Tenemos lo que decidimos con nuestro voto

Nos quejamos y quejamos, y, muchos de los que lo hacen, no toman partido en lo que quieren para su país o su vida. En definitiva, tenemos lo que pensamos o decidimos con nuestro voto y, claro, que las cosas sean como tú quieres y no hacer nada para conseguirlo, pues es difícil.

Cosas tan sencillas como ir a votar, como movilizarse pacíficamente contra lo que estás en desacuerdo, o apoyar iniciativas, no sólo te dan el derecho a protestar sino que te dan la certeza de luchar por lo que defiendes.

Me da mucha pena que aún haya colectivos que no estén de acuerdo con las libertades, con los derechos logrados -con la lucha y la cultura- a lo largo de estos años de democracia. El paso atrás dado no es sino un reflejo de la pasividad y desinterés de parte de la ciudadanía.

Debemos de pensar un poco más en el interés colectivo y no tanto en el personal; no estamos solos y  todos nos necesitamos. Una democracia sana es igualitaria, libre y abierta al futuro y  a sus cambios. La sociedad ha cambiado si, pero la cambiamos nosotros, hagamos que sea sana, igualitaria y plural.