Somos naturaleza y crecemos hormigón

Me esfuerzo por vender algo que nunca entenderás; hasta que no lo sientas. Siento que puedo darte algo que nunca verás. Te presto mi mirada emocionada para que llores y te emociones tanto que no lo sabías.

Cuando pensaba que estaba logrando lo que quería, me di cuenta que algo nuevo, más grande y más lejano, había crecido en mi necesidad de descubrir, de vivir, de entender.

La vida plana, monótona, no tiene mucho sentido; sin contrastes, nada que resalte y te haga plantearte cosas. ¿Por qué elegimos un camino u otro? Se podrá ser feliz sin nada? Cómo ser feliz sin algo material? Qué vale más que tus cosas? Qué prefieres perder: la memoria o tu casa?

Somos naturaleza y crecemos hormigón. Somos el resultado de algo natural que se va materializando cada vez más y más hasta llegar al punto que lo que hacemos no es nada que la tierra, con sus propios medios naturales, pueda entender. ¿De qué sirve? Solo lo hacemos por dinero? Es eso evolución? Lucrarse?

No crecemos en ayudarnos, en construir para mejorar. Crecemos en competencia, lucha, desafío… ¿Depende mi éxito del fracaso de otro?

¿En qué momento hemos perdido la esencia que nos aferraba a la tierra?

Quizás es que llevamos una burbuja que nos mantiene protegidos de lo que es real; y sentir no es tan difícil, sino que simplemente no está bien visto.