J.J. Abrams pilota de nuevo 'Star Trek': "Cuando caiga, el golpe será más doloroso"

J.J. Abrams, director de 'Star Trek: en la oscuridad'

J.J. Abrams, director de 'Star Trek: en la oscuridad' / periodico

NANDO SALVÀ

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A sus 47 años recién cumplidos,J. J. Abramsparece destinado a ser el rey deHollywood. Tras dirigir'Star Trek' en 2009 y dar así nueva vida --una vidorra, más bien: 400 millones de dólares recaudados en todo el mundo-- a una saga de ciencia ficción tan legendaria como por entonces moribunda, J.J. Abrams entró a formar parte del selecto grupo de directores a los que Hollywood llama cuando de verdad necesita dar espectáculo. Está reventando lataquilla veraniega con 'Star Trek: en la oscuridad'. Es la continuación de aquella aventura espacial llena de humor, romance, acción explosiva e incluso algunas reflexiones pertinentes sobre las raíces del terrorismo. Y ha sido escogido por la productora Lucasfilm, en manos de Disney, para dirigir nada menos que el episodio número 7 de la interplanetariamente famosa serie'Star Wars'. ¿Demasiada galaxia en manos de un solo mortal? No, si ese mortal es, además, el creador de ficciones televisivas como 'Alias', 'Perdidos', 'Fringe' y 'Revolution'.

No es un secreto, porque usted mismo lo confesó en su día, que de niño nunca fue un gran fan de 'Star Trek'. ¿Por qué?

Siempre me pareció una serie en la que se hablaba demasiado de teorías científicas y filosofía. Yo me inclinaba más por historias más viscerales, emotivas y excitantes, y supongo que ésa es la razón por la que desde el principio me decanté por el universo 'Star Wars'. No fue hasta que empecé a trabajar en 'Star Trek' (2009) cuando me di cuenta de lo divertidos y emotivos que esos personajes podían ser. En retrospectiva, empecé a apreciar la serie de televisión, pero sin duda me llevó un tiempo.

Muchos fans originales de 'Star Trek' se enfurecieron con usted tras esa confesión, y algunos aún no le han perdonado. ¿Cómo se siente al respecto?

Creo que no me expliqué. Supongo que pensaron que les estaba juzgando. En realidad, quise decir que de niño yo no era tan inteligente como todos mis amigos a quienes la serie les encantaba. En todo caso, habría sido deshonesto por mi parte pretender que siempre fui un experto.

¿Cuánto le preocupan las expectativas de los fans?

Habrá personas que no se sentirán satisfechas con nada de lo que hago, y lo entiendo. No se puede gustar a todo el mundo. Quienes no disfrutaron de la primera entrega tal vez no deberían ir a ver la segunda. Pero, por supuesto, espero que guste a todo el que la vea.

Como su título indica, 'Star Trek: en la oscuridad' es más sombría que su predecesora. ¿Es un reflejo de los tiempos que vivimos?

Que quede claro que se trata de una película de entretenimiento, una mera diversión. Dicho esto, aborda temas y preocupaciones que lamentablemente están vigentes en nuestro mundo. ¿Qué sucede cuando nos atacan desde dentro? ¿Qué sucede cuando hacer lo moralmente correcto significa romper las normas? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar por la gente que amamos, y a qué precio? Realmente creo que vivimos tiempos convulsos, pero si miramos atrás, a lo largo de la historia siempre ha habido barbarie, terror y amenaza. Aunque es cierto que ahora, con los avances tecnológicos, esas amenazas tienen un alcance mucho más global.

¿Es qué recela de la tecnología?

Yo no diría tanto, pero vivimos en un mundo de información instantánea, de compras instantáneas, de comprensión instantánea, y eso fomenta la falta de intuición y de experiencias. Piense en esa época en la que tenías que subirte al coche o a la bici para ir a la tienda, caminar por los pasillos, escuchar el disco que te gustaba e ir a la caja para pagarlo y, de paso, tener una charla de música con el dependiente. Al llegar a casa, como recompensa por todo ese proceso lo primero que hacías era escuchar el disco. Esas cosas se han perdido.

'Star Trek' fue parcialmente rodada en IMAX y posteriormente convertida a 3D. ¿No cree que la tecnología es actualmente demasiado relevante en Hollywood?

Mire, el IMAX y el 3D son muy divertidos, pero también he visto a gente ver una película en un iPad y llorar. Si una historia es convincente, da igual que te la cuenten a gritos en medio de una ruidosa discoteca. Pero los 'home cinema' tienen una calidad cada vez más alta y, dado que algunas salas de cine son muy malas, mucha gente siente que lo mejor para ver una película es quedarse en casa. Por eso los cines tratan de ofrecer experiencias adicionales. En todo caso, no hay nada como estar en una sala oscura, compartiendo con más gente la experiencia de ver una película. Lo que más importa no es el nuevo 'gimmick' [truco para llamar la atención], sino reír, llorar y en general sentir. Al final, el espectáculo es irrelevante.

Tiene gracia que el director de un 'blockbuster' diga eso.

Lo que quiero decir es que los efectos especiales son muy divertidos, pero inútiles a menos que no sirvan como complemento de una buena historia y unas dinámicas complejas entre personajes. Siempre supe que esta película iba a tener suficiente acción, lo que más me costó fue cuidar el factor humano. Estoy harto de esas películas en las que sientes que la única preocupación del director fue: “¿Cómo hacemos que ese coche explote?”.

Antes de ser director de cine, usted ya tenía una larga y exitosa carrera en la televisión. ¿Podría comparar ambos mundos?

Una de las necesidades de la ficción televisiva es mantener al público en estado de suspense, hacer que la gente quiera saber qué pasará después del corte publicitario. Se trata de responder a una especie de déficit de atención por parte de la audiencia. Hoy en día las películas se han vuelto infinitamente más rápidas, quizás de lo que deberían, a fin de dar cabida a este tipo de audiencia. Por otra parte, la influencia del cine ha hecho que las series de televisión actuales tengan unos valores de producción, una complejidad de personajes, unos niveles de violencia y sexo tradicionalmente reservados para las películas. Es decir, mientras en Hollywood son cada vez más cobardes porque solo producen películas de éxito, en televisión se están tomando riesgos increíbles. Espero que Hollywood tome ejemplo.

¿En qué ha cambiado usted como narrador entre sus primeros años en televisión y 'Star Trek: en la oscuridad'?

No estoy seguro de haber cambiado, ni siquiera desde que de niño hacía películas de Super 8. Eso sí, he de reconocer que esas películas son más horribles que 'Star Trek'. Pero mis dudas y miedos ante la reacción del público siguen siendo los mismos.

'Super 8' (2011), que usted dirigió y Steven Spielberg produjo, está inspirada en esas experiencias infantiles tras la cámara. ¿Qué tipo de películas hacía?

Me gustaba hacer películas de terror en las que toda mi familia moría de la forma más grotesca posible. Cogía a mi hermana, o a mi madre, o a cualquier visita, y la mataba. Eso me daba oportunidad de crear sangre falsa a partir del maquillaje que le pedía a mi madre. Ella no entendía nada, pero me dejaba hacer.

¿Ha pensado alguna vez en editarlas en DVD?

No, ¿por qué iba a hacerle eso a la gente? Eran películas horribles, meras excusas para probar efectos visuales. Me sentía como un mago.

Explíquese.

Siempre me han encantado los trucos de magia. Y la primera vez que vi cómo se hacen las películas, cuando mi abuelo me llevó de visita por los estudios de la Universal, recuerdo que sentí que aquello era otra forma de hacer magia, sin chistera ni conejos. Se podían crear ilusiones, y hacer realidad otras épocas, criaturas mitológicas y naves espaciales. Me resultó muy emocionante. Desde entonces, hacer realidad lo irreal ha sido una de mis obsesiones.

¿Cuándo comprendió que era aquello para lo que había nacido?

Todavía no sé si lo es, pero sí sé que siempre he querido hacerlo. Recuerdo que, de niño, sentía mucha lástima por todos esos compañeros de colegio que no sabían qué querían ser de mayores. Yo no sabía si sería capaz de hacer películas, pero sí que me deslomaría para llegar a la cima. Mi padre es productor televisivo, y él me advirtió de que es una industria brutal. No me disuadió, pero no me dio muchas esperanzas.

¿Cuál fue su mejor consejo?

Me dijo que lo esencial no era tanto aprender cómo hacer películas, sino sobre todo aprender lo que significa hacerlas. Es decir, hay algo más importante que la técnica: lo que las historias significan para la gente y lo que les hacen sentir. Yo creo que nunca aprendí tanto como cuando me alejé de la escuela y me instalé en París durante un año para callejear y comer y beber y conocer gente y, en suma, vivir.

Hoy, años después, le consideran el nuevo Spielberg. ¿Cómo lo lleva?

Sinceramente, generar tantas expectativas solo significa que, cuando caiga, el golpe será más doloroso. Y Spielberg no necesita un recambio. Es único e inigualable.

¿Qué es lo que más le gusta de su cine?

Que sugiere posibilidades ilimitadas, la sensación de que la vida podría depararte cualquier cosa, que a la vuelta de la esquina puede haber algo increíble y extraordinario. Da igual que sea bueno o malo, maravilloso o aterrador. Será algo que te transporte a otro mundo.

Seguro que usted cree en el destino. Después de todo, a los 15 años fue contratado para reparar unas películas en 8 milímetros que Spielberg había rodado cuando tenía esa misma edad.

Sí, Kathleen Kennedy [actualmente presidenta de Lucasfilm y por entonces asistente de Spielberg] nos llamó a mí y a mi amigo Matt Reeves [director de Cloverfield (2008)]. Al principio pensamos que era una broma. ¿Por qué iba Spielberg a poner esas películas en manos de dos mocosos desconocidos? Es decir, si le das cualquier cosa a un chaval de esa edad no esperes recuperarla. En 1982, tener acceso a los primeros trabajos de un director, especialmente de uno como él, era casi imposible. Sus películas, claro, eran mucho mejores de las nuestras, así que fueron una gran inspiración. Y nos pagaron 300 dólares.

Hace poco, Kennedy volvió a llamarlo, aunque esta vez para ofrecerle que dirigiera el nuevo episodio de la saga 'Star Wars'. Usted mismo ha confesado que, al principio, pensó en rechazar el trabajo. ¿Por qué?

Porque 'Star Wars: Episodio 7' es mucho más que un trabajo. Si aceptas hacerlo, quieres ser capaz de echar la vista atrás dentro de unos años y sentir que hiciste algo relevante. Al principio dije que no porque estaba trabajando en 'Star Trek: en la oscuridad' y me sentía consumido. No podía pensar en otra cosa. Es como si estás tumbado en una playa magnífica y alguien te ofrece escalar una montaña increíble. Pero cuando me reuní con Kathleen, 'Star Wars' dejó de ser una idea teórica para convertirse en una oportunidad práctica, y no pude dejarla escapar.

¿Alguna vez imaginó que llegaría a estar al frente de las dos sagas de ciencia ficción más grandes del universo?

Si cuando me pasaba las tardes trabajando en restaurantes y heladerías alguien me hubiera avisado de ello, me habría reído en su cara. Si lo piensas, es algo ridículo, disparatado.

Además de comandar 'Star Trek' y 'Star Wars', sigue produciendo películas y series de televisión de éxito, escribe, compone música y es diseñador. ¿Qué hay de comer y dormir?

Que conste que lo que me lleva más trabajo no es nada de eso, sino mi mujer y mis tres hijos. Ésa es mi prioridad, y cualquier padre le dirá cuánto tiempo lleva dedicarse a ella. Soy afortunado, porque no trabajo los fines de semana y llevo a los niños al colegio casi cada día. Por otra parte, estoy acostumbrado a trabajar en diferentes cosas a la vez y, en cambio, nunca se me ha dado bien centrarme en una sola. Ahora bien, supongo que, en cierto momento, tendré que bajar el ritmo.

¿Se refiere a tomarse un descanso? ¿Del todo?

¡No! No sabría hacerlo. El día que no tenga nada que hacer me volveré loco.