Industria en apuros

La SEPI desbloquea el rescate de 550 millones para Celsa

MULTIMEDIA | Viaje al corazón de acero de Celsa

En el corazón de la acería del grupo Celsa en Castellbisbal.

En el corazón de la acería del grupo Celsa en Castellbisbal. / FERRAN NADEU

Agustí Sala

Agustí Sala

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Paso adelante en el rescate de Celsa. El consejo rector de la SEPI, la compañía pública que gestiona el fondo para empresas estratégicas afectadas por la pandemia, ha desbloqueado el préstamo de 550 millones solicitado por la siderúrgica propiedad de la familia Rubiralta.

El organismo público ha remitido la documentación a Bruselas para su autorización, ya que supera los 250 millones establecidos como umbral para las ayudas públicas. Este apoyo a la compañía catalana, con presencia internacional, es el mayor de los otorgados hasta ahora por el Estado. La cuantía será canalizada a través de la concesión de un préstamo participativo por importe de 280,5 millones y otro ordinario de 269,5 millones. El acuerdo con los acreedores, una condición sine qua non, aún no se ha cerrado.

Los fondos acreedores han elevado su apuesta con su última propuesta y piden el 75% del capital a cambio de aportar los 50 millones de ampliación de capital que los Rubiralta habían acordado con la SEPI. Los dueños de la compañía siempre han puesto como línea roja no perder ni una acción.

El Gobierno, cuyo presidente, Pedro Sánchez, telefoneó al presidente del Deutsche Bank, Christian Sewing, para reclamar un cambio de posición entre los acreedores, de los que forma parte; espera que el trámite en Bruselas no se demore mucho. Si el procedimiento dura menos de una semana, el próximo viernes el consejo asesor de la SEPI podría remitir la operación al Consejo de Ministros y este aprobarlo en la última reunión del mes, la del 28 de junio. El plazo para el rescate vence el 30 de junio.

Fuentes próximas a la siderúrgica consideran una buena noticia la decisión de la SEPI, a pesar de que todavía no hay cerrado un pacto con los acreedores. Entienden que, en el fondo, se admite que Celsa no tenía problemas de pago antes del covid, uno de los requisitos para acceder a la ayuda.

Desde fuentes de Celsa entienden que se trabaja en la idea de dedicar 400 millones de los que inyecta la SEPI y otros 50 millones en una ampliación de capital suscrita por los Rubiralta para amortizar deuda, que asciende a un total de 2.300 millones y que, como condición sine qua non, debe reducirse a unos 1.000 millones. El resto del importe de la ayuda, 150 millones, se dedicarán a financiar el plan estratégico de la compañía.

En todo caso, las negociaciones para reestructurar la deuda no han terminado. El diálogo, con algún punto de pugna directa y pública con los acreedores, encabezados por Deustche Bank y Goldman Sachs y los fondos Anchorage, Capital Group, Attestor Capital, Cross Ocean Partners, GoldenTree Asset Management, Sculptor Capital Management y SVP Global—, sigue

El hecho es que existe acuerdo sobre la reducción de la deuda, la cuestión es cómo hacerlo. Las posiciones parecían más próximas en los últimos días, pero su nueva oferta de los fondos, que habían renunciado a su intención inicial de hacerse con el 49% del capital, complica las cosas.

La SEPI ha tenido en cuenta el carácter estratégico de la compañía catalana, que da empleo a más de 4.500 personas y cuenta con 120 centros de trabajo en nueve países. El organismo público afirma haber analizado "la situación jurídica y económica, el impacto sufrido por el Covid, el plan de viabilidad de la compañía y el proceso de reestructuración con sus acreedores".