Como usuario habitual de la bicicleta, considero preciosa la imagen de cientos de ciclistas subiendo al Tibidabo en las horas en que se permiten las actividades deportivas.
Tan solo una minoría incívica de esos ciclistas empaña dicha imagen. No respetar las normas, pasar rozando a los peatones y rodar a velocidades inadecuadas en caminos que hay gente paseando no es aceptable. Hace unos días vi cómo una bicicleta arrollaba por detrás a una persona que iba paseando, haciéndola caer.
Los ciclistas nos quejamos con razón de actitudes agresivas de algunos conductores, por la misma razón no podemos permitir que una minoría incívica aplique la misma agresividad con los peatones.