"Catalunya, contra sí misma"

Imagen actual del castillo de Cardona, donde se desarrolla ’1711: el setge’. / TVC

No es ninguna novedad histórica las peleas políticas entre distintas facciones del espectro catalán. Catalunya, el principado, es hijo de la expansión y seguridad que construyó la monarquía carolingia, que creó una sociedad típicamente feudal a medida que fueron expulsados los musulmanes. El condado de Barcelona fue creciendo poder gracias a su metrópolis de Barcelona, pero el resto del principado estaba lleno de señores feudales, condes y demás aristócratas que fueron explotando a los pobres campesinos tanto como pudieron.

El crecimiento de una burguesía comercial en Barcelona dio poder al conde de la ciudad, tanto que permitió su expansión política, aunque muy respetuosa con los otros condados. La guerra entre los campesinos y su aristocracia dominante fue endémica durante mas de cien años, con distintos resultados. Los condes barceloneses llegaron a la categoría de reyes al juntarse con el reino de Aragón, pero las disputas continuaron entre las distintas fuerzas políticas y sociales que fueron apareciendo: la guerra civil contra Juan II; la Guerra dels Segadors entre catalanes y la monarquía hispana, que también fue guerra civil entre catalanes; la Guerra de Sucesión también fue en parte guerra civil; incluso la invasión napoleónica tuvo su parte de guerra civil, pasando por las guerras carlistas, puras guerras civiles, y, por fin la más sangrienta del siglo XX: la Guerra Civil española, que tuvo una importante parte de guerra civil interna entre catalanes. El 'procés' es una guerra civil ideológica entre catalanes, en la cual uno de los bandos busca un enemigo externo para conseguir mas quórum o mas partidarios. Esta táctica fue usada por las clases dominantes catalanas varias veces. No vamos bien. Para disimular lo revestimos todo de ideología.