reunión vecinal en el distrito

Más vigilancia, más limpieza y más inspecciones en Enric Granados

Los asuntos pendientes del Eixample en la mesa del gobierno Collboni: ruido, 'superilla', movilidad y vivienda

Las terrazas invisibles de Enric Granados: "grupos de 20 o 30 personas" tomando café y helado a medianoche

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A1-158740030.jpg / Manu Mitru

Carles Cols

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Más vigilancia en Enric Granados desde este mismo fin de semana. También más limpieza. Y más celo en evitar usos abusivos del espacio público por parte de los restauradores con derecho a terraza. El primer encuentro entre el nuevo concejal del Eixample, Jordi Valls, y los portavoces de los distintos incendios vecinales del distrito se ha saldado, en opinión, de estos segundos, satisfactoriamente. Esa impresión, avisan, deberán confirmarlas los hechos, pero a la salida del encuentro han dado un voto de confianza a Valls, de quien hasta ahora solo tenían la foto que se hizo con el gremio de la restauración tras la elección de Jaume Collboni como alcalde.

A pie, una patrulla de la Guardia Urbana recorrerá Enric Granados desde este mismo fin de semana durante lo que se consideran las horas críticas, entre las 11 de la noche y las tres de la madrugada. Cierran los establecimientos, pero grupos de clientes se quedan en las aceras, a veces bajo los toldos de las terrazas, que no se recogen, y se desencadena así una espiral de ruido que impide dormir. El concejal se ha comprometido a que esa patrulla vele por la paz nocturna en Enric Granados y alrededores durante julio y agosto. Los vecinos han pedido que se incluya septiembre, y no han obtenido un compromiso en ese sentido, pero creen que habrá tiempo para insistir.

La segunda medida que Valls ha puesto sobre la mesa y que ha agradado también a los vecinos es un baldeo más intensivo de la calle, y no a cualquier hora. Se llevará a cabo justo cuando las terrazas tienen la obligación de desalojar a sus clientes, a medianoche los viernes y los sábados, y a las 11 el resto de días, domingo incluido. Aunque con diferencias, por supuesto, esa es la manera en la que se señala el fin de la fiesta en las verbenas de la playa, cuando avanzan  en línea los servicios de limpieza. Allí se hace con la colaboración indispensable de la Guardia Urbana. No parece que en Enric Granados haya que llegar a ese extremo, pero ambas partes, vecinos y concejal, han coincidido en que lo ideal será que no hay conflictos.

Terrazas covid

La tercera medida es un mayor celo inspector que el habido hasta ahora, que no era poco, pero que demasiadas veces topó con la realidad de que a los incumplidores les compensaba sobrepasar el número de mesas y la calle y, a cambio, pagar las multas o, mejor aún presentar recursos. Ha explicado Valls a los vecinos que es plenamente consciente de que las terrazas que de forma extraordinaria se concedieron para paliar el impacto económico de la pandemia son incompatibles hoy en día con el descanso nocturno. El propósito es evitar la “sobreocupación” que se produce en Enric Granados, Aribau, Rambla de Catalunya, paseo de Sant Joan, avenida de Gaudí, Parlament y Muntaner. El compomiso es poner una campaña de inspecciones calificada de intensiva, sobre todo los fines de semana. Las terrazas no autorizadas serán retiradas. Eso ha prometido Valls, un compromiso que, en cualquier caso, deberá sortear la cada vez más sofisticada capacidad de los infractores de presentar recursos y dilatar toda solución definitiva.

Una cuarta medida, relacionada con la anterior, es que el distrito, a lo largo del mes de julio, instalará unos discretos pero incuestionables mojones metálicos en las aceras que marcarán con precisión el espacio que pueden ocupar las terrazas. De la observancia de que ninguna mesa o silla se extralimite se encargarán los inspectores, pero, también, sin duda, los propios vecinos, tanto o más organizados que los propios restauradores en defensa de sus intereses.