Urbanismo

La sequía mantiene en vilo la tramitación del PDU de L'Hospitalet tras su reciente aprobación definitiva

El proyecto urbanístico no entrará en el DOGC hasta que se levante la emergencia, una cuestión pendiente de los efectos de las últimas lluvias

SEQUÍA | El Govern decidirá la semana que viene si levanta las medidas de emergencia por sequía

APROBACIÓN DEL PDU | Aprobado definitivamente el plan urbanístico para desarrollar el futuro polo biomédico de L’Hospitalet

Imagen de archivo de la Granvia de L'Hospitalet.

Imagen de archivo de la Granvia de L'Hospitalet. / ACN

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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Hace casi un mes que se aprobó de forma definitiva el PDU Biopol-Granvia de L’Hospitalet de Llobregat. La Comissió de Territori de la Generalitat de Catalunya dio luz verde al proyecto urbanístico más ambicioso de la segunda ciudad de Catalunya el pasado 4 de abril. Sin embargo, cuatro semanas después, el PDU todavía no se ha publicado en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) y, por lo tanto, todavía no ha entrado en vigor.

Esto se debe a que la publicación del PDU Biopol-Granvia está condicionada a que L'Hospitalet supere la situación de emergencia por sequía que afecta a Catalunya. Fuentes del Departament de Territori explican que, en cumplimiento de las medidas derivadas de las restricciones en el consumo de agua impulsadas en enero de este 2024, previo a la aprobación del PDU, se pidió un informe a la Agència Catalana de l’Aigüa (ACA). “En su informe, la ACA dice que en condiciones de normalidad hídrica el informe sería favorable”, pero que, dada la situación de emergencia hídrica en la que se encuentra L’Hospitalet y que el planteamiento propuesto plantea “un incremento en las necesidades de consumo de agua”, declara la “actual incompatibilidad del PDU”.

De este modo, esta “incompatibilidad” estará vigente hasta la declaración de salida del estado de emergencia por la sequía en los municipios que beben de los embalses del sistema Ter-Llobregat, entre los que se incluye L’Hospitalet. Aunque todavía no hay una fecha para que esto ocurra, las lluvias que han regado Catalunya las últimas semanas llevarán a la Generalitat a estudiar, la semana que viene, si se levanta la emergencia.

El abandono de esta fase permitiría que prosperase la ejecutividad del macroproyecto urbanístico de L’Hospitalet de Llobregat, que prevé una afectación de un 8% de su territorio —unas 96 hectáreas del término municipal hospitalense— y contempla una inversión de unos 230 millones de euros.

Así, paradójicamente, la escasez de agua en las cuencas internas catalanas también mantiene en vilo las acciones judiciales que estudian las entidades contrarias a la reurbanización del tramo sur de la ciudad que propone el PDU. Javi Mulero, miembro de la entidad No Més Blocs, comenta que hasta que el proyecto no salga publicado en el DOGC “no podemos interponer recurso contencioso-administrativo”. Pese a ello, insiste en que ya trabajan en la redacción del recurso y que lo presentarán en cuanto se tramite.

Soterramiento

Una vez se levante la emergencia por sequía y el proyecto llegue al DOGC, se podrá avanzar en los siguientes pasos administrativos y en la licitación de las obras. De primeras, se llevarán a cabo los trabajos relativos al soterramiento de uno de los tramos finales de la Granvia y que, según explica Raúl Alvarín, director del Consorci per la Reforma de la Gran Via, una vez se inicien, se alargarán durante unos tres años.

Así, de primeras, se llevará a cabo el proceso de soterramiento. Esto implicará, como es lógico, una serie de desvíos para desplazar el tráfico del tronco central hacia los laterales. Pese a ello, Alvarín remarca que el objetivo es que, durante las distintas fases de soterramiento, pase “el mismo caudal de vehículos que ahora”, aunque pueda haber más intersecciones o paros, además de que se prevé una limitación de velocidad.

Una vez se soterre el tronco, se construirán las dos calzadas laterales que irán por la parte de arriba de la vía y que buscarán conectar la trama viaria local con la Granvia, del mismo modo que ocurre en el segmento de la Granvia hospitalense ya soterrado.

Uno de los principales retos en todo este proceso será el de lograr la agilidad del paso de los vehículos de emergencia por la zona, dado que el soterramiento se realiza en la zona cercana al Hospital de Bellvitge y junto al espacio en el que actualmente se está construyendo la nueva sede del Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM). Sobre esta cuestión, Alvarín explica que es un tema que justo “se está estudiando”.

“Se ha constituido una mesa de movilidad entre el Ayuntamiento, el Institut Català d'Oncologia, el Hospital de Bellvitge, el SEM y nosotros con el objetivo de tener un análisis lo más fidedigno posible de cuáles serán las limitaciones de tráfico, especialmente para los vehículos de emergencia”, apunta el director del Consorci per la Reforma de la Gran Via, quien añade que este será un “proceso vivo” que se terminará de adaptar en el momento que se inicie cada fase.

Movilidad

Aunque el PDU Biopol-Granvia no se aprobó de forma definitiva hasta el mes de abril, la previsión inicial era que se hiciera en diciembre de 2023, momento en el que aún no se había declarado la situación de emergencia en el área de Barcelona, un contexto que hubiera favorecido al avance del proyecto urbanístico hace medio año.

El motivo es que el Ministerio de Transporte y Movilidad reclamó al Consorci una ampliación del estudio de movilidad del PDU para conocer las afectaciones a 20 años vista en las vías de competencia estatal y que, aunque no están incluidas en los límites de actuación del PDU, son adyacentes al ámbito del proyecto urbanístico. Es decir, el Ministerio quería cerciorarse de que no habrá un futuro colapso en las condiciones de capacidad de las vías. Así, tras el aplazamiento de la aprobación en diciembre, el Consorci llevó a cabo el estudio, que permitió el fallo favorable del Ministerio y la posterior aprobación definitiva del PDU.