Caos en el SEPE

El impacto de la pandemia de covid-19 abarcó todas las esferas de la realidad, incluida la económica, forzando al cese temporal en la actividad de una amplia mayoría de empresas, dejando a numerosos trabajadores sin empleo y obligando a recurrir a un recurso de emergencia como fueron los expedientes de regulación temporal de empleo (erte) para evitar el hundimiento económico de un sinfín de hogares españoles. 

Pero tal fue el aluvión de ertes, que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), dependiente del Ministerio de Trabajo, debió aprobar pagos sin opciones reales de comprobar cada expediente, ante la necesidad urgente de facilitar el abono de ingresos a los trabajadores que se habían quedado temporalmente sin recursos. Y como consecuencia, ante ese caos administrativo forzado por las imprevistas circunstancias, cientos de miles de esos ertes se abonaron con errores, desencadenando en una posterior catarata de reclamaciones por pagos indebidos.

Aluvión

El verano de 2020, con un poco de margen para haber comprobado expedientes, fue el momento en el que el SEPE empezó a tratar de subsanar esos errores, reclamando a los receptores de las prestaciones a los que se les habían abonado cantidades de más el retorno de esas sumas que excedían a la cifra correcta. Y pese a que no ha trascendido ni la suma total de dinero reclamado ni los receptores afectados por pagos erróneos, sí ha trascendido la cantidad de reclamaciones efectuadas.

Un total de 1.275.196 reclamaciones de cobros indebidos se registraron en todo el año pasado, más del triple de las 400.000 inicialmente previstas, según se desprende de los Presupuestos Generales del Estado. Y si a esa cifra se añaden las 1.410.120 reclamaciones previstas para el año en curso, el total ascenderá a 2,7 millones, y a más de 3,2 millones al añadir las 579.127 realizadas en 2020. Para el año que viene el SEPE prevé en torno a medio millón más, de manera que la cifra total podría superar las 3,7 millones de reclamaciones originadas por pagos indebidos en los cuatro años de pandemia.

No obstante, no todas las reclamaciones del SEPE se refieren a los erte, ya que incluyen también el total de prestaciones por desempleo. Y en este sentido, el nivel máximo de trabajadores en erte en la pandemia fue de 3,6 millones de trabajadores, en un momento en el que Trabajo cesara a cerca de 1.500 empleados interinos incorporados en 2020 para afrontar con más garantías las necesidades del servicio: cerca de 8 millones de renovaciones de paro e inscripciones de demandantes en 2020, 5 millones en 2021, 4 millones en 2022 y en torno a 4,2 millones previstos para el año que viene. 

Cifras a las que hay que sumar los controles de gestión y reclamaciones: casi 9 millones desde 2020 hasta 2022 y 5,5 millones de reconocimientos de prestaciones ‘online’ durante el confinamiento y algo más de 5 millones el año pasado. Un aluvión de trabajo que ilustra los motivos por los que el SEPE se ha visto abocado a una situación de caos en los últimos tiempos.