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¿Es posible adiestrar a un gato como se hace con un perro?

Con paciencia, órdenes cortas, premios y gestos un felino puede llegar a realizar ciertos trucos

Adiestramiento de un gato con comida.

Adiestramiento de un gato con comida.

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Vega S. Sánchez
Vega S. Sánchez

Periodista

Especialista en animales, plantas y curiosidades

Escribe desde Barcelona

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Que los animales son seres vivos inteligentes es algo que nadie pone en duda. Dependiendo de su raza o especie, la inteligencia animal -es decir, el conjunto de habilidades y capacidades que les permite vivir y adaptarse a su entorno- será mayor o menor.

Diversos estudios señalan al chimpancé como el animal mamífero más inteligente del mundo y destacan de él que es capaz incluso de imitar al hombre y de usar herramientas con sus manos.

Además de los primates, los elefantes y los delfines también destacan como animales inteligentes, al igual que el pulpo, que algunos consideran que posee hasta capacidad de razonamiento.

Dentro de los animales domésticos más comunes -perros y gatos- no es difícil hallar canes adiestrados para todo: guías de personas invidentes, agentes de policía capaces de detectar drogas o encontrar a fallecidos entre los escombros de un edificio, detectores de explosivos o fajos de billetes...

Comunicación gatuna

Pero, ¿qué ocurre con los felinos? Se sabe que hay gatos que han aprendido a comunicarse, al menos mediante mensajes simples, para pedir comida, por ejemplo. Pero la realidad es que son animales menos dispuestos a complacer a los humanos que los perros. De hecho, a la hora de adoptar a un gato hay que tener en cuenta que son animales que permiten que les des alimento y cobijo y, con suerte, permitirán que les acaricies y juegues con ellos, pero siempre cuando ellos quieran y el tiempo que ellos determinen.

Lo cierto es que un gato es mucho más proclive a hacerse entender que un perro. Sus maullidos alrededor del comedero o en la puerta de la calle o ventana ya dan suficientes pistas de lo que quiere: comer o salir.

Trucos

Aparte de eso, es posible adiestrar a un gato para que, al igual que hace un perro, realice ciertos trucos, como dar la patita o sentarse. Siempre teniendo presente que un gato va a la suya y solo hará monerías cuando le apetezca, puesto que, para empezar, son menos comilones que los perros.

La forma óptima para hacerlo es como con los canes: con órdenes cortas, acompañadas de gestos y premiando al felino con golosinas (comida) y caricias, además de palabras amables.

También es bueno usar un sonido característico que acompañe al premio para que el animal asocie el sonido a algo bueno, ya sea un chasquido o bisbiseo hecho con la boca o con algún aparato externo, "como un clicker", apunta Àlex Salvador, coordinadora de El jardinet dels gats, una entidad sin ánimo de lucro de Barcelona que se dedicada al cuidado y protección de los gatos callejeros y abandonados. Así, en un momento dado se podrá premiar al felino solo con el sonido.

¿Qué trucos pueden aprender?

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Las sesiones de entrenamiento de los gatos no deben ser demasiado largas, aseguran los expertos. Los gatos son animales que pierden la concentración o el interés rápido -contrariamente a lo que sucede con un perro, con el que puedes estar horas repitiendo el mismo juego o ejercicio-. "Deben ser rutinarias y hacerse en un espacio en silencio", añade Salvador.

Los cinco trucos que un gato puede aprender fácilmente, siempre que el minino quiera, son:

Chocar los cinco

Variante gatuna del truco de dar la patita. Los gatos son animales que, en cuanto les señalas con un dedo, intenta cogerlo, le dan un toque -un mini zarpazo- o juntan su pata al dedo, como si fueran E.T. El extraterrestre con el niño Elliot. Con algo de refuerzo positivo, puedes lograr que tu gato choque los cinco contigo en vez de darle un zarpazo a tu dedo. Y, del mismo modo, también puedes conseguir que te dé la patita.

Acudir a la llamada

Nada más destetarse, lo que sucede sobre las 8 o 10 semanas, verás que el gato enseguida reconoce el sonido del paquete de comida, ya sea una lata o una bolsa de pienso. En cuanto lo abras, si está bien acostumbrado a las horas de comida, acudirá raudo y veloz a ese sonido. Acompaña esa apertura con una llamada al minino por su nombre o por la orden, y utiliza esa orden posteriormente para que acuda a ti sin comida de por medio.

Párate, siéntate, acuéstate, rueda...

En castellano, inglés, catalán o cualquier idioma que desees, pero siempre la misma palabra. Las órdenes 'Párate, siéntate, acuéstate o rueda' son fáciles de enseñar al gato, siempre acompañadas de gestos, y mantienen su mente ágil y ocupada. Además, te dan un mayor control sobre los movimientos de tu felino y hacen que sea más fácil transportarle, por ejemplo, puesto que hará que tu gato entre en el transportín sin problemas siempre que le hayas educado y se lo ordenes.

Pasar por el aro

Mostrándole una chuchería o premio a través de un aro, puedes hacer que el gato pase a través de él y, lo que es más importante: que haga ejercicio y lo vea divertido, como un juego.

Saltar o girar sobre sí mismo

Para que un gato salte, le mostraremos el premio o chuche y se lo elevaremos, a la vez que damos la orden o el sonido elegido. Para que gire sobre sí mismo, le mostraremos el premio o chuchería delante de su morro y le daremos la vuelta poco a poco a su alrededor, hasta que el gato dé una vuelta completa, máximo dos. En este caso, diremos la palabra escogida o el sonido antes de iniciar la vuelta, para que el gato la asocie a la orden que queremos darle. En ambos casos, y como en todos los anteriores, hay que repetir el truco varias veces. Tanto en el salto como en el giro, el premio tiene que estar muy pegado a su morro al principio y luego, una vez ya lo vaya haciendo, irlo separando hasta retirarlo del todo.

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