Grup Balfegó, Pesca sostenible

La empresa familiar, con sede en L'Ametlla de Mar, vende a Japón el 83% de los atunes rojos que captura en el Mediterráneo

Insiste en la necesidad de cambiar los periodos de veda

Pere Vicent y Manuel Balfegó, y Juan Serrano en L'Ametlla de Mar.

Pere Vicent y Manuel Balfegó, y Juan Serrano en L'Ametlla de Mar.

ANDREU FARRÀS
BARCELONA

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El grupo pesquero Balfegó, con sede en L’Ametlla de Mar (Baix Ebre), ha invertido 10,5 millones de euros en los últimos cinco años en investigación y nuevas instalaciones especiales para el tratamiento del atún rojo a fin de desarrollar un modelo de«captura sostenible».

Los primos Manuel y Pere Vicent Balfegó forman la quinta generación al frente de esta compañía de capital familiar, especializada en la pesca y comercialización del atún rojo. Cuenta con un tercio (dos de los seis barcos) de la flota española de esta modalidad autorizada en el Mediterráneo. Emplea a un centenar de personas de forma directa y a más de 100 de forma indirecta, según explica Juan Serrano, director general adjunto y portavoz del grupo Balfegó.

En los últimos cinco años ha intensificado sus inversiones para levantar una nueva nave industrial, poner en marcha más instalaciones marítimas y comprar un nuevo catamarán. En el último ejercicio, ha alcanzado una cifra de negocio de 27,6 millones de euros y unos beneficios de tres millones «a pesar de la crisis».Para este ejercicio, prevé conseguir cifras de negocio bastante similares.

Como jamón de bellota

El 83% de la facturación del año pasado se dirigió a Japón, la nación que come más pescado del mundo. Le siguen el segundo país más voraz, España, con un 8%; Estados Unidos (5%) --Nueva York y Los Ángeles--, y la UE (4%) --sobre todo, Gran Bretaña y Alemania.

Este año bajarán a la mitad las ventas a Japón, donde les ha dado por llenar sus congeladores y cuenta con reservas de atún para los próximos dos años y medio. Balfegó intentará aumentar su presencia en otros mercados para compensar esa contrariedad asiática.

El método de pesca de la flota de Balfegó es peculiar. Serrano asegura que, gracias a ella, su pescado es apreciado por los gourmets nipones como«el jamón de bellota»de los túnidos. Tras la localización de los atunes, los barcos de Balfegó los transfieren desde las redes a unas jaulas flotantes como dos campos de fútbol que se remolcan hasta las instalaciones marítimas del grupo, a 2,5 millas del puerto de L’Ametlla, a fin de retenerlo y alimentarlo. El método permite que los peces se reproduzcan en las jaulas. Unos buzos supervisan que los atunes tengan la grasa necesaria, devuelven al mar los ejemplares pequeños y sacrifican a los maduros a tiros.«Así mueren sin estrés y no sueltan la lactosa que perjudica su sabor».

Una vez trasladado a las instalaciones de tierra firme, de 300.000 metros cuadrados de superficie, el pescado pasa a las salas de corte, procesado y envasado, para mantener la trazabilidad desde el momento de la pesca hasta que se consume en una mesa de Tokio o Nueva York.

Para sus proyectos de investigación y desarrollo, Balfegó cuenta con el apoyo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Español de Oceanografía y la Conselleria de Agricultura.

Los primos Balfegó reclaman al Gobierno que evite la pesca del atún rojo de menor tamaño. Para ello, propugnan modelos de gestión regionales y un cambio del periodo de veda en el Mediterráneo. La veda tiene lugar entre el 15 de abril y el 15 de junio, pero no es hasta mayo cuando el atún llega al Mediterráneo occidental, por lo que se reduce la capacidad de pesca de los barcos españoles. Los Balfegó piden alargar el periodo dos semanas más en esta zona, con el objetivo de«pescar con más productividad: trabajar menos y obtener los mismos ingresos».