Musgo, muérdago y acebo: tres plantas protegidas por las que te pueden multar

Es una planta no vascular, es decir, carece de raíces, tallo, hojas y flores. El musgo suele crecer en zonas húmedas, sobre todo en la cara norte –la que recibe menos luz- de suelos, rocas y árboles. Se reproduce por esporas. Tiene una gran capacidad de retención de agua y de acumulación de nutrientes y es el hábitat de animales pequeños, además de que son "sustrato para la germinación de semillas de otras plantas y protegen el suelo", según se indica en el Departament d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya. En esta comunidad autónoma sí está permitida su recogida, pero solo "entre el 15 de septiembre y el 15 de mayo, y el límite de recolección de tipo doméstico se sitúa en 4 m2". Sin embargo, desde el departamento de Agents Rurals recomiendan comprarlo "en tiendas y mercados procedentes de la jardinería comercial y de lugares donde está permitida su recolección". Los Agents Rurals dan unas claves para su "recolecta sostenible" e indican que tampoco está permitido coger musgo "en fuentes y aguas epicontinentales donde el musgo esté y pueda estar en contacto con agua en el periodo de avenida ordinaria" o en "terrenos forestales que hayan sufrido un incendio forestal en los últimos 10 años", por ejemplo. Y que, para recogerlo, hay que hacerlo en "superficies continuas inferiores a 1 m2, de manera que quede una superficie igual o superior a la extraída en el terreno, repartida homogéneamente. No se debe dañar el sustrato, con un máximo de 3 cm de profundidad, y se deben utilizar herramientas adecuadas que no causen daños al entorno ni dañen el sustrato", explican.

El muérdago (Viscum album) es una planta semiparasitaria -que vive y germina sobre otras plantas- que se confunde a menudo con el acebo porque ambas están ligadas a la Navidad: son muy apreciadas para decorar los hogares. El muérdago, además de para adornar, también sirve para unir parejas: la tradición dice que hay que besarse si coincides con una persona bajo sus ramas. Sin embargo, ambas plantas son muy distintas: las hojas del muérdago son lisas, alargadas y finas y de color verde algo más claro que las del acebo, que además de ser de un verde muy oscuro son duras, resistentes y generalmente con el margen espinoso. El fruto del muérdago suele ser blanco y pegajoso, mientras que el del acebo es rojo y seco. El muérdago crece sobre los árboles, en las copas, por lo que no suele ser una especie protegida ni está prohibida su recolección, por la dificultad que esta entraña. Tanto el muérdago como el acebo son plantas que pueden -y hacen- la fotosíntesis por sí mismas, pero también se nutren de la savia del árbol que hospedan, debilitándolo y, en ocasiones, llevándolo a la muerte.

El acebo (ilex aquifolium) también se ha usado tradicionalmente para decorar los hogares en Navidad. Pero "es una especie protegida y su recolección, corte o desarraigo está totalmente prohibida", según indican desde Agents Rurals. Ello se debe a que sus frutos maduran en invierno, por lo que es una planta que tiene un valor ecológico muy importante (es fuente de alimento de muchas especies de aves en una estación particularmente dura y escasa de alimentos para ellos). Es un arbusto o pequeño árbol de la familia de las Aquifoliáceas que puede llegar a medir unos veinte metros de altura y vivir siglos y que, junto con el muérdago, forma parte de la tradición decorativa navideña.