NUEVA POLÉMICA EN LA CASA BLANCA

Las cuatro mujeres que desafían a Trump

Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley, Rashida Tlaib e Ilhan Omar, durante una rueda de prensa en el Capitol, en Washington.

Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley, Rashida Tlaib e Ilhan Omar, durante una rueda de prensa en el Capitol, en Washington. / periodico

Idoya Noain

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Cuando en las elecciones legislativas de noviembre en Estados Unidos los demócratas recuperaron la Cámara Baja del Congreso en una ola azul que hizo historia en muchos frentes, Alexandria Ocasio-CortezAyanna PressleyRashida Tlaib e Ilhan Omar se convirtieron en la encarnación de muchos de los hitos que latían en esa victoria. Ocasio-Cortez, hija de portorriqueños del Bronx, era a sus 28 años la congresista más joven de la historia de Estados Unidos; Pressley, la primera representante negra de Massachussetts; Tlaib, hija de inmigrantes palestinos y Ohmar, nacida en Somalia, las primeras musulmanas en la Cámara. En el caso de Omar, que llegó a EEUU a los 12 años y se nacionalizó cinco después, hacía también historia al ser la primera refugiada que alcanzaba Capitol Hill.

Ninguna de las cuatro, a las que se conoce como “el Escuadrón”, son mujeres blancas. Las cuatro forman parte del ala más progresista del Partido Demócrata, radicalmente y sin disculpas, un posicionamiento que las ha convertido en la diana de frecuentes y feroces críticas de políticos republicanos y de medios conservadores pero también ha provocado tensiones con el liderazgo de su formación y, en especial, con Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara. Y las cuatro han vuelto a erigirse en una voz imprescindible y central en EEUU tras convertirse el domingo en diana personal de ataques e insultos racistas y xenófobos del presidente, Donald Trump.

El presidente no solo no se ha disculpado sino que en las siguientes 48 horas ha seguido elevando los insultos y acusaciones para incluir la de que son “anti-Israel, anti-Estados Unidos, proterroristas y malhabladas”. Pero el 'escuadrón' avisa: “No nos callarán”.

“Más que cuatro personas”

Esa es una de las frases que el lunes, en una rueda de prensa conjunta de las cuatro para responder a los insultos y ataques del presidente, pronunció Pressley, que se encargó de recordar también que el “Escuadrón es grande”, es “más que cuatro personas”, “incluye a cualquier persona comprometida con construir un mundo más justo y equitativo”. Y esa comparecencia tuvo como objetivo no solo denunciar abiertamente la “agenda de nacionalismo blanco” de Trump (Omar), llamar de nuevo al “impeachment” (Omar y Tlaib) o replicarle con frases como “este país nos pertenece a todos” de Ocasio-Cortez, sino también reforzar las posturas políticas del grupo. “No muerdan el anzuelo”, clamó Pressley. “Este es un alboroto para distraer de temas importantes que preocupan e importan a los ciudadanos por los que nuestros votantes nos mandaron aquí para trabajar con un claro mandato”.

Es precisamente su determinación por hacer avanzar una agenda decididamente progresista lo que aprovecha Trump, supuestamente indignado pero encantado de arengar a sus masas con lenguaje racista y de explotar electoralmente las tensiones políticas y generacionales en el Partido Demócrata, dando protagonismo al 'escuadrón', usándolo como emblema de la supuesta “radicalización” del Partido Demócrata.  

Tensiones internas

Hoy los demócratas se muestran unidos para expresar su repulsa a Trump y el martes por la noche tenían previsto el voto de una resolución de condena a sus comentarios. Las tensiones internas, no obstante, son reales. La más notable hasta hace unos meses fue la que provocaron las críticas de Tlaib y, sobre todo Omar, a Israel y al poder del lobi pro-israelí en Washington. Republicanos y conservadores aprovecharon para llegar a llamar a Omar “basura” y asegurar, como ha vuelto a hacer falsamente Trump, que defiende a los terroristas de Al Qaeda (cuando lo que denuncia es que se aprovechó el 11-S para recortar las libertades civiles), pero también el liderazgo demócrata llegó a impulsar una resolución para condenar el antisemitismo. 

Pelosi también ha estado frenando las llamadas del ala más progresista por impulsar el 'impeachment' de Trump y, más recientemente, ha estado haciendo comentarios despectivos hacia posturas del 'Escuadrón' en materias como lucha contra el cambio climático o sanidad gratuita universal. Ha cuestionado también su voto en contra de la legislación para dar a la Administración de Trump 4.600 millones de dólares para asistir en la ayuda humanitaria en la frontera (más de 90 demócratas votaron en contra de la legislación porque no incluye garantías y controles sobre cómo se usará el dinero pero no lograron frenarla).

La semana pasada las tensiones estallaron en público cuando Pelosi trató de minimizar el peso y el impacto de las cuatro progresistas. Ellas respondieron y Ocasio-Cortez llegó a hablar de la “descarada falta de respeto de señalar explícitamente a cuatro nuevas congresistas de color”, aunque luego, con la polémica aún más encendida cuando su principal ayudante hizo referencias históricas a demócratas que apoyaron la segregación racial, Ocasio-Cortez explicó que no acusaba de racismo a Pelosi. Trump tardó solo unas horas en darle a la neoyorquina, al 'Escuadrón', a EEUU y al mundo alguien a quien sí poder acusar. Sin miedo a equivocarse.