Informe "El consumidor de 2030"

Así serán los consumidores dentro de 10 años

Los consumidores del futuro estarán más preparados y serán más exigentes, emocionales e infieles a las marcas. Todo esto en una época que estará marcada por la inmediatez, la interconexión y la obsolescencia programada.

Los consumidores del futuro estarán más preparados y serán más exigentes, emocionales e infieles a las marcas. Todo esto en una época que estará marcada por la inmediatez, la interconexión y la obsolescencia programada

El consumidor del futuro

El consumidor del futuro / economia

Nora Benito

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En un marco temporal etiquetado con la obsolescencia programada, los consumidores en 2030 estarán más preparados, serán más exigentes, infieles, emocionales y tendrán mayor presencia en el entorno digital, según se desprende del informe “El consumidor de 2030” publicado por EAE Business School y dirigido por el profesor Eduardo Irastorza.

Del citado estudio, en el que se analizan las características que definen al consumidor 3.0, las tendencias y retos a los que se enfrentan las marcas, se desprende que el consumidor del futuro estará más preparado (más formado e informado) y contará con más criterio que nunca antes, pues tendrá más información a su disposición. Además, será más emocional e impulsivo, tendrá menos tiempo disponible, será más sibarita, vivirá una situación más acomodada y al mismo tiempo que se caracterizará por ser bastante más selectivo.

En este marco, las compañías lucharán por su fidelización basándose en las experiencias, ya que los consumidores en 2030 serán mucho más exigentes a la par que volátiles e infieles, dispuestos a cambiar de marca ante la menor decepción. La fidelización de los clientes será por tanto para las empresas un enorme reto y deberán desarrollar sofisticados sistemas de seguimiento y atención al cliente, porque el consumidor del futuro será voluble y estará preparado para dejarles sin avisar ni dar explicaciones ante otra oferta más atractiva. De hecho, el mercado de última hora se convertirá en su mejor aliado.

LA DIGITALIZACIÓN, CLAVE PARA EL CONSUMIDOR 3.0

Los móviles estarán en el centro de las transacciones comerciales y las apps tenderán hacia usos más colectivos. “Estarán presentes en todo tipo de dispositivos móviles y servirán para definir perfiles de usuarios que las marcas aprovecharán para proyectar sus ofertas con una gran eficiencia en su focalización”, afirma el profesor de EAE Business School, Eduardo Irastorza.

Según dicho informe, el objetivo será inventar una “súper aplicación” que responda a todas las necesidades en cualquier circunstancia, en un escenario marcado por la “integración”. En este campo de batalla, Alphabet, Apple y Facebook ya se encuentran trabajando para conquistar el front-line.  

Según las palabras de Irastorza, “ahorraremos papel y todo será más limpio y sostenible, pero todas nuestras compras dejarán huella electrónica, algo que exige una rigurosa ética reglamentaria para preservar la privacidad de los consumidores”.  

Ante la digitalización, los objetivos serán crear experiencias diferentes basadas en la creatividad y centradas en aumentar la lealtad del consumidor, algo imprescindible para las marcas. Vivencias exclusivas en los puntos de venta físicos con el objetivo de reforzar la fidelidad de los consumidores. Internet de las cosas también marcará tendencia, ya que el consumidor 3.0 establecerá conversación con sus pantallas interactivas e incluso con sus electrodomésticos.         

MEGATENDENCIAS QUE MARCARÁN AL CONSUMIDOR DEL FUTURO

Un mundo interconectado sin límites, que ponga las experiencias en el centro de su razón de ser y que valore más la sostenibilidad, la ética y el compromiso medioambiental se encuentran entre las tendencias que marcarán el consumo en el futuro.

Ante este escenario, tres serán las grandes oportunidades que se abrirán en el mercado del futuro: el mayor peso de los mercados emergentes (sobre todo la creciente clase media), el crecimiento de ingresos femeninos, que adquirirán mayor peso desde el punto de vista global y sus gustos, opiniones y hábitos sociales se volverán determinantes, y, por último, el incremento de la edad media del consumidor, que hará que las marcas tengan que responder antes las nuevas expectativas vitales.