Telecomunicaciones

Arabia Saudí provoca otro terremoto en el sector de las telecos en España

Saudí Telecom compra el 9,9% de Telefónica por 2.100 millones y se convierte en su primer accionista

MULTIMEDIA | Europa, a la búsqueda de la soberanía digital

David Page

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Las telecos españolas se preparaban para varias sacudidas que prometían tensionar aún más el sector. La fusión entre Orange y MásMóvil en ciernes a la espera de las condiciones impuestas por Bruselas, la posible venta de Vodafone España, los movimientos corporativos entre los operadores independientes de fibra… son movimientos críticos que se ya se daban por hecho que condicionarán el mercado y la estrategia de todas las compañías. Pero el sector nacional de las telecomunicaciones se ha encontrado con un terremoto inesperado provocado por los petrodólares de Arabia Saudí.

La sorpresiva irrupción de Saudi Telecom (STC), la operadora controlada por el Estado saudí, en el accionariado de Telefónica desborda el actual núcleo duro de socios (tradicionalmente diluido y sin grandes paquetes accionariales). El movimiento implica la entrada de STC como primer accionista de la española con una participación del 9,9% por 2.100 millones, muy por delante de los actuales socios principales: BBVA (4,87%), Blackrock (4,48%) y Caixabank (3,5%).

Desde Telefónica se asegura que el grupo no conoció la compra por parte de la operadora saudí hasta ayer mismo. Saudi Telecom ha adquirido una participación directa del 4,9% de las acciones de la compañía española y otro 5% de manera indirecta mediante derivados financieros, y lo ha hecho a precios de mercado a los 2.100 millones que actualmente el paquete está valorado en bolsa y aprovechando así la baja cotización del grupo. STC cotiza en la bolsa de Arabia Saudí con una capitalización de 49.200 millones de euros, más del doble que Telefónica.

Hará falta el ‘ok’ del Gobierno español

La operación sólo podrá completarse con la aprobación expresa del Gobierno. El ‘escudo antiopas’ levantado durante la pandemia para proteger compañías de sectores estratégicos de operaciones de absorción indeseadas exige con carácter general el visto bueno gubernamental para compras de paquetes superiores al 10%. Pero en el caso de compañías vinculadas con el sector de la defensa, como es el caso de Telefónica, el umbral se rebaja al 5%.

De momento, el grupo saudí sólo podrá ejercer los derechos de voto correspondientes a esa participación directa del 4,9%, pero tendrá que esperar a recibir los permisos regulatorios obligatorios para proceder a la ejecución física de los instrumentos financieros del otro 5% para obtener los derechos por toda la participación que pretende controlar.

STC, controlada en un 64% por el fondo soberano saudí PIF, asegura no tener intención alguna de tomar el control ni una participación mayoritaria en el grupo español y que su inversión muestra el respaldo a la gestión realizada por el actual equipo ejecutivo comandado por José María Álvarez-Pallete, que ultima la presentación el próximo noviembre de un nuevo plan estratégico hasta 2026 con el foco puesto en aumentar la rentabilidad y crear valor para sus accionistas.

Otra sacudida en el sector

El sector de las telecos españolas ya se preparaba para movimientos corporativos clave que cambiarán el statu quo general. Toda la industria de las telecomunicaciones está a la espera de cuándo y, sobre todo, cómo se podrá ejecutar la fusión de Orange España y MásMóvil para crear un nuevo gigante nacional. La Comisión Europea cree que la operación puede deteriorar la competencia del sector y ha ‘parado el reloj’ del proceso de análisis de la fusión para tener todo el tiempo necesario para estudiarla en profundidad.

A la revolución que para el sector supondrá la unión de la segunda y cuarta mayores operadoras del mercado español se sumarán otras consecuencias en cadena cuya profundidad va a depender de las autoridades comunitarias. Se da por descontado que Bruselas impondrá condiciones (remedies, según la jerga económica y comunitaria) para aprobar la operación, obligando a las compañías a desprenderse de algunos activos para obtener el visto bueno regulatorio. Pero la dureza de esas exigencias condicionará otros movimientos corporativos y la estrategia del resto de operadoras.

Vodafone ha abierto un proceso de “revisión estratégica” de su negocio en España que puede acabar derivando en la venta total o parcial de su filial local, golpeada por la caída de ingresos en los últimos años por la presión de la hipercompetencia y la agresividad de las compañías de bajo coste. Las condiciones finales de Bruselas a la unión Orange-MásMóvil y su repercusión el mercado español serán determinantes para que el Grupo Vodafone decida cómo redefinir su estrategia en él.

Nuevos operadores pujantes como Digi o Avatel también están a la espera de reforzar su expansión absorbiendo los activos a los que la Comisión Europea obligue a desprenderse al nuevo operador fusionado, singularmente redes de fibra y móvil, con el consiguiente impacto tanto en el negocio minorista como en el mayorista de todos los operadores.