"Simuló una caída: así me robaron el otro día el móvil en el metro"

Escribir esta carta es una forma de desfogarme, pero también lo hago para que ustedes vayan con cuidado. Pienso que puede ser de ayuda lo que les voy a contar a continuación.

Señores, nos roban por todas partes. Facturas de servicios elevadísimas. Que no te toque el gordo y necesites ponerte en manos de dentistas, o necesites gafas o según que medicamentos. Podría citar cantidad de cosas. Pero no voy a eso.

Cada vez hay más inseguridad por la calles. Te roban la tarjeta o el dinero con una habilidad que te quedas a cuadros, o las joyas, o el móvil: ahí es donde quiero ir a parar. El 9 de junio por la tarde me lo robaron a mí, pero repito, con una habilidad que no supe ni reaccionar.

Metro L1 -la que menos me gusta- entre las estaciones de Clot y Navas, vagón a tope, más o menos 19:15 horas. De pie, agarrada a la barra, con una amiga, de pronto, como aparecido de la nada, un tipo con unas llaves en la mano.

Hace como que se tropieza con mis pies, medio cae haciendo ruidito con esas llaves -ese ruido me despistó, pues que se me caían a mi-. Le digo: "¿Que haces?". Se fue directo a la puerta de salida, que se abrió inmediatamente, y le seguí con la vista mientras le comentaba a mi amiga que la caída no me había gustado nada, que quizá había bebido más de la cuenta.

Pero no, las puertas se cierran y compruebo que camina perfectamente y sube al tren que va en dirección contraria. Cuando voy a echar mano de mi móvil, ya no lo tenía. ¿Qué sentí? Primero me quedé perpleja, después rabia, indignación, impotencia, miedo de que pueda hacer uso de todo lo que tienes en él, hasta que puedas bloquearlo.

Actualmente, y no sé si es bueno o malo, sientes como si hubieran invadido tu intimidad. Y me consuelo pensando que hay cosas mucho peores y que no tienen solución. Pero si puede servir de algo, ahí queda mi historia.