Las claves del Milan-Barça: la otra versión azulgrana

Un once con más suplentes que titulares, con Ronald Araujo ejerciendo ya de capitán, el regreso de los tres puntas y el apartamiento ya del equipo de los descartados por Xavi, entre ellos Ousmane Dembélé.

Con su segunda versión, con el equipaje blanco incluido, ha cerrado el Barça la gira, que empezó con la derrota ante el Arsenal (5-3), continuó con un triunfo sobre el Madrid (3-0) y ha terminado con un golazo de Ansu Fati sobre el Milan (0-1), con la segunda portería a cero, un clásico, esta vez firmada por Iñaki Peña.

Entre Abde, Ansu, Fermín y Yamal se esforzaron en echar paletadas de tierra al recuerdo de Dembélé tras la última jugarreta.

Se va Ousmane, vuelve Ansu

Control hacia dentro y disparo parabólico a la escuadra más lejana. El gol que persigue cualquier extremo derecho jugando en la izquierda. Con el sello de Ansu Fati, en una expresión de su mejor versión, la que se espera desde que se recuperó de las lesiones que le apartaron tanto tiempo.

Vino a decirle Ansu a Xavi, que lo ha mantenido de suplente en los tres partidos, que ya está de vuelta. Que no merece marchitarse sentado a su vera. Que la vacante de Dembélé la quiere él.

Acudió Ansu tras marcar el gol a la banda donde estaba Dembélé, ni siquiera en el banquillo de suplentes, sino el de los descartados (con Kessié, y con el lesionado Gavi), para abrazar a su compañero, a dedicarle el gol de la despedida. Como si se simbolizara el relevo.

Abde dribla como Dembélé

Marcó Ansu, que firmó la pasada campaña el mejor promedio goleador por los minutos disputados, pero el papel de Dembélé lo quiere para sí Abde Ez. El marroquí fue la elección de Xavi en la recuperación del 4-3-3 con los tres puntas.

El técnico le ubicó en la izquierda, allá donde no quieren jugar Raphinha ni quería Dembélé y Abde desempeñó la función de Ousmane entendida como el extremo que se sitúa abierto en la banda, atrae al lateral a su vera, al que aborda cada vez con el balón para asaltarle y marcharse vencedor.

Lo hizo Abde en Osasuna y lo hizo Abde con el Barça durante 45 minutos. Volvio loco a Florenzi con esos regates imprevisibles, indescrifrables para cualquier defensa. La incógnita por resolver viene a ser la misma en extremos así de geniales en el regate: el acabado de la jugada. El gol, vaya. Le pasa lo mismo a Raphinha.

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Rematan los defensas

Jugóo el Barça con tres puntas, pero los remates más peligrosos fueron los de los defensas, a excepción hecha del dibujo de Ansu. Araujo ejerció por primera vez de capitán, sentados los tres primeros en el banquillo (Sergi Roberto. Ter Stegen y De Jong), pero no ejerció por primera vez de lateral: Leao no es Vinicius, pero como si lo fuera.

Un duelo de bestias físicas que quedó demostrado en un esprint de búfalos (ojo: en dirección a la portería del Milan, con Araujo atacando y Leao defendiendo) que ganó el uruguayo cabeceando a gol, aunque en fuera de juego. Araujo había conectado el primer remate del partido en un córner, invencible en el salto, y luego añadió el tanto ilegal.

La polivalencia de Araujo alivia a Koundé, que pudo ejercer de central. El francés, en otro córner, chutó al poste. Después de los defensas, aparacieron los delanteros, avergonzados por el protagonismo de aquellos.

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Fermín da el salto

Xavi refrendó su satisfacción con Fermín López premiándole con la titularidad. Lo ubicó de interior izquierdo, una posición que demanda mayores esfuerzos físicos de los que está acostumbrado el futbolista andaluz, la irrupción de la pretemporada. Se le vio la falta de costumbre en la posición en sendas acciones en que le desbordaron por fuerza y no pudo ni agarrar a sus rivales, pero exhibió inteligencia y lectura en el juego para mantener la continuidad de los pases.

En el puesto de falso extremo izquierdo estará el nicho de las oportunidades, sin un dueño claro y muchos pretendientes. Gavi, lesionado, aún no se ha estrenado y presentará su candidatura en el trofeo Joan Gamper, el próximo martes ante el Tottenham.

Lamine Yamal ha terminado la gira siendo el segundo canterano en minutos y también colaboró con sus acciones en paletadas de tierra sobre el recuerdo de Dembélé, camuflado bajo la capucha, tapándose de su última jugarreta.