Entrevista a la candidata de la CUP

Laia Estrada: "Puigdemont no es ahora el voto de la confrontación"

La candidata de la CUP lamenta que Junts y ERC hayan "hecho suya la agenda del PSC más de derechas y españolista de la historia" y avisa que para que Sánchez sea "creíble" debería defender la autodeterminación

La CUP propone una distribuidora pública para apoyar el campo catalán

La CUP pide el voto para que Catalunya no siga "supeditada" a lo que pase en Madrid

Así están las encuestas de las elecciones en Catalunya 2024

Sara González entrevista a Laia Estrada (CUP) de cara a las elecciones del 12M

Patricio Ortiz

Sara González

Sara González

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cinco días han transcurrido de campaña y la candidata de la CUP, Laia Estrada (Tarragona, 1982), acumula ya unos cuantos kilómetros a sus espaldas. No en balde la consigna es peinar el territorio, aunque llueva a cántaros y se arrastre un catarro incipiente, como es el caso. Acunada en una familia de sindicalistas y bregada en la denuncia del caso Inipro en Tarragona y en el combate contra proyectos como el Hard Rock, su objetivo es, por lo menos, retener los nueve diputados que el partido tenía hasta ahora y, a poder ser, volver a tener la llave de una mayoría independentista. Estrada, que es profesora y está licenciada en Ciencias Ambientales, es crítica tanto con ERC como con Junts y mantiene que sin confrontación con el Estado no habrá avances ni en la agenda social ni en la nacional.

¿Que Pedro Sánchez continúe como presidente del Gobierno es una buena o una mala noticia para Catalunya?

Lo que perjudica a Catalunya es toda la injerencia política que ha representado este vodevil, porque nosotros no cuestionamos que haya sido víctima de las cloacas del Estado, pero el PSOE, cuando le ha interesado, ha utilizado estas mismas cloacas para perseguir al independentismo y espiar a sus adversarios y a los que hoy son sus socios de gobierno. No es creíble. 

¿Qué debería hacer, según usted, para que tuviera credibilidad?

Una cosa muy sencilla: que cuando habla de la necesidad de respetar derechos y libertades respete el derecho a la autodeterminación.

¿No pensó en algún momento que podría peligrar la ley de amnistía?

No, porque la ley de amnistía, en parte, le interesa al Estado para lavar su imagen a ojos internacionales. Celebramos cualquier medida que pueda aligerar el peso de la represión sobre las personas que están ahora mismo encausadas, pero tenemos dudas sobre cómo se aplicará porque está en manos de unos jueces con un sesgo ideológico clarísimo. 

¿En estos momentos, se dan las condiciones para que Catalunya defienda la autodeterminación?

Sí, pero hay que hacer la faena: tenemos que recuperar una agenda nacional y social propia. Volver a situar el foco de la política aquí y llenar el Parlament de soberanía, porque lo que hemos visto es una supeditación constante a los intereses del Estado y a la agenda del reencuentro de Sánchez. Junts y ERC han hecho suya la agenda del PSC más de derechas y más españolista de la historia. 

Junts y ERC han hecho suya la agenda del PSC más de derechas y más españolista de la historia

¿De qué van ahora mismo estas elecciones?

De devolver la política y volver a poner el foco aquí y de gestionar los recursos pensando en el bienestar de la mayoría de la población sin supeditar estas decisiones a los imperativos del Gobierno y las élites económicas del régimen del 78. 

¿En qué se diferencia su proyecto de lo que defienden los Comuns?

En dónde ponemos el foco de la soberanía y en el reconocimiento de la autodeterminación. El problema que tienen los Comuns es que si se supeditan a las limitaciones del régimen del 78 y a los límites que impone el PSOE, ni a nivel español ni aquí se podrá avanzar nunca. Nosotros no nos movemos por un intercambio de cromos o de poltronas.

¿Insinúa que los presupuestos cayeron por Ada Colau y no por el Hard Rock?

Sí. Los presupuestos anteriores que habían aprobado incorporaban el Hard Rock y en estos últimos lo que tuvo un papel más importante es la falta de acuerdo en el Ayuntamiento de Barcelona. 

¿Catalunya necesita más un gobierno netamente de izquierdas o netamente independentista?

Las dos cosas. Sin desbordar los límites de la Constitución no podremos resolver los grandes problemas de nuestra sociedad. En el caso de la vivienda se ve muy claramente.

A diferencia de los Comuns, nosotros no nos movemos por un intercambio de cromos o de poltronas

¿Qué hay que hacer para que realmente bajen los precios del alquiler?

Primero, cero desahucios. No puede ser que los Mossos, cuerpo controlado por la Generalitat, eche fuera de sus casas a familias con criaturas y gente mayor. 

¿Se debe renunciar a la competencia de policía judicial?

Implica una acción de desobediencia política, la conselleria debe decirles a los Mossos que no eche a gente de su casa. En segundo lugar, hay que controlar los precios para que no superen el 30% de la renta familiar y garantizar por ley los contratos indefinidos. Y, tercero, hay 400.000 pisos vacíos. Podemos empezar por los 20.000 que están en manos de grandes tenedores. 

¿Se refiere a expropiar?

Expropiación. Ya lo prevé la ley catalana de 2007.

¿El Hard Rock será una condición ‘sine qua non’ para la investidura?

No estamos poniendo unas líneas rojas solo sobre unos macroproyectos concretos, también está la ampliación del aeropuerto y el cuarto cinturón. 

Entonces, ¿qué condiciones pondrán para una investidura?

No se han desplegado políticas de izquierdas ni que nos hagan avanzar en el derecho a la autodeterminación. La condición es hacer un giro de 180 grados, un cambio de rumbo para poner el control en los sectores públicos. Si recuperamos la manera de hacer de la antesala del 1 de octubre, nos podremos entender. 

"Hay 400.000 pisos vacíos. Podemos empezar expropiando los 20.000 que están en manos de grandes tenedores"

¿Los últimos gobiernos independentistas, algunos con su apoyo, han fracasado en la gestión de los servicios públicos?

Sin ningún tipo de duda. Tenemos unos servicios públicos triturados por los recortes que aplicó el Govern de CiU, pero que fueron diseñados por el último tripartit, y que no se han revertido. Tenemos un modelo de sanidad, educación y residencias en el que se facilita la transferencia continua de dinero público a manos privadas. No se ha cuestionado este modelo de concertación que impide tener servicios públicos fuertes y de calidad. 

La candidata de la CUP, Laia Estrada, durante la entrevista con EL PERIÓDICO.

La candidata de la CUP, Laia Estrada, durante la entrevista con EL PERIÓDICO. / PATRICIO ORTIZ

Para mejorar los servicios públicos hacen falta recursos. ¿Se implicarán en la reforma de la financiación?

La reforma de la financiación tiene las patas muy cortas, en el sentido de que solo podremos gozar de la gestión del 100% de nuestros recursos una vez alcanzada la independencia.

¿Es necesaria una 'conselleria' específica para promover el uso del catalán

Sí que hace falta, pero no es suficiente. Tiene que destinarse, como mínimo, el 0,5% del presupuesto total de la Generalitat y tiene que tener incidencia en todas las áreas del Govern. También hay que impulsar un plan de choque para tener más aulas de acogida, reducir ratios y derogar la ley que aprobaron ERC, Junts, PSC y los Comuns que allana el despliegue de la sentencia contra el catalán.

Con la sequía, hay que hacer un cambio de modelo económico, no se resuelve construyendo más desalinizadoras

¿Entendería que, con las últimas lluvias, el Govern relajara las restricciones por la sequía? 

No, sería un contrasentido. Bienvenidas sean las lluvias, pero no resuelven la sequía. Tiene que haber un replanteamiento del modelo económico y de la gestión de los recursos. ¿Para qué queremos el agua? ¿Para que las piscinas estén siempre llenas y los guiris se lo pasen bien y no tengan calor? ¿O la queremos para los agricultores? Es un bien escaso que debe destinarse al uso de la mayoría de la población, no para que unos pocos hagan negocio. La cuestión no se resuelve construyendo más desalinizadoras. 

Vienen de un ciclo electoral desfavorable. ¿Les ha perjudicado influir en la gobernabilidad en los últimos años pero no implicarse en ella?

La CUP ha sido de mucha utilidad desde que irrumpimos en el Parlament en 2012 poniendo sobre la mesa debates como el feminismo, ecologismo, incluso hablar de independencia de forma clara o poner luces y taquígrafos sobre la corrupción. ERC ha implementado, aunque de forma aguada, la renta básica universal o la energética pública. Valorar la utilidad o no en función de si se entra o no en el Govern es perverso, porque los que sí que han estado en el Govern no han resuelto los problemas que tenemos.

Si los partidos independentistas suman, ¿tienen que pactar sí o sí? 

Hay que ver cuáles son las propuestas y para hacer qué. Ya teníamos una mayoría independentista y no sirvió para avanzar en el proceso de autodeterminación. ERC y Junts han hecho un bloque con el PSC. Los hemos visto en los debates de política general y en los presupuestos.

Si se dependiera de los votos de Aliança Catalana para investir un president independentista, ¿hay que renunciar a esa suma?

La extrema derecha tiene que tener el mismo tratamiento independientemente de si se esconde tras la bandera española o la 'estelada'. Además, la extrema derecha supuestamente independentista es enemiga de la causa porque busca la división de la sociedad catalana, lo mismo que persigue el unionismo españolista. 

El problema es que no sabemos a fecha de hoy qué quiere hacer Puigdemont, si es que vuelve a Catalunya

¿Temen que una parte de su electorado partidario de la confrontación se sienta atraído por votar a Puigdemont?

El problema es que no sabemos a fecha de hoy qué quiere hacer Puigdemont, si es que vuelve a Catalunya, porque difícilmente puede ser el voto de la confrontación con el Estado desplegando políticas de concertación con él. Ha hecho suya la agenda del reencuentro estrechamente vinculada a los macroproyectos. 

¿La ha hecho suya o ya era la suya?

En la antesala del 1-O, Junts había sido capaz de ubicarse en otro sitio aprobando leyes ambiciosas y progresistas. Ahora está muy lejos de allí y cada vez se convierte más en la Convergència de toda la vida pero ondeando la 'estelada'. Puigdemont debe aclarar su programa.

¿Debe ponerse fecha a un nuevo referéndum?

Sí, no tenemos inconveniente con poner una fecha a un nuevo referéndum, pero necesitamos antes hacer los deberes, que es recuperar una agenda nacional y social propia. 

¿No ve viable el encaje de celebrarlo a través del artículo 92 de la Constitución?

Eso es volver a 10 años atrás. Esta pantalla, como la del pacto fiscal, ya la hemos pasado.