Democracia exhausta

El presidente de Israel encarga a Netanyahu la ardua tarea de formar gobierno

Rivlin se resigna a nombrar al candidato con más apoyos tras una decisión que no ha sido "fácil sobre una base moral y ética"

El primer ministro en funciones se enfrenta a mes y medio de negociaciones mientras sus juicios por corrupción copan telediarios y tertulias

Netanyahu Israel gobierno

Netanyahu Israel gobierno

Andrea López-Tomàs

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La historia se repite en Israel y con casi los mismos protagonistas. El primer ministro en funciones, Binyiamin Netanyahu es, de nuevo, el encargado de formar gobierno después de las cuartas elecciones en dos años. El presidente del país, Reuven Rivlin, ha optado por encomendar la tarea al candidato con más apoyos tras la ronda de consultas con los partidos políticos de este lunes. Netanyahu funciones se enfrenta a un mes de negociaciones a la vez que su juicio por corrupción entra en el segundo día de la fase probatoria. 

Temeroso por su país, Rivlin ha reconocido que “esta no ha sido una decisión fácil sobre una base moral y ética”. Después de los comicios del 23 de marzo, la ausencia de una mayoría de 61 diputados ha instalado a Israel aún más en el bloqueo político. Ni el Likud de Netanyahu con la confianza de religiosos y derechistas ni una variopinta coalición en su contra suman los apoyos necesarios para formar gobierno.

Durante las consultas con los partidos políticos del lunes, 52 diputados de 120 pidieron que se le confiara al primer ministro en funciones la tarea de crear un nuevo Ejecutivo. Para Yair Lapid, el líder del centrista Yesh Atid, hubo 45 apoyos. Siete diputados señalaron a Naftali Bennett del derechista Yamina, y otros 16 no hicieron ninguna recomendación. Rivlin ha elegido a Netanyahu pese a reconocer que “no hay ningún candidato con una oportunidad realista de formar un gobierno que tenga la confianza de la Knéset”, el Parlamento israelí. 

Mes y medio

Ahora Netanyahu tiene 28 días para enfrascarse en conversaciones que den a luz un nuevo Ejecutivo. Tras finalizar el plazo, puede pedir una extensión de dos semanas a Rivlin. Si no logra una coalición, el presidente puede nombrar otro candidato o pasar esta tarea a la Knéset. Este arduo trabajo depende, en parte, del apoyo del partido islamista Raam. Su líder Mansur Abas se ha mostrado dispuesto a amparar a Netanyahu, pero sus socios religiosos y anti-árabes se han negado a sentarse con él. 

Por otro lado, Lapid, con 17 escaños, sigue haciendo números para formar una coalición en oposición al primer ministro más longevo de la historia de Israel. “Darle el mandato a Netanyahu es vergonzoso y una mancha para el país como un Estado respetuoso de la ley”, ha tuiteado. El líder de Yesh Atid ha ofrecido a Bennett un gobierno de unidad en el que el derechista ocuparía el puesto de primer ministro durante los primeros dos años. 

Netanyahu ya está manos a la obra para evitar ser destronado. Este lunes también ha empezado la fase probatoria de su juicio por soborno, abuso de confianza y fraude. Con unas quintas elecciones en el horizonte, la imagen pública de Bibi empieza a deteriorarse. Aunque el fallo podría tardar meses o incluso años en llegar, el procedimiento se desarrollará durante tres días a la semana. El caso ocupará –aún más– telediarios y tertulias, una distracción vergonzosa que aumentará las demandas de dimisión del líder imputado. 

En la segunda jornada de testigos, el fiscal Yehudit Tirosh ha declarado que después de su testimonio el día anterior, el exdirector ejecutivo del sitio de noticias Walla, Ilan Yeshua, había recibido “mensajes desagradables” que consideraba problemáticos. El apogeo de sus juicios por corrupción coincide con su nombramiento como encargado de formar gobierno, pero también con unos panoramas internacional y nacional adversos.

Rey Bibi

Parece que llega el ocaso de la ‘nación vacunación’, por sus éxitos en la inmunización de su población sin precedentes a nivel mundial. Según el 'Jerusalem Pos't, Israel no habría transferido el pago de unas 2,5 millones de dosis de la vacuna Pfizer, creando hostilidad con la compañía. Además, el inicio de la investigación por crímenes de guerra por parte de la Corte Penal Internacional es inminente. 

A su vez, la crisis de la monarquía jordana al otro lado del río Jordán amenaza el reinado de Netanyahu por ser su socio regional más consolidado. También la reanudación de las conversaciones con Irán en Viena muestra la distancia que mantiene la administración Biden con el Israel de Bibi. Un final para esta historia parece aún lejano. Mientras, una democracia exhausta sufre a expensas del bloqueo político y la persistencia del rey Bibi de no abandonar su trono.