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Medidas necesarias para mejorar la salud planetaria

Un militante vegetariano, el sábado en Belém.

Un militante vegetariano, el sábado en Belém. / AP / SILVIA IZQUIERDO

Si no se toman medidas drásticas en la alimentación y en la agricultura, en 2050, con una población de 10.000 millones de personas, podrán morir prematuramente 11 millones de seres humanos y los habitantes del planeta tendrán que afrontar una catástrofe medioambiental global. Para prevenirlo y solucionarlo, una comisión de investigadores de 16 países ha estado trabajando para elaborar un modelo de dieta sostenible tanto para el ser humano como para el planeta y lo han dado a conocer ahora.

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Los expertos plantean una dieta ideal basada en 2.500 kilocalorías diarias y sugieren que sólo 30 de ellas procedan de carnes distintas de las de las aves, lo que sería el equivalente a consumir una hamburguesa de ternera pequeña a la semana. El objetivo es doblar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos, y reducir a la mitad el de carne roja y el de azúcar.

El informe detalla que el consumo de carne roja y de productos procesados o envasados es excesivo, lo que acarrea riesgos para la salud mayores que los causados por el sexo no seguro, el alcohol, la droga y el tabaco juntos. Una dieta saludable, aseguran, reduciría bastantes patologías y diferentes tipos de cáncer.

Asimismo, consideran imprescindible que se produzca una auténtica 'revolución agrícola' debido a que, actualmente, la producción alimentaria es la principal causa de degradación medioambiental. Esta revolución, según los investigadores, no solo es factible, si no que hay cada vez más evidencias de que se puede lograr a través de una intensificación sostenible que beneficie al agricultor, al consumidor y al planeta.

Para el vocal de la Sociedad Española de Endocrinología y NutriciónFrancisco Botella, existe una desviación entre lo que la gente come y lo que debería comer, pero advierte de las dificultades de cambiar los hábitos, porque, dice, que “es más difícil cambiar de dieta que de religión”. Y yo añadiría que, incluso de equipo de fútbol.

Aun así, hay que ser optimistas, positivos, solidarios, y considerar que tenemos un compromiso histórico con las generaciones futuras cuya supervivencia dependerá, en gran medida, de la herencia que les dejemos. Y cada uno de nosotros, en la medida de lo posible, poner de nuestra parte para que esa herencia no sea envenenada, si no todo lo contrario, con el fin de que la salud del planeta no se siga deteriorando.

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