Las claves del Barça-Madrid: Fermín revienta un clásico de Champions

Nunca es amistoso y nunca lo será. Anda más cerca de un partido con la intensidad de la Champions que no de un ensayo de pretemporada, que también lo pareció con la preocupante irrupción de percances musculares (Christensen, Gündogan, Mendy...). Barça y Madrid han recuperado pronto sus cuitas, siempre a flor de piel por el equilibrio de fuerzas y el peso de la historia, a la que se añadió un árbitro que sí era de torneo veraniego y que mostró ocho taarjetas amarillas.

Tercer clásico de pretemporada y tercera victoria del Barça. Ganaron los azulgranas 3-2 en Miami en 2017, 1-0 en Las Vegas el año pasado y 3-0 en Dallas, más contundente en el marcador que en el césped.

El descaro de Fermín

Jugó un rato ante el Arsenal y otro rato ante el Madrid. De partidos con el Linares a rivales de Champions. Así de vertiginoso ha sido el salto de Fermín López, sin miedo al vacío. Se ganó los minutos en el primer partido por su trabajo en los entrenamientos y recibió unos más ante el Madrid. Sin miedo ni complejos juega Fermín López Marín, de 20 años, como demostró cuando le llegó un balón a los pies a unos metros del área del Madrid.

Presionó Ansu, robó Roberto y recibió Fermín, que se vio solo y libre. Avanzó unos metros y se atrevió a chutar desde fuera del área (un sacrilegio en el Barça, hasta no hace tanto) y con la izquierda. Un golazo que habría firmado cualquiera de los casi 40 futbolistas que participaron.

Enloqueció Fermín, que se echó una apasionada carrera hacia un córner, besándose el escudo del Barça, agradecido por haber sido recuperado de la cesión al Linares. Recuperó pronto la serenidad de la alucinación que estaba viviendo. En el siguiente balón, también levantó la cabeza y miró alrededor. Vio a Ferran ganando la espalda de Militao y Alaba y coló el balón aéreo a su compañero, que remató el partido con un marcador inimaginable cinco minutos antes.

Ancelotti no condiciona a Xavi

El cambio de sistema operado por el Madrid por la marcha de Benzema (y la ausencia de un recambio de categoría) no alteró al Barça. En el pasado, Araujo se ubicaba de lateral derecho para frenar a Vinicius, que ejecía de extremo izquierdo abierto a la banda. Ahora el brasileño está más centrado y cerca de Rodrygo. Entre los dos intentan ser el nueve que falta.

Y Araujo sigue de lateral derecho, más cómodo sin Vinicius. El problema pasó a ser de Koundé en el centro. Ni Camavinga intentó abordar a Araujo ni mucho menos Mendy, que bastante tenía con andar cerca de Dembélé y que no le dejara en evidencia en una carrera al espacio. Balde sí aprovechó su carril, con el interior del Madrid (Valverde) cuidando de su par azulgrana, para atacar a Carvajal.

La técnica contra la fuerza

Empezaron todos los tanques del Madrid, los más de mayor capacidad física: Valverde, Tchoauméni, Camavinga y Bellingham. Empezaron todos los peloteros del Barça, los de mejor toque (los únicos que tenía, con Gavi lesionado y Sergi Roberto como comodín por si le neceistaba en defensa): Pedri, Romeu, De Jong y Gündogan.

Dominó el Barça en los inicios de cada periodo, mientras aguantaron las fuerzas y la lucidez brindaba buenas ideas. Eso es lo que le faltó al Madrid, aunque remató el triple que los azulgranas. Ancelotti buscó entonces a sus tocadores, los veteranos Modric y Kroos para que dieran la estocada en la última media hora. La dio el imberbe e insolente Fermín, con el tanto que habrían firmado para sí los dos ilustres veteranos blancos.

Los penaltis de Araujo

Araujo estuvo más cómodo porque fue el jugador menos presionado en la salida del balón. Sus compañeros le encontraron fácilmente mediante la secuencia de pases. Solo tuvo que preocuparse el rato en el que Vinicius pasó a la banda, después de que Ancelotti usara el único nueve que tiene en la plantilla: Joselu. Con la ristra de cambios de Xavi a un cuarto de hora para el final, el reto de controlar a Vinicius pasó a ser de Sergiño Dest.

Araujo cometió el segundo penalti consecutivo en dos partidos. Los dos por sendas manos. Ninguno de los dos acabó en la red. Saka chutó fuera el que disfrutó el Arsenal y Vinicius (peor sustituto de Benzema en este lance, de momento), estampó el tiro en el larguero. El primero de los cinco tiros blancos a la madera. Vinicius se apuntó un triplete de frustraciones.