Viernes de terror

El yihadismo hace una exhibición de fuerza global y ataca a la vez en Túnez, Francia y Kuwait

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con tres sanguinarios zarpazos en tres áreas geográficas diferentes, el yihadismo demostró como nunca su creciente poderío como amenaza global. En apenas unas horas, terroristas islámicos atacaron en FranciaTúnez Kuwait o lo que es lo mismo, en el corazón de Europa, el Magreb y Oriente Próximo. Coincidentes en el tiempo, los tres ataques causaron cerca de 60 muertos y la sensación de que ningún lugar está a salvo.

Prueba de ello es que, a primera hora de la tarde, y pese a que ninguna de las víctimas en prinicipio es española, el Gobierno de España elevó a nivel 4 el indicador de alerta terrorista por «alto riesgo de atentado».

El primer atentado se produjo a las 9.38 de la mañana cuando Yasin Salhi, un francés de 30 años y padre de tres hijos entró en la sede de Air Products, una fábrica de gas en Saint-Quentin-Fallavier, al volante del coche de la empresa de reparto en que trabajaba. Como las entregas eran habituales, nadie sospechó en un primer momento. Una vez dentro, sacó del vehículo una cabeza cercenada recubierta de expresiones en árabe y la clavó en la alambrada. Acto seguido, lanzó el coche contra unas bombonas de gas, causando una explosión.

El cadáver decapitado quedó junto al coche. A las pocas horas se supo que la víctima era el propietario de la empresa en que Salhi trabajaba desde marzo como repartidor. Este, que fue detenido, ya había sido investigado como radical islámico en el 2006.

A miles de kilómetros, en Kuwait, 25 personas murieron cuando un terrorista suicida se hizo explotar en una mezquita de musulmanes chiís, los grandes enemigos, junto con los países occidentales, de los yihadistas. El atentado se lo atribuyó de forma casi inmediata el Estado Islámico que, en un comunicado, acusó a los chiís de promover el politeísmo y de intentar propagar su ideología entre los sunís.

Casi a la vez, un joven estudiante tunecino de 19 años y sin antecedentes que llevaba un rato paseándose con una sombrilla por la playa de Susa sacó de entre los pliegues del parasol un fusil de asalto y comenzó a ametrallar a los turistas que, tumbados al sol en la arena, disfrutaban de sus vacaciones.

En apenas unos minutos, 37 turistas cayeron abatidos por las balas del yihadista. El joven terrorista, sin antecedentes, intentó huir pero murió en un tiroteo posterior con policías.

Susa, un paraíso de sol y playa que atrae a miles de turistas, devino un escenario de pesadilla por un golpe criminal que ha dado la puntilla al sector turístico tunecino. Con esa acción, los yihadistas dejan a Túnez sin su principal fuente de ingresos.

Aniversario del califato

Está por ver quién hay detrás de los atentados (solo el de Kuwait ha sido reivindicado). No obstante, el hecho de que este lunes sea el primer aniversario de la fundación del califato que el Estado Islámico proclamó a entre Siria e Irak y el llamamiento que este grupo ha hecho de atentar en Ramadán hace temer que, tras los tres zarpazos, haya una misma garra. La de Abú Bakr Al Bagdadi, el califa.