y estamos preparados para un nuevo estallido de combates", afirmó el lunes por la noche Aviv Kohavi, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa Israelís (FDI). Estas ya han desplegado las baterías de interceptores de misiles del sistema Cúpula de Hierro en todo el país. 

"Las tensiones [están] aumentando de nuevo en Jerusalén en un momento político y de seguridad muy frágil y delicado, cuando la ONU y Egipto están activamente comprometidos en solidificar el alto el fuego", ha tuiteado Tor Wennesland, el enviado de las Naciones Unidas para Oriente Medio. En la ocupada Tierra Santa, la violencia jamás cesa. Este martes puede abrir otro capítulo más de la historia interminable.