Alimentación

Henkell Freixenet salva el año de la inflación con un 8,5% más de ingresos y una reafirmada apuesta por el cava

La venta de cava sube hasta los 2.100 millones de euros en 2022

Las malas cosechas y los costes de producción lastran el efecto de la rebaja del IVA de los alimentos

Una de las viñas alemanas donde se cosecha el vino que vende Henkell Freixenet.

Una de las viñas alemanas donde se cosecha el vino que vende Henkell Freixenet. / Henkell Freixenet

Paula Clemente

Paula Clemente

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El miedo de los consumidores ante la escalada generalizada de precios torció una tendencia de ventas que hasta octubre era más que buena, pero, incluso así, Henkell Freixenet cierra 2022 con buen sabor de boca y mejores sensaciones de cara a 2023. La multinacional alemana y la viticultora catalana sellan este año su primer lustro juntas con un negocio que crece, tiene intención de expandirse y da por superados ya los baches de los últimos años (pandemia, crisis de suministros y, ahora, inflación). Y aunque el campo catalán —clave en su negocio—, agoniza por la sequía, la compañía confía en que llueva en mayo y en que el resto de palancas de crecimiento de la empresa compensen esta posible menor producción de cava. Porque, de todos modos, esta clase de vino espumoso sigue siendo el segundo que más crece en ventas. Así, Henkell Freixenet mira 2023 con la impresión de que “el invierno ha terminado” y de que “las mayores amenazas quedan atrás”.

Este grupo con sede en Wiesbaden (Alemania) acaba de cerrar el ejercicio de 2022 con un volumen de ventas netas de 1.100 millones de euros. Esta cifra es un 8,5% superior a los aproximadamente 1.000 millones de euros que facturó la compañía el año anterior, una vez restados el pago de impuestos y otros gastos contables. Y prácticamente un 40% de esa cantidad corresponde a ventas relacionadas con la marca Freixenet.

En estas cifras ha sido clave la inflación, pues el volumen de botellas vendidas apenas se ha movido de los 107 millones ya registrados en 2021. “Estuvimos muy fuertes hasta octubre o noviembre, pero luego los consumidores se asustaron por la inflación y empezaron a adoptar dinámicas de ahorro”, explican los dos consejeros delegados de la compañía, Andreas Brokemper y Pere Ferrer. A esto se suma, matizan, que la empresa ha tenido problemas con algunas distribuidoras como Lidl, con las que no logró llegar a un acuerdo tras subirles el precio del producto, lo que hizo que sus vinos espumosos no se vendieran en sus establecimientos en el tramo final del año. "El encarecimiento de los costes nos obligó a subir precios, porque, por ejemplo, el vidrio se disparó: algunos clientes lo entendieron y otros no”, sintetizan ambos directivos.

Así y todo, casi siete de cada diez euros que ingresó el grupo el año pasado vinieron del vino espumoso; dos de cada diez del vino tranquilo; y apenas uno de los licores, aunque esta es la categoría que más crece, con bastante diferencia. “2020 fue el año del vino tranquilo; 2021, el de los espumosos, porque la gente montaba comidas y cenas especiales en casa; y 2022, el de volver a salir de fiesta, y esto ha hecho de los licores una parte muy importante”, detalla Brokemper.

Apuesta por el cava

De todos modos, los esfuerzos de Henkell Freixenet están puestos en los espumosos. Y especialmente, si cabe, en el cava. “El Prosecco ha crecido tanto que puede que haya mucha gente que se haya cansado y quiera probar otros sabores, esto puede ser una gran oportunidad para el cava”, apuntan ambos responsables.  

Prueba de esta apuesta es que el grupo incrementó sus inversiones en un 50% el año pasado hasta los 39 millones de euros, de los cuales 30 millones se dedicaron íntegramente a terminar la ampliación de la zona de cavas en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona). Además, la compañía ya trabaja en abrir nuevos mercados pensando sobre todo en esta bebida: el más inminente es Uruguay, donde esperan estar operando ya en junio.

En este sentido, Henkell Freixenet tiene en el punto de mira el mercado norteamericano, donde ya se ven considerablemente fuertes (un 20% de las ventas vinieron de América en su conjunto en 2022 y han incrementado un 28% su negocio allí en un año), pero donde detectan que el consumo por persona todavía es bajo. En este radar también figuran Asia o África, donde detectan mucho campo por correr. "Asia está como estaba Europa hace 30 o 40 años: todavía no están acostumbrados a las burbujas, pero el mercado crece poco a poco", rematan Brokemper y Ferrer.