El alcalde de El Prat de Llobregat será el número dos de los Comuns en las elecciones del 12-M

El alcalde de El Prat de Llobregat, Lluís Mijoler, será el número dos de la candidatura de los Comuns encabezada por Jéssica Albiach a las elecciones catalanas del 12 de mayo. Se trata de la incorporación en la lista para el Parlament del principal alcalde que tiene en estos momentos el espacio tras la pérdida del mando de Ada Colau en Barcelona, una elección que es toda una declaración de intenciones para mantener el pulso contra infraestructuras como la ampliación del aeropuerto, además de contra el Hard Rock. En cuanto arranque la legislatura, explican fuentes del partido, Mijoler decidirá si compagina la alcaldía con ejercer de diputado.

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El del alcalde de El Prat no es el único nuevo fichaje en la lista de Albiach, que por primera vez podría presentarse sin alianza con Podem -el sábado expira el plazo para registrar las coaliciones- y que ha obtenido el 80% de los votos a favor del consejo nacional. En el puesto número tres se incorpora un independiente, el abogado Andrés García Berrio, codirector de Irídia y especializado en la defensa de derechos humanos. También tiene mensaje que se sume a la candidatura, puesto los Comuns harán en esta campaña bandera tanto de su rol para lograr la aprobación de la amnistía como del derecho a la vivienda.

No hay sorpresa en el resto de las posiciones de salida en la lista de Barcelona, en la que repiten Susanna Segovia, David Cid, Enric Bárcena y Núria Lozano en el cuarto, quinto, sexto y séptimo lugar. En el caso de los cabeza de lista en el resto de capitales catalanas, Yolanda López, una de las críticas con la dirección de Podem que dejó el partido recientemente tras ser sancionada por apoyar el pacto con Sumar, volverá a estar al frente de la de Tarragona; el diputado en el Congreso y exconcejal de Barcelona Eloi Badia se situará como número uno de la de Girona, ciudad en la que ahora reside; y la exconcejal Elena Ferre hará lo propio por Lleida.

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"Sabemos pactar"

Señalados por sus rivales políticos como los causantes de que no haya presupuestos ni en Catalunya, ni en el Estado ni en Barcelona, los Comuns han salido al contraataque. Jéssica Albiach, ratificada ya oficialmente como candidata, ha reivindicado ante el consejo nacional los tres años de legado de su equipo en esta última legislatura en el Parlament, un mandato en los que considera que ha quedado demostrado que "los Comuns saben pactar", pero no a cualquier precio.

De la ley para blindar el catalán como lengua vehicular en la escuela a los otros dos presupuestos que sí que ayudaron a aprobar primero con ERC y Junts y después con ERC y el PSC. Ese currículum, ha subrayado Albiach, certifica que son una fuerza que se implica en la negociación y el diálogo por más que republicanos y socialistas señalen que son los causantes de dejar caer unas cuentas por el Hard Rock.

El derecho a la vivienda, en el "corazón" del Govern

"Pactamos sin perder los valores porque tenemos claro que representamos los intereses de la clase trabajadora", ha defendido la candidata ante el consejo nacional del partido, donde ha presumido de poder "mirar a los ojos" de quienes depositaron su confianza en 2021 en En Comú Podem y sentir que no les ha "traicionado ni un solo segundo". Además de fijarse como objetivo estar en el próximo Govern para garantizar una agenda "progresista", Albiach ha prometido convertir el derecho a la vivienda en el "corazón" del próximo Executiu.

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Y es que a la falta de diligencia a la hora de gestionar la sequía, la crisis educativa, los déficits en la sanidad, el conflicto con los agricultores y con los funcionarios de prisiones que los Comuns achacan al Govern de Pere Aragonès, le suman también que la Generalitat ostente el "récord de desahucios" en pisos públicos en lugar de cumplir con la construcción de 4.500 viviendas que prometieron. "Este es el Govern de la decepción", ha sentenciado la cabeza de lista, que ha vuelto a insistir que la legislatura que se cierra ha sido de "trámite" por la falta de "liderazgo" y la posición "errática" de los republicanos ante retos que requieren de "nuevas recetas".