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Alimentación flexitariana: los beneficios de mezclar proteínas vegetales y animales en la dieta

  • Consumir diferentes tipos de proteína es una buena opción para llevar una dieta equilibrada

  • La incorporación de proteína vegetal en las comidas ayuda a cumplir los requerimientos de otros nutrientes como vitaminas, minerales y fibra

Vegetales en un tabla de madera.

Vegetales en un tabla de madera. / El Periódico

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Begoña González

Las proteínas son unos de los tres macronutrientes básicos, es decir, uno de los tres ítems más importantes para la nutrición humana que hay que aportar a través de la dieta, porque nuestro cuerpo no la puede fabricar. Con esta simple definición queda claro que todos los humanos las necesitamos, pero las campañas de 'marketing' y el auge del ‘fitness’ crearon la falsa idea de que eran una necesidad exclusiva de los deportistas, y ello sigue causando reticencias. Aun así, cada vez más personas se toman en serio su aporte de proteínas y, por ejemplo, el consumo de productos lácteos altos en proteína no para de crecer en los últimos años. En 2021 casi se dobló comparado con 2020, creciendo un 70%.

Para mantener una dieta equilibrada la Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario de 0,8 gramos por kilogramo de peso corporal, ya que se encuentran en prácticamente todo nuestro cuerpo y un 16% del peso del cuerpo humano está formado por proteína. Intervienen en funciones clave del organismo como la sintetización de enzimas, la creación de anticuerpos, la formación de la masa muscular y el aporte de energía.

Para cumplir dichos requerimientos antiguamente se creía que debía hacerse mediante el consumo de carne y huevos, pero poco a poco se ha ido rompiendo el mito y hoy en día ya ha quedado claro que existen otras fuentes de proteínas de origen vegetal. Las nuevas tendencias de consumo y la creciente preocupación por el medioambiente han dado paso a otras dietas más allá de la omnívora, como la vegetariana, vegana e, incluso, la flexitariana.

Vegetarianismo flexible

“Consumir diferentes fuentes de proteínas es una buena decisión. Aportan variedad al organismo y con la incorporación de alimentos de fuente de proteína vegetal conseguiremos consumir otros nutrientes como vitaminas, minerales y fibra”, asegura Elisabet Prieto Pérez, nutricionista asesora en Danone. Ese es uno de los principales beneficios de la dieta flexitariana.

Esta opción de alimentación no es más que un vegetarianismo flexible, por lo que a pesar de que en su dieta predominan los productos de origen vegetal, no están excluidos los de origen animal. De este modo, los requerimientos proteicos se adquieren con distintas fuentes como por ejemplo quinoa, pistachos, garbanzos, soja, carne, lácteos, pescado y huevo.

“Una alimentación 100% vegetal, si está bien pautada, no tiene por qué implicar una carencia nutricional”, asegura Prieto. Los especialistas señalan, aun así, que es necesario prestar atención a ciertos micronutrientes como yodo, omega3, calcio, hierro o vitamina D, que también están presentes en alimentos como las algas, las legumbres, las semillas, los frutos secos, los cereales, la quinoa, además de la soja y sus derivados. Por otro lado, en el caso de la alimentación 100% vegetal hay que tener en cuenta la vitamina B12, algo que con la opción flexitariana ya se obtiene de los alimentos de origen animal.

A pesar de que es completamente positivo mezclar fuentes de proteína animal y vegetal no existe una única pauta para hacerlo. “Dependerá de cada caso y estilo de vida, gustos y un largo etcétera. Lo importante es que se cumplan los requerimientos y si hay dudas siempre se puede consultar a un profesional”, asegura Prieto.

Proteína "completa"

Durante años se ha creído que dentro de la proteína vegetal hay alimentos que no se considera que aporten proteína “completa” por no tener todos los aminoácidos esenciales, como, por ejemplo, los cereales y las legumbres. Por ese motivo se creía que era necesario combinarlo en un mismo plato con otros alimentos para obtener una proteína completa. Ahora sabemos que no tiene que ser en el mismo plato. “Valdría con que lo tuvieses en cuenta a lo largo del día y consumieras diferentes tipos de alimentos (cereales, legumbres, frutos secos) para que se complementaran”, asegura Prieto.

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Más allá de los beneficios en la salud del consumo de proteínas vegetales, debemos tener en cuenta estas opciones también por la sostenibilidad. “A nivel ambiental es interesante también dar cabida a la proteína vegetal en la dieta porque tiene un impacto ambiental mucho menor que la animal. Con este enfoque más holístico contribuimos a dar un respiro al planeta”, asegura Prieto.

Las proteínas participan en diferentes funciones en el organismo, como formar tejidos y estructuras, entre ellas el músculo, y colaboran en la formación de enzimas que participan en reacciones bioquímicas y en la formación del sistema inmunitario. Dada su importancia en el funcionamiento del cuerpo, es crucial que se cumplan los requerimientos diarios en todas las personas, y más allá de deportistas, es importante también para, por ejemplo, las personas mayores de 65 años. “En esta etapa se suele consumir menos proteína y ello agudiza una pérdida de masa muscular propia de la edad y el sedentarismo”, explica la nutricionista.