SEAFOOD BARCELONA 2023 | El nacionalismo pesquero toma la Fira

El salón Seafood Expo Global de Barcelona ha abierto sus puertas en Barcelona este martes y hasta el jueves con la aglomeración de profesionales esperada y expectativas cumplidas. Es esta muestra ya ilustre de Fira de Barcelona una de esas citas en el calendario en las que cualquier empresa del sector que se precie debe estar, ya que su invisibilidad puede comportar connotaciones de pérdida de notoriedad. Es ese un logro ferial siempre deseado y Seafood con sus productos del mar va camino de roturar objetivos. La previsión es recibir 27.000 asistentes y generar un impacto de más de 150 millones de euros en la ciudad. La feria Seafood Expo tiene margen de mejora, algo positivo teniendo en cuenta el punto de partida. Los 2.078 expositores se agrupan en una verdadera clase simbólica de geografía alimentaria de alto nivel en momentos de subida de precios y creciente relevancia de los intercambios internacionales.

Mucho más que una pescadería de cercanía de las buenas, Seafood resulta especialmente interesante por su abrumadora variedad de oferta piscícola y el reto de conocer fronteras gastronómicas que traspasar. Dada la muchedumbre concentrada el primer día de apertura se diría que pocas son las ausencias. Y si algo llama la atención por encima de todo es el gran apoyo institucional. Los pabellones de los países dominan los espacios y sirven de paraguas a empresas del sector de todo el mundo que por tamaño comedido no pueden asumir los gastos de un encuentro ferial de esta magnitud. Son 87 países los que asisten oficialmente a Seafood y son la clave del éxito ferial de la organización. Es una muestra de 'nacionalismo pesquero' en el que cada país pugna por afianzar la imagen de sus productos a escala internacional; la dieta mediterránea catalana, las conserveras gallegas y su pulpo, el salmón noruego, la carpa china y el caviar que aspira a reemplazar al ruso, el atún de las maldivas... cualquier especie tiene apellido geográfico en Seafood. La conquista de mercados exteriores es clave para el futuro.

También están los pabellones de grandes empresas del sector, pero son menos aparentes. Si están en el salón dos protagonistas de la actualidad de los últimos días, Pescanova y Cooke. El segundo se ha postulado como comprador de la primera. Una firma familiar canadiense dispuesta a invertir 600 millones de euros por la gallega, cifra similar a la deuda que arrastra y que daría tranquilidad a una de las pocas grandes firmas del sector pesquero mundial.  La empresa gallega cuenta con 9.200 empleados y factura más de 1.000 millones. Cooke tiene un peso creciente en el sector internacional. En la feria, ambas firmas están casi al lado y solo separadas por el pabellón holandés. Pero Cooke asegura que la sede de Pescanova seguirá en Galicia.

Tras las aglomeraciones de la anterior edición, la organización ha previsto este año acreditaciones digitales lo que ha permitido minimizar algo los tiempos de espera de entrada en el recinto ferial. Dos son las grandes novedades del salón con respecto la edición anterior. En primer lugar la presencia del pabellón de Galicia. Un cuidado espacio de grandes dimensiones que acoge a un buen número de empresas gallegas y asociaciones que han querido vincularse a la marca autonómica.

En cualquier caso, se diría que en la organización ferial de Seafood falta algo de lógica geográfica. Juntas Euskadi y Galicia, esta última junto a Japón en el palacio 4 más alejado, mientras que España y Catalunya, frente a frente, en el 2. Y otra novedad de este año es la presencia de China, pero con margen de mejora, ante una redistribución de 'stands' por varios pabellones y escasa diferenciación de la oferta.

Tendencia sectorial

La balanza comercial española en productos pesqueros del pasado año muestra una tendencia a tener en cuenta; que las importaciones de productos pesqueros tienden a aumentar más que las exportaciones. El otro elemento es que el crecimiento en valor de las exportaciones es superior que el crecimiento en volumen. Un ejemplo es que el año pasado las exportaciones de preparaciones y conservas de pescado y marisco experimentaron un aumento del 0,64% en volumen, pero un alza del 12,87% en valor.

La clave del futuro de cualquier empresa del sector se centrará en la internacionalización y en la mejora de los márgenes, vender más en el extranjero e importar nuevos productos. Con esa premisa, una feria internacional como Seafood en Barcelona tiene sentido. Y para la organización es vital también el atractivo de la ciudad y que se logre contener la partida presupuestaria de los asistentes.

Tendencias de consumo

En términos de tendencias de consumo y a juzgar por la oferta vista el primer día parecen ganar peso los caviares y salmones del norte y los sabores asiáticos de países como Taiwán, Vietnam, Singapur o Malasia; las preparaciones sostenibles, la soluciones para comida callejera o para llevar. Romper fronteras permite lograr que productos del mar puedan venderse con mayor margen allende los mares. 

Lejos quedan ya los miedos pandémicos y la feria Seafood ha normalizado por completo los intercambios de charlas, el tapeo y los estrechones de mano. Es una feria profesional y solo ellos y ellas sacan partido del encuentro con proveedores y clientes en un marco tan afable. Y queda mucho todavía por crecer, por lo que la organización ya piensa en la próxima edición.

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