Formaciones de izquierda y de derecha

La oposición israelí se une para expulsar a Netanyahu del Gobierno

El líder del partido religioso israelí Yamina anuncia un acuerdo para negociar la formación de un Gobierno de coalición sin el Likud del primer ministro

Netanyahu lo ha calificado de "fraude del siglo" a la maniobra que podría echarlo del poder tras 12 años como líder del Ejecutivo

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en septiembre de 2017.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en septiembre de 2017. / Reuters / Gali Tibbon

Andrea López-Tomàs

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Israel empieza a despedirse de Netanyahu. El líder de Yamina, Naftali Bennett, ha anunciado sus intenciones de formar gobierno con Yair Lapid, el líder de Yesh Atid. Con estas declaraciones, el fin del primer ministro más longevo de la historia de Israel parece inminente. Después de 12 años en el poder, ni la exitosa campaña de vacunación contra el coronavirus ni la reciente ofensiva en Gaza han podido rescatar a Netanyahu. Las cuatro elecciones en dos años y su juicio por corrupción han pesado más. 

“Se trata de unos quintos comicios o un gobierno de unidad, y Netanyahu lo sabe”, ha reconocido Bennett este domingo. El ciclo electoral sin fin ha hecho que el país “esté perdiendo su capacidad de funcionar” y el liderazgo de Israel “está avivando odio y divisiones para cubrir sus fracasos”, ha añadido. A estas acusaciones, Netanyahu ha respondido con rapidez. “Nadie os habría votado si hubiera sabido lo que estáis a punto de hacer”, ha dicho. 

Netanyahu lo ha calificado del “fraude del siglo” y ha tachado a Bennett de “mentiroso”. A principios de mes, el pacto para un gobierno de unidad parecía inmediato pero la reciente ofensiva en Gaza lo dinamitó. La crisis que dejó 267 muertos en la Franja y 13 en Israel volvió a acercar a los derechistas Likud y Yamina. Bennett expresó su intención de retornar a las conversaciones con Netanyahu pero cuando se han detenido los misiles, ha reculado en sus promesas. 

Líder colono

En este gobierno de unidad, Bennett y Lapid rotarían en el cargo de primer ministro. El líder ultraderechista, con el 6% de los votos y 11 escaños, sería el primero en ocupar el puesto mientras que el jefe de Yesh Atid se encargaría de ser ministro de Asuntos Exteriores. El tránsfuga del Likud, Gideon Saar a la cabeza del partido Nueva Esperanza, será el próximo ministro de Justicia. Partidos políticos dispares ideológicamente deben encontrar el equilibrio en un Ejecutivo inédito en las últimas décadas en Israel. 

“Un gobierno como este tendrá éxito sólo si trabajamos juntos como grupo”, ha insistido Bennett. "Todos tendrán que posponer el cumplimiento de todos sus sueños; nos centraremos en lo que se puede hacer, en lugar de luchar todo el día por lo que es imposible", ha añadido el exasistente de Netanyahu. La pareja Bennett-Lapid tiene hasta el miércoles para acabar de perfilar el acuerdo y presentarlo en la Knéset, el parlamento israelí, antes de medianoche.

“¿Qué van a pensar en Irán, en Gaza, con ese Gobierno de izquierda que es un peligro para la seguridad nacional?”, no ha tardado en reprochar Netanyahu. Muy alejado está Bennett de la izquierda, casi extinta en Israel. Hace apenas una década, el jefe de Yamina lideró el consejo de colonos que aboga por la anexión de Cisjordania. Con su posible nombramiento como primer ministro, el movimiento colono se instala en las instituciones israelís para arrasar con todo de la mano de Bennett. 

Hasta el miércoles

Un oficial de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha declarado que “no hay diferencia” entre un gobierno Bennett-Lapid con uno de Netanyahu. Ambos son “extremadamente derechistas”, ha añadido. Desde el 2009, la política israelí –y la ignorada palestina– sólo han conocido a Netanyahu como primer ministro de forma ininterrumpida. Durante los últimos dos años, el país se ha instalado en un ciclo electoral sin fin con cuatro elecciones que han permitido a Bibi afincarse en el poder y evitar sus juicios por corrupción.

Ahora, a las puertas de liderar la oposición, Netanyahu se enfrenta a los cargos de soborno, fraude y abuso de confianza. También aquí Bibi ha conseguido un logro jamás visto en la historia de Israel: que un primer ministro en el cargo se siente en el banquillo de los acusados. En este “momento crucial”, Bennett ha defendido la necesidad de “tomar responsabilidades”. “Daré lo mejor de mí mismo para formar un gobierno con mi amigo, Yair Lapid”, ha confesado a la vez que ha animado a otros partidos a unirse a él.

El líder del centrista Yesh Atid tiene hasta este miércoles 2 de junio para cumplir con el mandato del presidente Rivlin para formar un gobierno. Tras el anuncio de Bennett, ambos partidos se han vuelto a reunir para ultimar los detalles del acuerdo así que parece que Netanyahu puede empezar a hacer las maletas. Pero como todos saben en la política israelí, hasta el último minuto pueden haber sorpresas.