La importancia de la violencia psicológica

Gran parte del devenir sociopolítico de los últimos meses ha venido condicionado por saber qué entendemos por violencia suficiente.

Violencia hay de muchos tipos pero parece que el único tipo que se ha venido considerando por ilustres magistrados teutones, por el poder establecido y por los medios de comunicación que les han arropado, es el de la violencia física. Violencia quizás más agresiva que la física puede ser la violencia psíquica. Todos sabemos que el dolor interno puede ser mucho más intenso que el producido por un golpe o agresión que incluso te llegue a romper la nariz.

La violencia o agresión psíquica se ha practicado y se practica principalmente de palabra y/o por escrito, pudiendo producir niveles de ansiedad y desazón que pueden llegar a ser insoportables. La violencia verbal, así como la escrita, mediante un determinado mensaje, pretende dañar a otra persona o colectivo intentando destruir sus principios y rebajando en lo posible su autoestima. Sobrados ejemplos de violencia psíquica o psicológica tenemos en el acoso laboral, con el acoso en las escuelas, con el acoso doméstico, etc.. que en los últimos meses, como decía, se ha trasladado e instalado en las calles en forma de acoso colectivo y simbólico, propiciado desde el poder de las instituciones, que en principio eran de y para todos.

Parece que los que han iniciado, continuado y apoyado tamaño dislate, ilustres magistrados incluidos, estén esperando un mayor nivel de violencia física suficiente, como si la psíquica sufrida y la que venimos sufriendo fuera claramente insuficiente. Craso error.