"Me entraron a robar y bloquearon la puerta principal"

No somos propietarios de nada por mucho que así nos lo quieran hacer creer los mandamases de este sistema capitalista, en el que dicen que vivimos. Es horrible la sensación de llegar a casa, intentar abrir la puerta y notar que hay algún tipo de mueble detrás que impide su apertura. Hacer fuerza para conseguir entrar en tu propia casa y encontrarte que han entrado por la ventana de detrás de tu habitación. Han reventado la tela y todo lo que se han llevado por el camino, pero además, para impedir que tú entres mientras están haciendo la faena, bloquean la puerta de entrada con el mueble del recibidor y cuatro botellas de butano que ellos mismos transportan des del almacén.

Solo has estado una hora fuera de casa, en la misma calle, donde se celebran fiestas mayores, pero esa gente ha tenido tiempo de destrozarte el piso sin que nadie se entere ni vea nada. Qué curioso este hecho y a la vez conocido, por desgracia, ya que cada año le toca a una casa de personas humildes y trabajadoras.

No es el miedo que te entra cuando ves que no estás segura ni en tu propia casa, que no tienes nada asegurado en esta vida, que también. Sino la rabia y la impotencia de encontrar todas tus pertinencias extendidas por la cama, por el suelo, ver desaparecer esos ahorros que tanto tiempo y sudor te han costado y sobretodo los recuerdos de cuando eras un bebé, de tu vida en general, representados por algunas joyas.

Es inaceptable que tengamos que pasar por esto personas indefensas y humildes que ya tenemos suficiente con tirar adelante día tras día, por no hablar del papel de la policía, que no saca ni una castaña del fuego.