Paco Cruz: el 'arqueólogo' de la memoria local que no quiere que Granollers caiga en el olvido

Pasa su tiempo libre rebuscando historias, datos y anécdotas en los pergaminos y documentos más remotos sobre la historia local de Granollers. Paco Cruz (Granollers, 1960) es la perfecta metáfora de la llama que mantiene viva la cultura local. Pasó de trabajar como reparador de maquinaria metalúrgica a enamorarse profundamente de la historia local de su ciudad, capital de la comarca catalana del Vallès Oriental.

Así, en los años 90, decidió ser una pieza más del Ayuntamiento de Granollers “para aportar su granito de arena a la historia local”. Desde entonces trabaja como técnico en el Servicio de Participación y Relaciones Ciudadanas del consistorio. Sin embargo, asegura que se aleja de cualquier ideología política. “Mi fijación siempre ha sido la cultura, la historia y la ciudad”.

Cruz se describe como un auténtico apasionado de Granollers: “Quiero sacarle el mayor jugo posible a la historia para proyectarla a la memoria no escrita de las futuras generaciones”. Así, su vida la ha entregado a la revisión de datos, a priori olvidados, para ir hilando un relato local.

Encontrar un dato interesante en los antiguos pergaminos “puedes tardar un siglo”

Cruz explica que es una tarea laboriosa, ya que para encontrar un dato interesante en los antiguos pergaminos “puedes tardar un siglo”. Sin miedo a afrontar largos lapsos temporales, y siempre con una mirada esperanzada, explica que cuando tenga tiempo irá a buscar, sin pensarlo dos veces, datos relacionados con la Fiesta Mayor de Granollers, uno de sus actuales focos de interés.

La fortuna local de la Fiesta Mayor

La juventud de Cruz se ha basado en una búsqueda y un trabajo constante para ahondar en el resurgimiento de la cultura de la ciudad, centrada en la Fiesta Mayor. Así, más allá de su vocación de narración histórico-cultural de la ciudad y de su curiosidad, su afición por la Fiesta Mayor se debe a que Cruz la considera un reflejo de la organización de la sociedad y, también, de la Administración. Esa tesis confluye en su libro ‘La Festa Major: Granollers 1857-2003’, escrito por Paco Cruz, quien trata de realizarle una oda a la festividad local.

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Precisamente, Cruz critica con fervor el tópico de que la fiesta únicamente sirve para “emborracharse” y va “dirigida estrictamente a los jóvenes”, y reivindica así que se trata de un reflejo del tejido cultural y asociativo de la ciudad, en el que confía plenamente. Lamenta, eso sí, que las ciudades no disponen de datos suficientes, hecho que a su juicio supone que la historia local quede incompleta.

El dato más antiguo que ha encontrado de Granollers data de 1571, cuando la Fiesta Mayor se celebraba aún en invierno. Hasta 1958 no pasó a celebrarse oficialmente en verano, cuando el Ayuntamiento realizo un ‘referéndum’ para que la sociedad pudiera votar el cambio de fecha. "La sociedad civil tenía poder y el consistorio quedaba relegado a pagar los fondos”, detalla Cruz.

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Sin embargo, salta a la vista que la mayoría de datos eran extraídos de los denominados clavarios, que operaban como antiguos libros de contabilidad de modo que el clavario era la figura que se encargaba de la organización de las fiestas patronales y de recaudar para su celebración. En efecto, Cruz se ha dedicado a rebuscar en esos documentos donde aparecen pagos de los portadores de los dragones de las fiestas, de los Gegants y Capgrossos o de los castillos de fuegos.

¿Por qué ‘Blaus’?

Cruz ha estado siempre implicado en la Fiesta convirtiéndose así en uno de los fundadores de ‘Blaus’, una de los dos ‘colles’ de la Fiesta Mayor de Granollers. El otro bando se bautizó como ‘Blancs’ y entre ambas ‘colles’ se ha generado una histórica rivalidad.

Así, la Fiesta Mayor de los ‘Blancs i Blaus’ ha teñido históricamente la gran celebración de la ciudad de Granollers en una competición urbana entre grupos identificados por dos colores diferentes. La fiesta combina los actos ritualizados y las actividades que cada año renuevan con contundencia el programa festivo.

Cruz recuerda como si fuera ayer el día en que nacieron ambas ‘collas’. Era verano de 1983 y la Fiesta Mayor estaba “de caída” ya que “después de la dictadura costó remontar la tradicional festividad”. Sin embargo, los Blaus i Blancs la "remontaron totalmente", afirma Cruz.

Se juntaron dos jóvenes de la ciudad y empezaron a fabricar baldosas, el objetivo comenzó a producir las máximas en tan solo una hora. Cada persona se posicionó con un equipo y a partir de allí nació la "simpática rivalidad", en palabras de Cruz, la que se acabó traduciendo el 'Blancs' y 'Blaus'.

Él apostó por el azul. Y ya ha sido así siempre. Explica que a partir dese e día se empezaron a reunir y se pasaban todo el año maquinando la fiesta. Cruz explica que estuvo recuperando a Els Gegants y Els Diables: “De pequeño había visto a Els Gegants y visitaba otras fiestas que tenían estas figuras”, apostilla. Al cabo de dos años de la constitución de las ‘colles’, en 1985, pudieron recuperar Els Gegants y hasta hoy existen las dos parejas, una blanca y otra azul.

El descubrimiento de un campo de concentración

En 2017, Paco Cruz ocupó diferentes portadas en los medios españoles por su hallazgo de que Granollers hubo un campo de concentración. El técnico halló una documentación que acreditaba que dicho campo se ubicaba en el antiguo cuartel militar de la plaza de la Caserna.

El descubrimiento fue una carta de un comandante militar dirigida al alcalde para reclamar la instalación de electricidad y teléfono. Cruz, con su humildad característica y restándose importancia, asegura que, a veces, "buscando algunos tesoros se encuentran otros maravillosos".

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